Todo se acomodó a la perfección. El equipo en la final del Futbol mexicano en apenas su tercer torneo en Primera División, ahora Liga MX, la moda del Futbol, una devoción ciega y agresiva hacia el equipo, y un rival del grupo político cercano a Hank. Toluca, diez veces campeón, equipo apoyado por integrantes del grupo de Atlacomulco, terminó con la misma cantidad de puntos que “Xolos”, encima únicamente por la diferencia de goles. A como dé lugar, ganará alguien del Estado de México. En caso de salir con las manos vacías en la búsqueda por el título, puede mantener contenta a la afición con la Copa Libertadores, previo a su segundo intento por ser electo gobernador de Baja California. Como aficionado al Toluca, Jorge Hank Rhon hizo todo lo posible para traer Futbol a Tijuana como presidente municipal, fue promesa de campaña. Después de lucrar con la cancha del CREA, construyó el estadio en el terreno del Hipódromo y el freno de los avances de la obra coincidió con el fracaso por convertirse en gobernador en 2007. El equipo ascendió el año pasado, pero la detención de Jorge Hank puso en duda la afiliación del club a la Federación Mexicana de Futbol, se desvinculó del equipo y el papelito habló. Jorgealberto Hank Inzunza, presidente de Xoloitzcuintles, es la única instancia reconocida por la Federación como dueño, así permaneció en Primera División y contó con el apoyo de los aficionados caninos cuando los acarreados manifestaron el apoyo a Hank afuera de las instalaciones de la Procuraduría General de la República. La moda del equipo ha llamado la atención de propios y extraños, tanto que en el palco de Hank se han visto personajes del partido rojo, como Enrique Pelayo, primer edil de Ensenada, y Francisco Pérez Tejada, posible rival de Hank en la contienda electoral de 2013. Hank llegó al extremo de declarar que el club canino es de los priistas y le ayudará a obtener votos, mismo equipo al que negó haber estado vinculado. Quizá un error estratégico de su parte fue mencionarlo, pues los aficionados están entregados al equipo y votarían por él a manera de agradecimiento, pero ponen en duda su gusto por el partido. En medios electrónicos, Hank ha dedicado el último mes a publicar entradas acerca del equipo sin mencionar su intención de lanzarse como candidato, bien sabida por prácticamente todos los votantes. En los diarios locales aparecieron desplegados de una plana para felicitar a los Xoloitzcuintles y ponerlos como “orgullo de Tijuana” con el nombre del presidente municipal, Carlos Bustamante, quien hizo su cierre de campaña de 2010 en el estadio de los “Xolos”, dio un donativo municipal al club y no se ha aparecido por el estadio en tiempos recientes. Eso pasa cuando el partido está dividido. A explotar empleados Un partido más de “Xolos” significa un día más de trabajo no remunerado para algunos empleados de Grupo Caliente. Personal de casinos y “books” es requerido para fungir como elementos de seguridad en días de juego sin recibir horas extra y sin contar con el beneficio de un día de descanso, según comentaron a ZETA un par de guardias del Estadio Caliente. “Odio los días de juego, me toca venir, no me pagan y ni siquiera lo puedo ver gratis”, se quejó un trabajador cuyo nombre no será revelado. Antes, los cajeros de los “books” debían comprar la casaca canina para portarla en días de juego, pues no era proporcionada por la empresa. Otra vez León Los Panzas Verdes siempre han levantado sospechas acerca de su credibilidad cuando son eliminados. Su estancia prolongada en la división de ascenso se caracterizó por campañas dominantes y derrotas patéticas. Ascendió cuando fue comprado por el grupo de Pachuca y recibió una inversión del hombre más rico del mundo, Carlos Slim. Su primer torneo de regreso al máximo circuito fue marcado por una gran ofensiva y un juego abierto. Con dos de ventaja en la ida de la semifinal y sin permitir gol en dos partidos contra Xoloitzcuintles, Gustavo Matosas mandó a su cuadro a encerrarse y le salió el tiro por la culata. Sonriente y tranquilo, el estratega se limitó a felicitar a sus rivales y lamentar la posibilidad de no poder mantener unido el grupo. En el Bajío no los bajan de vendidos, tienen historial de dar la espalda a los jugadores en derrotas. Hay costumbres difíciles de quitarse.
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