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miércoles, octubre 2, 2024
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“El Juli”: Señorial

Arturo Saldívar y Diego Silveti se enfrentaron ante la maestría, dominio y poderío de la figura mundial, Julián López “El Juli”. A pesar de la supremacía, los mexicanos no se rindieron y dieron la cara en una tarde memorable donde se cortaron seis orejas, en los tres primeros toros de la ganadería Los Encinos que resultaron extraordinarios. Superar al maestro “Juli” es imposible, pero sí se le puede dar batalla, a grado tal que Julián así lo reconoció, y les brindó a Saldívar y Silveti el segundo de su lote. Un gesto de caballero y de respaldo a su actuación, y por encima de todo a sus alcances y logros, que les permitió también salir por la puerta grande. Correspondió a Julián, “Huizache”, de 513 kilos, negro, alto, largo, enmorrillado y con trapío, al que le bajó las manos en trepidantes chicuelinas. El toro acudió en varas, fue claro, alegre se arrancó de tercio a tercio, arremetió con bravura. Toreando por bajo y con reposo absoluto, sintiendo cada muletazo y eso combinado con el sitio, valor, firmeza de procedimientos, “El Juli” coadyuvó a prolongar las embestidas. Cabe destacar que tuvo particular interés en seleccionar a Los Encinos para la sexta corrida de la temporada grande 2012-2013, del 25 de noviembre en la Plaza México. Los Encinos es propiedad de Eduardo Martínez Urquidi, de divisa verde, rosa y azul, fundada en 1990 en el rancho “El Cirilo” de Pedro Escobedo, Querétaro. Tiene sangre de Saltillo, vía Antonio Llaguno, San Martín, Tequisquiapan, Garfias, Teófilo Gómez, Paco Camino y Valparaíso. Con el paso de los años ha logrado un toro de calidad, recorrido, de temple y finas hechuras. Y aún persiguen la ruta de la  perfección. “El Juli” dio con el eje de la cintura una real dimensión a derechazos y naturales, toreando con largueza; el bovino metía la cabeza con los riñones, haciendo descubrir a un ejemplar de campeonato. En tanto, Julián alargaba los trazos, gustándose, disfrutando el Toreo y detallando interminables naturales. Salió a defender su sitio y encantó nuevamente a la afición, con doblones tersos, sometiendo al encastado “Huizache”, paulatinamente levantó su obra, alternando frenesí con calidad. Dueño de la escena, “El Juli” trazó portentosamente, reteniendo a su “socio” con toques suaves y dejando muerta la muleta. Los asistentes extasiados, no dejaban de aplaudir y gritar “¡torero, torero, torero!”. Sucedieron dosantinas, el Toreo en redondo, metiéndose en la cuna. Un supremo “Juli” se fue tras la cruz, pinchando en lo alto, luego cobró una entera, convirtiéndose el recinto en palomar. El astado recibió arrastre lento y Julián, las dos orejas. Arturo Saldívar y Diego Silveti, igual triunfaron, ante ganado bravo que es lo que trasciende. arruzina@gmail.com  

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