Honró Archivo Histórico de Tijuana al compositor Manuel Eduardo Castro, autor de grandes éxitos en voz de artistas de la talla de Vicente Fernández, Pepe Aguilar, Chayito Valdez, Ana Bárbara, Guadalupe Pineda, Bronco, Pesado, Pedro y Alejandro Fernández, por mencionar algunos; y que gracias a su impacto, el viernes 23 de noviembre le hicieron ser reconocido por su carrera iniciada un 26 de septiembre de 1976. Dueño de melodías rancheras y baladas, el cantautor tijuanense es hijo de la intérprete Ofelia Uriarte “La Cosalteca”, y de un trompetista de la Orquesta de Santa Rosalía, Baja California Sur, por lo que lleva la música y el canto en la sangre. “Músico nunca he sido. Me considero intérprete porque una cosa son los que estudian canto y dominan los músculos de su garganta, y un intérprete es el que saca las emociones de la canción y se las transmite a la gente, y no necesita tener tan buena voz como un cantante. Luego hay quienes no transmiten nada. Cuando interpreto cierro los ojos e imagino que está frente a mí la persona a la que le escribí el tema, entonces hago que la gente sienta lo que estoy cantando”, apuntó el egresado de la Secundaria ETI y la Preparatoria Federal “Lázaro Cárdenas”. “Qué Bueno”, “El Zacatecano” y “Me Está Llorando el Corazón”, son algunos de los temas que le ha grabado Pepe Aguilar, así como “Necesito Olvidarla” de Alejandro Fernández. Castro dejó sus estudios profesionales de Ingeniería Civil por la labor de compositor, misma que descubrió a los 14 años de edad, para luego formar la rondalla de la preparatoria. “Soy un humilde tijuanense con ganas de triunfar, una persona muy traviesa, muy bohemio, me gusta andar en las noches, conocer gente con la guitarra, mi vida normalmente ha transcurrido de noche, y como padre soy, según mis hijas, el mejor papá del mundo; lo dudo, pero hago lo que puedo. Soy una persona inquieta. Me gusta mucho viajar, soy muy respetuoso con todo mundo, muy sensible, por eso creo que Dios me dio el don de escribir, de hacer rimas, versos y de hacer muchísimos amigos. Dejé la escuela, pero Dios fue muy bueno conmigo, en lugar de castigarme me premió porque me empezó a grabar gente importante”, compartió a ZETA. Manuel Eduardo Castro es considerado uno de los diez mejores compositores mexicanos, su trabajo es parte del acervo cultural de la nación, a la altura de Armando Manzanero, Juan Gabriel, Joan Sebastian y Marco Antonio Solís. En su haber suma diversos premios Billboard, de la Radio y de la Sociedad Americana de Autores y Compositores de Música (ASCAP, por sus siglas en inglés); sin embargo, subrayó que los compositores son olvidados: “Nuestro éxito siempre está tras bambalinas, ni nos festejan, ni nos toman en cuenta. Los cantantes, ni los locutores nos mencionan. Esa es una injusticia que se cometió desde siempre, en los discos necesitas una lupa para ver los créditos de los compositores. Cuando menos si no ganamos mucho, que nos reconozcan. Como autor sentiría mucha satisfacción si escuchara mi nombre en la radio. Nosotros componemos, pero solo ganamos dinero cuando el artista vende muchos discos, luego sale otro disco y adiós, pero el intérprete sigue ganando dinero toda su vida de cantar nuestros temas, como el caso de Fernando Z. Maldonado, que escribió ‘Volver, Volver’; murió en la pobreza, mientras Vicente Fernández sigue ganando dinero de ella”, precisó Manuel Eduardo Castro, quien dice admirar a autores como Manuel Alejandro y haber heredado la manera de componer de José Alfredo Jiménez, de quien se considera alumno. El compositor dijo a ZETA haber sido motivado a ejercer esta profesión gracias a textos de Federico García Lorca que le hicieron leer en la clase de Lectura y Redacción en la secundaria, de los que aprendió a rimar, hacer versos, cuartetos y sonetos: “Empecé a ponerle música a mis canciones, y ya después de que me grabaron unos temas supe que era compositor. Inicié escribiendo baladas, después me dediqué a lo ranchero, y anduve en el OTI”. Para el homenajeado, las canciones que se componen en la actualidad no dejan nada en el corazón, ya que son hechas al vapor. “He compuesto por encargo para Alejandro Fernández, temas especiales, por tiempos y de sentimientos, o a veces me piden sones jaliscienses. He hecho poquito de todo, pero las mejores canciones son las que nacen, no las que te piden. Un compositor no debe convertirse en un sastre, nada de equis tiempo, quítale, ponle, porque de eso está llena la radio, de canciones que no se sienten. Hoy agarran una tonadita y le cantan a la vaca, no importa qué dice la canción. Ya volverá algún día la música romántica, como antes que sí se fijaban en la letra. Los jóvenes solo quieren lo rápido, la inmediatez”, criticó, para después apuntar: “Antes se grababan canciones como ‘Necesito Olvidarla’, que escribí, y Alejandro Fernández me hizo el favor de interpretar hace 15 años y sigue sonando en la radio. Ahora todo es comercial, pero me siento muy honrado por haber vivido la época en que las canciones quedaban en el corazón, y no ser parte de los éxitos de microondas, de canciones que escuchas hoy, y la semana que entra ni te acuerdas de ellas. Los temas de antes perdurarán 50, 60 años, y a mí me tocó el final de esa época, varias forman parte del acervo cultural de la nación. Me siento honrado”, agregó Castro, para quien es muy importante que los intérpretes rescaten la música del ayer. Agradecido eternamente con Vicente Fernández por haberle dado la oportunidad de salir del anonimato, recientemente Manuel Eduardo Castro compuso el tema “La Reina del Norte”, el cual dedica a Tijuana, su tierra natal, a la que escribió unas letras que se sumarán al listado de canciones a la ciudad, como “La Frontera de Tijuana”, de Gregorio Hernández.