Nuevos agentes aduanales mexicanos entrenados por CBP Motivo de orgullo para el Gobierno Federal, la Garita El Chaparral inició operaciones el 31 de octubre, con el banderazo del saliente Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa. La ceremonia transcurrió como un intercambio de halagos entre funcionarios de primer nivel, pero las quejas ciudadanas por el hostigamiento de los agentes aduanales comenzaron a la par. En el recorrido oficial por las instalaciones, el anuncio fue claro: El Chaparral opera como “cualquier otro aeropuerto”, expresaría Pedro Canabal, vocero del Servicio de Administración Tributaria (SAT), quien durante la visita acompañó al administrador de Aduanas de Tijuana, Luis Torres. El cruce fronterizo también muestra la nueva imagen de los Oficiales de Comercio Exterior (OCEs), entrenados en academias de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) y capacitados para cuestionar a quienes ingresan., según dijo a ZETA Carlo Villalpando, sub-administrador de Operación Aduanal. Ocupación, lugar de residencia, ingresos, frecuencia en cruces fronterizos, motivo de la visita, incluso documentos personales como seguro para vehículo, todo puede ser solicitado por los recién egresados oficiales, sin que exista una legislación que fundamente dichos cuestionamientos. Además, estos datos son enviados a la Ciudad de México, a tres kilómetros de distancia, donde se decide si los vehículos se someterán a inspecciones intrusivas y no intrusivas. En el primero de estos dos escenarios, a petición del oficial y con autorización de su supervisor, un auto puede ser trasladado al área de revisión exhaustiva, en la cual se pueden retirar partes del automóvil hasta encontrar “indicios de riesgo”. Si bien el personal aduanero no tiene la facultad para registrar y almacenar este tipo de información, a decir de Villalpando, el proceder de los inspectores está dirigido a “detectar nerviosismo, contradicciones e incongruencias en las declaraciones de las personas y poder determinar el nivel de riego que representen… los agentes siguen un modelo porque así fueron entrenados en la academia de la CBP”. El supervisor aduanal comparte un ejemplo: “Si vemos a una mujer cruzando en un carro último modelo y nos responde que se dedica a vender tamales en Tijuana, ya sabemos que hay una incongruencia”. Ése es el entrenamiento de los nuevos oficiales que vigilan la entrada y retorno a México. Sobre el tema, grupos empresariales han criticado la falta de cortesía de los agentes de Aduana. Alan Bautista, director del Comité de Turismo de Tijuana, explicó: “Son recién egresados, llegan a la frontera y les falta sensibilizarse con los temas locales, no entienden de documentos y del estilo de vida de los fronterizos”. Por su parte, el administrador de Aduanas en Tijuana, Luis Torres, declaró: “Revisamos mucho porque así tiene que ser, anteriormente las personas tenían la impresión de que eran ‘abre-cajuelas’. Esta nueva generación de OCEs tiene que seguir un lineamiento y protocolos de revisión de vehículos”. Sin embargo, tales protocolos y lineamientos se mantienen fuera de la luz pública y en la ilegalidad. Tecnología de primera, criterio de tercera Rita desciende del camión que la transporta desde Los Ángeles y cree que continúa en los Estados Unidos. “La verdad no pensé que esto fuera México”, comenta mientras, con ayuda del chofer, toma su equipaje para trasladarse al área de inspección de El Chaparral, donde coloca sus maletas sobre la banda para que sean revisadas a través de equipos de Rayos X. Por el momento, quienes ingresen en los 200 camiones de pasajeros que cruzan a México diariamente serán los únicos en utilizar estas instalaciones. El gobierno mexicano afirma que a partir de 2013, los cruces peatonales -en ambos sentidos- de El Chaparral estarán funcionando, pero autoridades estadounidenses mantienen lo dicho: será hasta 2015. Fueron los repatriados quienes estrenaron el cruce peatonal en El Chaparral, desde el 6 de noviembre, pues reingresan a territorio mexicano a través del puente que termina en la calle José María Larroque de la colonia Federal. Una vez habilitado el ingreso de norte a sur, los peatones seguirán la misma ruta, aunque por debajo del puente. Para un tijuanense que cruza todos los días de regreso de su trabajo hacia su hogar, los procedimientos de revisión resultan inútiles. Peor aún es el criterio de algunos de los agentes. “Me quitaron la comida para perro que compré en Estados Unidos, no me explicaron por qué y solamente lo hicieron. Pues sí tienen tecnología de primera, pero el criterio es de tercera”, comentó un molesto ciudadano. El administrador de Aduanas en Tijuana detalló que de los 32 mil vehículos que cruzan diariamente, entre el 7 y 10 por ciento obtienen un semáforo rojo de revisión. “Estamos convencidos que con este tipo de tecnología vamos a inhibir a mucha gente que a lo mejor estaba pensando que podían esconder algo en el carro, pero con tecnología como Rayos X, está el riesgo de que sea detectado”. De acuerdo a Julio Reyes, administrador de Planeación y Coordinación Estratégica Aduanera, el Sistema Integral de Recolección de Información en Aduanas (SIRIA) arrancó, a la par de El Chaparral. La determinación de un semáforo rojo a cada vehículo no es una cuestión aleatoria, como en el pasado, sino responde a ciertas características de procesamiento de datos. En las esclusas se colocaron dispositivos para registrar el peso, silueta y placas de cada vehículo, así como una imagen ambiental y un registro de patrones y frecuencias de cruce. Estas características son comparadas por SIRIA con un modelo de riesgo “diseñados por expertos en el tema”, aseguró el funcionario aduanal. Esta serie de elementos genera una calificación en tres categorías de riesgo: bajo, medio y alto. En función de tales variables, el sistema asigna el color del semáforo. El también líder del proyecto SIRIA explicó: “El sistema va aprendiendo, cada día recolecta datos y realiza ajustes y análisis para asignar diferentes riesgos”. Incluso, si un vehículo obtiene semáforo verde, personal de la Aduana está facultado para detenerlo y realizar una revisión, pero nuevamente los criterios para hacerlo no están establecidos. La novedad de las revisiones vehiculares consiste en la opción de sistemas no intrusivos, como los aparatos de rayos de alta penetración que pueden escanear la imagen tanto de vehículos pesados como ligeros. La imagen es enviada al Centro Electrónico de Procesamiento de Datos en la Ciudad de México, donde un dictaminador la evalúa y regresa la información oficial en El Chaparral a través de una tableta electrónica. En caso de que sea necesaria una revisión intrusiva, se indica el lugar preciso; si no existe incidencia, al conductor se le permite continuar su camino. De acuerdo a Julio Reyes, todo este proceso toma un minuto. El administrador de Aduana en Tijuana también declaró: “La gente ahora tiene que apagar su vehículo y continuar con otro procedimiento de revisión, esta nueva generación de oficiales traen esa escuela y es un protocolo de revisión”. A pesar de que autoridades aduaneras reiteran la existencia de leyes y protocolos que facultan a los agentes realizar tales inspecciones, Luis Torres aseguró: “Sí hay leyes, pero no hay un artículo (específico). La Ley Aduanera dice que tenemos facultades de revisar todo lo que está entrando al país”. Luego explicó: “Con el perfil del pasajero van a saber qué es lo que le pueden preguntar. No estoy de acuerdo que entren en la situación personal de la gente, pero sí sus vehículos y documentos, es lo mismo que te preguntan cuando van a entrar a Estados Unidos, nosotros también estamos cuidando nuestras fronteras”. Para cerrar el tema, indicó que cualquier ciudadano puede expresar una queja sobre un agente en específico. Sistema de operación Lo innovador de El Chaparral es la infraestructura y la tecnología. Con 22 carriles de ingreso para vehículos ligeros y autobuses es el cruce fronterizo con más carriles en el territorio mexicano. Además, presume 48 áreas de revisión de vehículos y tres más para vehículos con remolque, 46 espacios para auto-declaración y más de 100 oficiales recién egresados, evidentemente sin criterio alguno para realizar las revisiones a personas que ingresan a México, en su mayoría de regreso a su país de origen y residencia. El área de revisión para pasajeros de autobuses se encuentra equipada con tecnología de Rayos X y decenas de oficiales realizan inspecciones personales. Todo forma parte del Plan de Modernización de Aduanas 2007-2012, con el cual se pretende posicionar a El Chaparral como modelo para el resto del país. Previo a la apertura formal, en un día de pruebas se operó con 17 carriles abiertos, en los cuales ingresaron más de 13 mil vehículos. El flujo diario vehicular es de 32 mil vehículos, una cuarta parte del total que cruzan por las fronteras de México. De acuerdo a autoridades de SAT, El Chaparral tiene una capacidad de atender hasta 100 vehículos por minuto, un promedio de cuatro vehículos por carril en un minuto y un total de 6 mil por hora. Optimistas de los cambios que este nuevo manejo del tráfico transfronterizo representa, aclararon, las estimaciones son en relación al tiempo en que un vehículo se encuentra frente al semáforo, el cual determina si procede a revisión o no. De ahí en adelante es otra historia. El equipo de revisión de alta tecnología está pensado para fortalecer las medidas de seguridad y control de ingreso de mercancía y dinero en efectivo en cantidades superiores a 10 mil dólares, así como artículos prohibidos, principalmente, armas y enervantes. Adecuaciones locales a problemas federales Por otra parte, una de las principales quejas de quienes han utilizado el nuevo cruce fronterizo en la última semana, es la falta de señalización para incorporarse a una de las cuatro vialidades en territorio mexicano. Por lo tanto, el gobierno estatal ha supervisado la colocación de nuevos letreros desde la entrada a El Chaparral. Se han instalado cuatro señalizaciones en el puente peatonal de El Chaparral, y en las próximas dos semanas se contempla ubicar más, desde la entrada al corredor y en territorio estadounidense. En los puentes de San Ysidro, sobre la carretera Interestatal 5, fue puesto un señalamiento para evitar que el flujo vehicular se concentre en los carriles de la derecha, lo cual entorpece el tránsito una vez que los vehículos egresan de las áreas de inspección. Hasta el momento, los propios agentes aduanales han estado realizando pruebas para monitorear los tiempos de espera. El máximo registrado ha sido de cinco minutos, a excepción de la tarde del viernes 2 de noviembre, cuando miles de viajeros debieron esperar hasta dos horas para poder salir de El Chaparral. Ese día se registró una afluencia de 44 mil vehículos, cifra similar a la de los viernes entre cinco y seis de la tarde, cuando ingresan entre 4 mil y 5 mil vehículos. “Desde hoy, hay protocolos para reparar esa situación”, afirmó el administrador de Aduanas de Tijuana. El plan de contingencia consiste en la habilitación de las calles Tercera y Novena como una ruta alternativa a quienes se dirigen a Playas de Tijuana y Rosarito. Respecto a la posible apertura de la Puerta México, la cual ya está bloqueada en territorio estadounidense, se habilitaron cuatro carriles con puertas abatibles -con ruedas- para ser abiertas en caso de emergencia, como podría ser la caída del sistema o un accidente que provocara congestionamiento vehicular. El retorno hacia Estados Unidos en El Chaparral no está habilitado -el plan original consistía en la utilización de la Avenida Virginia en San Ysidro-, por el momento, si algún viajero desea regresar al norte, debe esperar junto a cuatro vehículos más para ser escoltados por patrullas de la Aduana. Agentes retienen sus documentos migratorios para evitar su escape y los regresan por el antiguo acceso en la Puerta México. En fin, el problema persiste, las autoridades federales se adelantaron a sus contrapartes norteamericanas y la improvisación que se ha seguido desde entonces continuará hasta que Estados Unidos llegue a la fase de construcción de la Garita de San Ysidro y solicite el recurso para financiar las partes inconclusas del proyecto de remodelación. Entre tanto, los agentes aduanales mexicanos meramente copian el estilo estadounidense. Actúan y personifican a los oficiales de la CBP, pero sin el fundamento legal que los faculte para realizar las inspecciones, en una suerte de improvisación que resta credibilidad a los servicios que ofrece el nuevo cruce de El Chaparral.