Daniel León, el director de inspección y verificación municipal de Tijuana, no da una. Primero llamó a colaborar a su amigo Víctor Reyes en la subdirección, hasta que éste intentó extorsionar a conocido priista hotelero de la zona centro y ni modo, tuvo que correrlo. Después se llevó a otro de la iniciativa privada, Mario López, a quien ubicó en la coordinación de delegaciones, pero fueron tantas las quejas de los delegados municipales que tuvo que salir de Inspección y Verificación. Ahora, León lo hizo otra vez. Ubicó a Carolina Álvarez, ex funcionaria federal, en la subdirección y lo mínimo de lo que se han quejado de la dama es de “otorgar de palabra” permisos para vender en la línea internacional de San Ysidro, hacer partícipes a los inspectores de ello para que volteen a otro lado, que no molesten a “los tacos varios” en la zona centro. Las molestias provienen de comerciantes legítimos en la zona centro, que una vez más, están atiborrados sus negocios de ambulantes. Los comerciantes ya llevaron sus quejas hasta la mismísima Secretaría del Ayuntamiento con don Alcides Beltrones, por lo que no se extrañe si por tercera ocasión a Daniel León le desocupen la oficina. No aprende, de plano.