“El Hospital General miente”, expresa tajante la madre de María Elena Díaz García, de 18 años, quien falleció el 18 de octubre por consecuencias aún inexplicables para su familia; a cambio, médicos y enfermeras insistían en la donación de órganos, los cuales son “muy bien pagados”. En respuesta a la información publicada en la edición 2016 de ZETA (“Negocian con órganos”), el nosocomio hizo público mediante una carta que al “momento del ingreso de la joven se interrogó a la familia para adquirir antecedentes generales de salud, donde señalaron que María Elena García Díaz de 18 años presentaba toxicomanías como tabaquismo y etilismo, consumo de metanfetaminas inhaladas, marihuana y solventes, los cuales son factores de riesgo para desencadenar eventos neurológicos fatales como el que presentó durante el momento de ingreso”; declaración que la familia de la occisa califica de infamia. ZETA tuvo acceso al historial académico de María Elena, alumna del quinto semestre en el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológico de Baja California, Plantel Pacífico, con un promedio de 8.1 y 236 de un total de 360 créditos, lo que habla de una estudiante de buen récord educativo, y no de una joven con problemas de adicción y conductas irregulares. “(En el Hospital General) No hallan cómo querer salir de esto, algo hicieron mal. Mi hija era una buena estudiante, era una niña bien, que iba a la Iglesia Cristiana, que siempre se preocupaba por su familia, por sus hermanos. Era mi apoyo, era la cabecita de la casa y no todas esas cosas que están diciendo los doctores. ¿Qué pruebas tienen para decir que mi hija era así? ¡Mienten! En su escuela, sus compañeros, los profesores pueden atestiguar la conducta de mi hija. No fumaba, no tomaba, además, si había ‘dudas’ los médicos pudieron hacerle un antidoping, pero como dice en el reportaje, ni eso pudieron hacerle; entonces cómo dicen tantas cosas negativas de mi hija”, planteó la señora. García es insistente en que la joven acudió al Seguro Popular con un cuadro gripal y no como refiere el nosocomio, “la paciente acudió a la Unidad de Urgencias del Hospital General el 4 de octubre de 2012 a las 06:48 horas ante dolor estomacal y malestar general. Se le realizan estudios de laboratorio y gabinete, se proporciona medicamentos (ketorocalo y ranitidina) para atender la sintomatología que la paciente manifestaba. Al observar mejorías, se dio de alta recomendándole acudir inmediatamente al área de urgencias en caso de persistencia del malestar. “Hasta las 18:00 horas del mismo día, reincide el ingreso de la paciente a la unidad de urgencias ante emergencia hipertensiva, mediante la manifestación de vómito, detectando con escala de coma Glasgow en número 4 (estado de suma gravedad que requiere ventilación médica asistida y soporte vital básico)”, se lee en el escrito. “Mi hija no ingresó por ningún problema estomacal, ella tenía un resfriado común y corriente y quería estrenar su Seguro Popular. Le inyectaron dizque ketorolaco en la vena directo, ella comenzó a vomitar sangre, se llenó de ronchas; creemos que se sobrepasaron de ese medicamento. En varias ocasiones le pregunté a los médicos si algo se podía hacer por la salud de mi hija y me dijeron que ya no tenía caso. Ella estuvo internada en el piso 3, cama 310”, reiteró la madre de familia. En el texto enviado por la Secretaria de Salud a ZETA, se informa que “al cumplir con los requisitos para ser candidata a la donación de órganos, personal autorizado de la coordinación de Trasplantes del Hospital invitó a la familia a realizar este acto altruista en una ocasión; al recibir una negación se finalizó dicho protocolo, sin mayor insistencia”. García refuta: “Ellos mismos se contradicen, si según nosotros le dijimos que era una adicta, ¿cómo es que cumplía con los requisitos para ser candidata a donación de órganos, verdad? La verdad no fue una sola ocasión la que me insistían en que se donaran los órganos, fueron varias veces, inclusive me dijeron que se pagaban muy bien; hasta en una ocasión les contesté de mala manera por tanta insistencia”. La familia de la joven interpuso denuncia ante la Procuraduría General de Justicia en el Estado -888/12/206 y 632/12/20F- por el deceso y negligencia médica; sin embargo, hasta el momento no hay avances en la investigación. La PGJE informó que se están llevando a cabo las diligencias pendientes, como ratificar al médico legista, citatorio a Iván López Martínez (pareja de la víctima), solicitar dictamen en materia de medicina, ratificar peritos en materia de medicina y citar a los médicos responsables en su momento procesal. “De la Procuraduría no he sabido nada, no hay avances, de hecho cuando me pidieron la declaración, fue tan informal en el mismo estacionamiento del hospital, y hasta la fecha ninguna Policía nos ha dado algún avance. El caso está estancado”, lamentó la mujer. Oficialmente, María Elena murió por anoxemia por bronco aspiración secundaria a hemorragia sub-aracnoidea, pero a la familia esa causa de muerte no le convence y seguirán denunciando públicamente los hechos de los que fueron víctimas.