En México: 6 mil 095 denuncias de secuestro en el sexenio de Calderón “¡Súbanlo, súbanlo!”, escuchó la señora Amparo, mientras veía que su hijo era subido a una vagoneta Honda CRV. El “levantado” el martes 30 de octubre de 2012 a eso de las cinco de la tarde, era Aldo Alberto Galeana Tostado, avecinado en la colonia Aeropuerto 70-76. Inmediatamente la acongojada señora avisó a su otro hijo, Antonio, quien trató de calmarla con palabras más, palabras menos: “Tú no te preocupes, mamá, todo va a salir bien, yo voy a solucionar esto; yo voy a negociar con las personas que tienen a Aldo, yo sé qué personas lo tienen. A Aldo no le van a hacer nada, no lo van a maltratar, yo lo voy a arreglar para que Aldo regrese bien. Yo lo voy a traer de vuelta, mamá”. Antonio alcanzó a revelar a su madre: “No le va a pasar nada, va a estar bien, ya entregando lo que ellos quieren, van a entregar a mi hermano; ellos quieren la mercancía, la droga la tiene la Policía de Estados Unidos porque nos cayó en el lugar donde la teníamos guardada”. Las autoridades ministeriales también supieron que Antonio Galeana ya había entregado a los “secuestradores” unos vehículos y cierta cantidad de dinero, sin especificar cuánto. También tuvieron conocimiento que Aldo había sido levantado por órdenes del jefe de su hermano Antonio, y que lo que quería “el patrón” era un documento de la Policía donde se diera fe del aseguramiento de la droga. Los principales sospechosos: Alfonso y René Arzate, hermanos apodados “El Aquiles” y “La Rana”, quienes manejan células criminales para el Cártel de Sinaloa de Joaquín “El Chapo” Guzmán. La madre de los hermanos Galeana Tostado confió a los Ministeriales que en varias ocasiones le guardaba dinero a su hijo Antonio, en cantidades que iban desde 20 mil a 30 mil dólares. Hacía ocho años que el joven de 30 años había purgado una condena en Chula Vista, California, por cruzar un vehículo con droga. La principal línea de investigación respecto al móvil del crimen es una deuda adquirida por la incautación de un cargamento de droga en Estados Unidos, del cual se cree que era responsable. La madre, de nombre Amparo Tostado, refirió a los policías investigadores que por varios días, los “jefes” de Antonio lo hostigaban telefónicamente para que reintegrara las pérdidas económicas derivadas del decomiso o justificara el error cometido, pero prefirió esconderse. Al no responder a sus asociados criminales, éstos decidieron raptar a su hermano menor. Los cuerpos tanto de Aldo como de Antonio fueron encontrados el domingo 4 de noviembre en la carretera libre Tijuana-Tecate, sobre el Kilómetro 159. Primero fue localizado el cadáver de Antonio, a eso de las 4:40 am; estaba envuelto en bolsas de plástico color negro, tenía heridas en la boca, cara y cabeza. La necropsia reveló que había muerto por traumatismo craneoencefálico. Luego, a las 1:35 pm fue localizado Aldo; tenía el mismo tipo de golpes en la boca y cabeza, y al igual que su hermano, estaba envuelto con cinta aislante color negro con imágenes de las caricaturas Looney Tunes. Murió por la misma causa que su hermano. “Su mamá negó rotundamente que tuvieran un vínculo, ahora está haciendo declaraciones ante la Procuraduría de Justicia del Estado respecto a que el hijo mayor tenía nexos con el narcotráfico”, expuso a ZETA el Comandante de la Segunda Zona Militar, Gilberto Landeros. “Definitivamente estamos hablando de un tema de narcotráfico. Para manejar cantidades de 20 mil y 30 mil dólares no estamos hablando de narcomenudeo”, señaló el coordinador de la Subprocuraduría Contra la Delincuencia Organizada de la PGJE, Miguel Ángel Guerrero. Miembros del Consejo de Seguridad de Baja California confirmaron a ZETA que el caso de los jóvenes asesinados tiene relación con células criminales del Cártel de Sinaloa, asentado en Playas de Rosarito. En la investigación se determinó que Antonio Galeana “pasaba los fines de semana en los centros nocturnos de la ciudad, gastaba mucho dinero, en esos días no llegaba a dormir a su casa porque se la pasaba festejando”. Asimismo, que su “patrón” llamaba en repetidas ocasiones vía telefónica a la casa de la madre preguntando por él. Le apodaba “Pájaro”, añadiendo que en repetidas ocasiones, Antonio acostumbraba hospedarse en el Hotel Pueblo Amigo, ya que el vehículo Honda que él conducía, “fue visto por la madre en el estacionamiento de dicho hotel”. También, “de acuerdo a las indagaciones y entrevistas con la madre, se pudo establecer que el ‘Pájaro’ se dedicaba a cruzar droga en vehículos de doble fondo hacia los Estados Unidos de América, así como que trabajaba para una célula que le rendía cuentas al ‘Aquiles’”. Plagios y plagiarios Cuentan familiares y amigos que Aldo Galeana no tenía nada que ver con el crimen organizado. Tenía 22 años y cursaba el último semestre de la Licenciatura en Informática en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), mientras realizaba sus prácticas profesionales en un diario local. El levantón y posterior ejecución de Aldo Galeana corresponde a uno de los cuatro plagios identificados por la Procuraduría General de Justicia del Estado: Privación ilegal de la libertad. Primero ocurre un levantón que tiene como finalidad amedrentar, castigar, ajuste de cuentas y, en ocasiones, ejecutar. En este tipo de plagio, evidentemente los captores no piden rescate. Secuestro tradicional. Plagian a sus víctimas, generalmente personas de alto poder económico, con el único fin de obtener un rescate. Secuestro exprés. Este tipo de plagio tiene que ver con la extorsión y llamadas desde centros penitenciarios. Secuestros del narco. El procurador Rommel Moreno definió alguna vez este tipo de plagio: “El narcotraficante se convierte en traficante de indocumentados o secuestradores, y se van sobre la clase media, que es donde encuentra el dinero más fácil. Son esquemas de negociación más fácil que el tradicional secuestro”. — ¿Cuántas y cuáles células están secuestrando en Baja California?, se le preguntó a Daniel de la Rosa Anaya, secretario de Seguridad Pública del Estado de Baja California. “En el tema del secuestro tenemos identificadas dos células, particularmente son reminiscencias de lo que ha venido quedando del crimen organizado. Estamos hablando de gente del ‘Chapo’ Guzmán, células de lo que era de ‘El Muletas’ (Raydel Rosalío López Uriarte, detenido el 8 de febrero de 2010 en La Paz, Baja California Sur) y reminiscencias de ‘El Teo’ (Teodoro García Simental, capturado el 12 de enero de 2010)”. La SSPE informó que las dos células dedicadas al secuestro en Baja California son dirigidas por “El Tigre” y “El Aquiles”, para el Cártel de Sinaloa. “Las dos son de este tipo de grupo delictivos, tan es así que el tema del secuestro se ha venido reduciendo en un 80 por ciento. O sea, los que se han venido presentando, que afortunadamente son mucho menos los casos y muy esporádicos, y en la mayoría de esos casos han sido no tanto de secuestro de ciudadanos residentes del estado, sino en alguna medida han sido los secuestros de migrantes, que es lo que está ahí subiendo el indicador delictivo”. De la Rosa Anaya se refirió a los dos levantones ocurridos en octubre; el primero, cuando un joven comerciante fue privado de la libertad el viernes 5 de ese mes en la calle Baja California, entre Pedregal y Ensenada, Delegación Playas de Tijuana. El segundo se reportó el jueves 1 de noviembre en la colonia Buena Vista. “No, se trata de privaciones de la libertad, son por algún ajuste de cuentas, en estos dos casos; ya la Procuraduría de Justicia del Estado es la que está dando seguimiento a cada una, pero la información que tenemos, son privaciones”, puntualizó el funcionario estatal. BC, quinto lugar en plagios En el sexenio federal, del 1 de diciembre de 2006 al 30 de septiembre de 2012, Baja California ocupa el quinto lugar en plagios, con 408; después del primer lugar que ocupa Chihuahua, con 751 en el mismo periodo, le siguen Estado de México (683), Michoacán (587) y Distrito Federal (500). En total, en la administración del gobernador de Baja California, José Guadalupe Osuna Millán, el Sistema Nacional de Información da cuenta de 392 secuestros: 4 entre noviembre y diciembre de 2007; 115 en 2008; 103 en 2009; 90 en 2010; 64 en 2011; y 16 hasta el 30 de septiembre de 2012. El sexenio de Osuna supera al de Elorduy: 392 en administración osunista por 122 en los tiempos elorduyistas. El secretario de Seguridad Pública de Tijuana, Alberto Capella, informó a ZETA que de los 64 secuestros sucedidos en 2011, en Tijuana ocurrieron 45; mientras que de los 16 plagios acontecidos en los primeros nueve meses de 2012, 12 tuvieron lugar también en Tijuana. Durante la administración federal que concluye, del 1 de diciembre de 2006 al 30 de septiembre de 2012, el Ejército Mexicano ha participado en la liberación de 90 secuestrados, según informó a ZETA el Comandante de la II Zona Militar, General Gilberto Landeros. “Hemos llevado a cabo la liberación de 90 personas en la presente administración, vamos a decir que de 2008 a la fecha, porque en el 2007 no tenemos reportada ninguna persona liberada: Se han liberado 5 personas en el 2008; 39 en el 2009; 17 en 2010; 25 en 2011 y 4 en el 2012”. La autoridad militar relacionó los plagios con el crimen organizado: “Definitivamente el secuestro ha sido una alternativa de la delincuencia organizada para captar recursos en virtud de los golpes contundentes que se han dado al narcotráfico y a la delincuencia organizado. “Definitivamente se han detectado en algunos eventos, aislados precisamente, que pertenecen a alguna organización delictiva, o bien, que son familiares de algún delincuente, porque nosotros no andamos investigando el móvil del secuestro; sino hemos recuperado a las personas; y posteriormente, una vez que se rescata, pues se hace la investigación correspondiente, pues algunos de ellos desgraciadamente también están involucrados. Nos llegamos a enterar que no todas las personas que han sido secuestradas, son personas de buena conducta”, expuso. El precio de la libertad en el tema de secuestros en Baja California, tratándose del crimen organizado, va desde 300 mil dólares hasta 3 millones de dólares. Aunque a las familias clasemedieras les han llegado a pedir un mínimo de 10 mil dólares. El Comandante Landeros conminó a denunciar “ante el Grupo Antisecuestros de la PGJE, que denuncien el evento; y definitivamente si ellos consideran que nosotros podemos estar al alcance de resolver el problema, pues también las puertas de Zona Militar están abiertas”. Sexenio de plagios El sexenio del Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, culmina con el dolor de miles de familias víctimas del secuestro. Miles pagaron rescate e, incluso, ni así tuvieron de regreso a sus seres queridos; en el mejor de los casos, luego del pago, los secuestradores regresaron al plagiado mutilado. Datos del Sistema Nacional de Información dan cuenta de 2 mil 658 secuestros sucedidos en el sexenio foxista, por 6 mil 092 en la gestión de Felipe Calderón. El SNI cuenta solo los secuestros denunciados ante el Ministerio Público; 2011 fue el año que más secuestros “denunciados” tuvo en México: mil 322, por mil 284 en 2010; mil 162 en 2009; 907 en 2008; 438 en 2007 y 64 en el mes de diciembre de 2006, cuando inició la administración federal. Del 1 de enero al 30 de septiembre de 2012, oficialmente ocurrieron 915 plagios en el país.