El partido en el poder siempre tiene ventajas en la elección; aunque ello no garantiza el triunfo (véase elección 2010 BC), la sospecha –fundada en muchas ocasiones– es que se utilizan los recursos del estado para tal o cual candidato. Ahora en el 2013, los dos partidos principales harán uso de los recursos públicos en los procesos electorales. El PAN a través del Gobierno del Estado, el PRI a partir de Alcaldías y Congreso. Aquí el primer caso. Anunciado ha sido que la dirigencia nacional del PAN tiene intención de depurar la lista de ocho aspirantes y dejarla a lo sumo en tres, y que para esos efectos realizarán una encuesta en el estado y con una compañía chilanga. Pues bien, los oficios que fueron enviados –presupuesto incluido– están dirigidos a Raúl Ruiz, Coordinador Ejecutivo en materia de comunicación del Gobernador del Estado, José Guadalupe Osuna Millán. Tres encuestadoras membretaron así a su destinatario: “Raúl Ruiz, Partido Acción Nacional”. Los presupuestos superan el millón de pesos y exponen en el objetivo: “… hacer de tu conocimiento la metodología, tiempo y costos que implicarán desarrollar un sistema de información de estudios de opinión pública en Baja California, sobre la imagen de personajes políticos que podrán participar en la próxima campaña política para gobernador de Baja California”. Es evidente porque Ruiz no es miembro del PAN y sí funcionario de gobierno, que los pesos para pagar las encuestas saldrán de los dineros públicos, y que el entramado interno azul no lo trae la dirigencia estatal sino el Gobierno del Estado. Otra vez pues, el abuso de poder y de recursos para favorecer al partido, y en este caso, a algún candidato oficial. Hechos que vaya, en el pasado inmediato han llevado a ese instituto político a la derrota. Al modo del gobierno, al señor Ruiz le llegaron tres cotizaciones para de ahí seleccionar. El primer estudio de tres que proponen las casas, ya fue realizado y es de conocimiento de los aspirantes, faltan dos y a cuenta de gobierno. Por cierto, lo que más les afecta a varios suspirantes, es el doble discurso de Osuna Millán, que por un lado exige que no utilicen su gobierno en lo particular para incidir en la militancia, pero a través de sus asesores se encarga de las encuestas. Malo.
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