Mientras continúa con la impunidad que le provee el gobierno federal por no sancionarlos al dejar sin gas a más de 3 mil 700 familias y negocios en Mexicali desde el 17 de octubre, resulta que hay más suciedad en el manejo de la empresa con los consumidores. Reportan supervisores de la compañía, que hay tres tipos de tanques de gas –al menos para efectos de control–, el tanque residencial, el tanque taquero y el tanque Profeco. El primero, es aquel tanque que no está lleno a la capacidad ni a lo que se dice se oferta; el taquero es todo lo contrario, tienen más gas y se venden exclusivamente a negocios de comida, tanto callejeros como establecidos. Finalmente el tanque Profeco, que es llenado a su capacidad y oferta pero solo para aprobar la inspección de la instancia federal, dado que de la Profeco le avisan a la compañía el día que harán revisión, durante esa jornada en los camiones llevan tanques llenos por si se topan con una revisión. Otra: hay supervisores que permiten el vaciado de cilindros para llenar otros. Choferes hacen su negocio. Consiguen tanques, y a cada uno de los oficiales les quitan cierta cantidad de gas para llenar los apócrifos que son vendidos como regulares, de la ganancia dan una parte al supervisor y todos ganan, excepto claro el consumidor, quienes entre las tropelías que se le permiten a la empresa y las transas de supervisores y choferes, pierden gas, y dinero. Y no hay quién sancione.