Mónica Patricia Ávila Valverde sufrió un accidente al caer de su propia altura, como consecuencia se quebró la muñeca de la mano izquierda, y a fin de recibir atención médica, acudió a la Clínica 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), sin imaginar que una negligencia médica la dejaría discapacitada. La paciente de 48 años señaló que el accidente ocurrió el 17 de mayo de 2011, por lo que de inmediato acudió al Sector Salud, donde la programaron para una intervención quirúrgica; sin embargo, al paso de los días el dolor e inflamación de la mano no cedía, sino que incrementaba día con día. “En varias ocasiones solicité a los médicos que me revisaran, porque sentía que lo que me estaba pasando no era normal, mi mano estaba demasiado inflamada, los dolores no bajaban y la mano casi no lo podía mover”, mencionó. La señora Ávila Valverde relató a ZETA que pasaron los meses y no era dada de alta por los médicos. Su mano cada vez perdía más fuerza. “Mi mano ya no la podía sostener, tenía mucho dolor, en una ocasión el doctor Albarrán, quien me operó, me comentó que era debido a que tenía un cuerpo extraño (clavos) en mi mano. Que era una reacción normal, pero yo no lo veía normal”, dijo. La paciente insistió al doctor que algo extraño estaba ocurriendo con su salud, pero no fue hasta que consultó al doctor Lozano Gaspar, quien al solicitarle una radiografía, observó que los tornillos que le había puesto eran demasiado grandes, no aptos para fractura de Colles en el antebrazo. “Cuando me sacaron una radiografía, el médico vio que los seis clavos de distintos tamaños que me había puesto, eran los que comúnmente se utilizaban para una rodilla y no para la muñeca. Dizque me pusieron esos porque no contaban con material quirúrgico adecuado para la intervención, las consecuencias fue que me mataron las articulaciones, afectándome los tendones. Cuando me volvieron a intervenir ya había pasado casi un año (17 de abril de 2012)”. Así quedó asentado en el expediente de la paciente: “Paciente de 48 años la cual presentó hace un año fractura de colles antebrazo izquierdo y operándose con colocación de placa y tornillos, pero los cuales estaban muy largos y le inflamaban y limitaban los movimientos de la mano, dedos, y muñeca, por lo que se produjo secundariamente anquilosis y alteración de antebrazo y mano izquierda. Se retira los tornillos y la placa y se nota disminución del dolor y mejoría de la zona, pero se pasará a rehabilitación para mejora de la fuerza muscular y ángulos de movimiento”. Ávila Valverde expresó que a consecuencia de la mala intervención quirúrgica, no ha podido regresar a su trabajo en DJ Orthopedics, donde es empleada desde julio de 2009. La última incapacidad la recibió el 6 de noviembre de 2012 por 28 días, sin embargo, a los tres días le hablaron del Seguro Social para informarle que su incapacidad tenía un error y solo se extendería por ocho días más, los cuales ya vencieron, por lo que ya tenía que regresar a su empleo. “Cuando regresé a mi trabajo y al verme mis jefes en las condiciones de salud que me presenté, me dijeron que tenía que arreglar mi problema, si no, me darían de baja”, mencionó. La paciente expuso que desde hace un mes no percibe ingreso, pues en su trabajo no la quieren emplear y en el Seguro Social no le extienden la incapacidad. Ávila Valverde tenía programada su cita para el 13 de enero en la Clínica de Cirugía Reconstructiva, sin embargo, al solicitar ZETA una entrevista con directivos de IMSS respecto al caso, repentinamente la afectada fue citada porque su intervención se llevaría a cabo el martes 27 de noviembre. El IMSS informó a este Semanario que la Dirección del Hospital General Regional Número 1 ya derivó el caso de Mónica Patricia Ávila Valverde a la especialidad correspondiente para su seguimiento.