La pobre participación de los ciudadanos de Ensenada en el plebiscito sobre la municipalización de San Quintín, echó abajo el proceso de consulta, al no registrarse el mínimo requerido por el Poder Legislativo del Estado, que validara la decisión. Se necesitaba que, al menos, uno de cada diez ensenadenses registrados en el padrón del Instituto Federal Electoral (IFE), emitieran su opinión en las casillas el domingo 28 de octubre de 2012, cosa que no ocurrió y que derivó en lamentos tanto de los diputados locales que integraban la Comisión Especial para el Seguimiento de la Solicitud de Municipalización de San Quintín, de los integrantes del Comité Pro Municipalización de San Quintín (CPMSQ) y de miles de residentes del frustrado sexto municipio de Baja California. Los resultados del proceso en el conteo preliminar, tras el arribo del último paquete a las oficinas del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Baja California (IEPCBC) en Ensenada, el lunes 29 de octubre, fueron los siguientes: un total de 25 mil 351 votos, de los cuales 17 mil 580 fueron a favor de la municipalización (69.35 por ciento), 7 mil 548 en contra (29.78 por ciento), y 223 nulos (0.88 por ciento). Para alcanzar el 10 por ciento se requerían más de 33 mil votos, es decir, que el plebiscito se quedó corto con más de 7 mil, lo que pese a la contundente aprobación del municipio de San Quintín entre los que sí votaron, llevó a la cancelación del proceso. Hubo 82 casillas donde la mayoría votó a favor del “No” a la municipalización, 38 casillas a favor del “Sí”, y una casilla con empate de votos. Sin embargo, los números de participación entre la zona sur y norte del municipio fueron totalmente distintos. En 16 casillas ubicadas en las inmediaciones y centro de San Quintín, hubo índices de participación que fueron de los 536 votos, como fue el caso de la casilla 64B de la Colonia Santa Fe con 518 por el Sí, 8 por el No, y 10 nulos; hasta los mil 138 votos, en la casilla 53B del fraccionamiento San Quintín, con mil 118 por el Sí, 16 por el No, y 4 nulos. En contraste, 55 casillas, que representaron el 45 por ciento del total de casillas instaladas, distribuidas en otras delegaciones y en la mancha urbana de la ciudad de Ensenada, registraron menos de 100 votos cada una. La de menor participación de todas, fue la casilla 13C1, ubicada en las instalaciones de la Escuela Normal Estatal, en el fraccionamiento Valle Verde en la mancha urbana de Ensenada, donde votaron únicamente 17 personas, 5 por el Sí, y 12 por el No. Un promedio general de 210 votos por casilla que dejaron una amarga experiencia a los diputados locales quienes con rostros de evidente decepción, dieron un último reporte conjunto de la Comisión Especial la tarde del lunes 29 de octubre, para anunciar que quedaron lejos de obtener el mínimo necesario. Encabezados por la diputada Nancy Sánchez Arredondo del Partido Revolucionario Institucional (PRI), los integrantes de dicha comisión que estuvieron presentes durante el informe final fueron: Claudia Agatón Muñiz del Partido del Trabajo (PT); Lizbeth Mata Lozano del Partido Acción Nacional (PAN) Francisco Javier Sánchez Corona del Partido de la Revolución Democrática (PRD); y Alfonso Garzón Zatarain del PRI. La diputada Sánchez calificó el fallido proceso, cuya logística a cargo del IEPCBC implicó una inversión de 3 millones 650 mil pesos y que tuvo una participación aproximada al 7.7 por ciento del padrón, como “una jornada ejemplar”. Al menos ejemplar por los que sí fueron a votar, explicaba la diputada, básicamente por haberse tomado el tiempo para involucrarse junto a cerca de 726 funcionarios de casilla previamente capacitados, donde la mayoría pasó horas y horas de aburrimiento a la espera de que las pálidas urnas mostraran señales de actividad. El aburrimiento entre los funcionarios de casilla, por la poca participación de los ciudadanos, en lugares como Punta Colonet, Eréndira, San Vicente, Santo Tomás, Maneadero, y prácticamente la totalidad de la mancha urbana de Ensenada, fue tema de conversación y dio pie a cuestionamientos lanzados al aire sobre la verdadera razón de la abstención generalizada. Para el Consejo Coordinador Empresarial de Ensenada (CCEE), en voz de su presidente, Wenceslao Martínez Santos la mañana del lunes 29, “no eran los tiempos del plebiscito y faltó información”, estimando con las cifras previas que se tenían en ese momento de la zona norte del municipio, que no se lograría el 10 por ciento de participación. “Nosotros precisamente por eso solicitábamos que se pospusiera el plebiscito, para nosotros lo ideal es que se hubiera empatado el plebiscito junto con la elección próxima, del próximo año, donde realmente hubiéramos tenido el voto de todos los ciudadanos, hubiera sido una muestra mucho muy importante, una muestra donde se hubiera realmente definido una posición ciudadana”, explicó Martínez, quien dejó claro que así se lo habían solicitado, sin éxito, al Congreso del Estado. Sobre la misma línea, ZETA cuestionó a los diputados de la Comisión Especial, si la falta de participación en la zona urbana se debía a un desinterés de la ciudadanía o a una falta de difusión del plebiscito. Claudia Agatón aseguró que “faltó motivación, información precisa sobre los centros de votación entre los mismos ciudadanos, yo no le encuentro otra respuesta”, dijo. Nancy Sánchez por su parte, explicó: “En la zona urbana resonó mucho el no, la gente lo entendió como no ir, creo que eso fue el mensaje que dieron. Hubo una campaña mediática muy fuerte, ustedes lo saben, creo que aquí no se promovió la participación y el ciudadano entendió el no como no acudir a votar, eso creo que fue lo que sucedió”. La diputada Sánchez, coordinadora de la comisión especial en el plebiscito, fue más allá en su reflexión: “La gente que no tiene medios de comunicación adecuados, donde no hay televisión abierta, donde hay pocos canales, estaciones de radio, donde difícilmente las comunidades alejadas se enteran de lo que está pasando en la cabecera municipal, ellos sí salieron. Si allá es más difícil la comunicación y aquí era tema de debate todos los días en los medios de comunicación. Pensar que la gente no se enteró, es creer que ustedes medios no tienen penetración ciudadana, yo creo que eso sería un error, ¿no?”. El día de la votación El domingo 28 de octubre en San Quintín, alrededor de las 9:00 horas Fernando Figueroa Calderón, presidente del CPMSQ, lo mencionó igual que lo había dicho días antes, ese día habría acarreo de ciudadanos en autobuses directo a las urnas, ya tenían toda una logística para llevarlos y regresarlos. Como el término “acarreo” le sonaba feo, decidió bautizar la estrategia como “gente moviendo gente”, a final de cuentas y a diferencia de las votaciones regulares, en el plebiscito no había una restricción al respecto, así que si no estaba prohibido, se podía. De 9:00 a 16:00 horas estarían activos los transportes para mover a los votantes, según las estimaciones de los integrantes del CPMSQ. La participación a las 9 de la mañana en las casillas 58B y 58C1 de la Escuela Primaria Rural Federal María Lavalle Urbina, en el Ejido Nuevo Mexicali, mantenía filas con menos de 10 personas que aumentaron con el paso de las horas. Al final del día estarían entre las casillas con los índices más altos de participación en la jornada: 861 a favor, 6 en contra y 6 nulos en la primera; y 881 a favor, 6 en contra y 5 nulos en la segunda. En esas casillas, acudieron ciudadanos de todas las edades, nuevos y viejos residentes de San Quintín. Destacó la participación de la ejidataria María López Reyes, originaria de Jalisco, quien apoyada en una andadera y a sus 92 años y medio, caminó decidida a votar abiertamente por el Sí. La señora tiene 60 años viviendo en San Quintín y considera positiva la municipalización. En otros casos, personas que habían obtenido su credencial de elector semanas antes, no pudieron participar, pues el padrón del IFE utilizado en el plebiscito, de acuerdo a personal del IEPCBC había cerrado al 19 de septiembre. Paralelamente, en la casilla 53B, en la Escuela Primaria Rural Estatal Dr. Gustavo Baz, la fila de votantes se extendía decenas de metros. En la que sería la casilla con mayor afluencia en el plebiscito, se votaba rápido. Tan rápido que casos como el de Elsa Martínez Rodríguez, de 72 años de edad pasaban casi inadvertidos. En silla de ruedas y acompañada por un hombre de mediana edad, la señora Martínez llegó, mostró su credencial, tomó con manos temblorosas la boleta y siguió las indicaciones del sujeto que la acompañaba. “¡Aquí!”, le dijo el hombre con voz fuerte y apuntó con el dedo índice al recuadro que indicaba el Sí a la municipalización. Elsa obedeció y trazó una pequeña “X” a la vista de todos, con el marcador negro que le proporcionaron los funcionarios de casilla. La llevaron a la urna, introdujo su boleta en la ranura y luego el reportero de ZETA le preguntó – “Entonces señora, usted decidió votar por el Sí a la municipalización”; – “¿Cómo?”, preguntó con mirada de confusión, – “Que usted desea que San Quintín sea un municipio, votó por el Sí”, se le inquirió de nuevo. La mujer se mantenía en silencio y agitaba la cabeza a manera de no entender, cuando el hombre que la llevaba interrumpió para decir – “No sabe… pero sí”. Dando por terminada la interacción. Hubo otros incidentes observados en casillas más al norte, en la 67B ubicada en el Parque Municipal Camalú, ante la distracción de los funcionarios de casilla, le habían entregado la boleta a un hombre sin aparecer en el registro, y cuando se dirigía a ejercer su voto lo detuvieron, le pidieron la boleta de vuelta y le explicaron en dónde estaba la casilla de su sección. Alrededor de las 11:00 horas en la casilla 63B del Ejido Emiliano Zapata, decenas de personas se mantenían en fila, algunas se quedaban, otras decidían retirarse debido a la intensidad del sol, el proceso era lento, y personas de la tercera edad llenaban los primeros metros de la línea de espera, tenían prioridad. Frente a esa casilla, que se encontraba al interior de la Escuela Primaria Emiliano Zapata, se mantenía estacionado un vehículo modelo Ford Ranger, con placas BP-17-586, que mediante megáfono y propaganda montada en la parte trasera, promovía el voto por el Sí a la municipalización. Horas antes, Fernando Figueroa había sido cuestionado por medios de comunicación que recorrían las casillas, respecto a este vehículo que rondaba justamente los puntos de votación con perifoneo a favor de la municipalización, siendo la escuela Gustavo Baz el último punto donde lo habían visto. Figueroa aseguró que posiblemente era alguien quien por iniciativa propia, decidió hacer esa campaña a favor de la municipalización, algo que se salía de su control y que no lo había visto. Sin embargo, la declaración del presidente del CPMSQ no coincidió con la de la conductora del vehículo de propaganda frente a la casilla de la escuela Emiliano Zapata. Junto al vehículo con vidrios polarizados el reportero se acerca y toca un par de veces la ventana del conductor, la mujer baja la ventana: “¿Señora sabe usted que no puede estar aquí enfrente?”, le preguntó. “Sí, pero ésta es la ruta que me dieron”, dijo. “¿Quién le dio esa ruta?”, “El Comité Pro Municipalización de San Quintín, aquí traigo el itinerario, mire, son 15 minutos enfrente de cada casilla”, agregó, mostrando un papel con las direcciones de las casillas en la zona. “¿Entonces a ustedes les pagaron para que hicieran ese recorrido?”, “Sí”, “¿El Comité Pro Municipalización les pagó?”, “Sí”, respondió la mujer del negocio de publicidad, momentos antes de retirarse del lugar. Poco antes del mediodía, y más al norte, en la casilla 69B en la Escuela Primaria Rural Federal James S. Iglesias en Punta Colonet, la participación de los votantes se reducía dramáticamente, incluso costaba trabajo para algunas personas ubicar el aula donde estaba instalada la mesa directiva, pues la explanada de la escuela lucía desierta. Esa casilla tuvo al final del día una votación de 113 votos, 99 a favor y 14 en contra. Uno de los votos a favor, fue el de la señora Nicolasa Pachita Flores Sotelo, de 52 años, quien dijo que apoyó la municipalización “para beneficio de San Quintín”. Flores Sotelo iba acompañada de otra mujer de edad similar, quien le explicaba que no iba preparada para votar, pues no se había enterado. “¿Cómo que no te enteraste, que no escuchas la radio?”, le dijo Pachita a su compañera de caminata, pues ambas se habían trasladado a pie hasta la escuela. “¡No me enteré!, ni radio tengo, el otro día que lo estaba escuchando en el baño se me cayó y se rompió y ya no escucho nada”, le respondió de vuelta. “¡Mmmm!”, exclamó Pachita, ahí en Punta Colonet. Las cifras de participación de ese punto hacia el norte serían de las más bajas en el plebiscito. Así fue el caso de la casilla ubicada en San Vicente, la 72B que incorporaba 4 secciones del padrón del IFE. “¿Cómo anda la participación por aquí?”, se le preguntó al presidente de la casilla, “muy baja”, respondió, dirigiendo la mirada hacia la solitaria urna que registraría un total de 151 votos al final de la jornada, 114 a favor, 33 en contra y 4 nulos. En la casilla del Ejido Eréndira, la 73B, con la misma pregunta se obtenía la misma respuesta y la misma mirada hacia la urna con pocos votos. Esa casilla solo registró 53 votos, 38 a favor y 15 en contra. Sin afluencia de votantes, las funcionarias, pues en ese momento había solo mujeres, intercambiaban bromas y decían que a la hora de la comida en vez de una soda mejor les llevaran una caguama, para pasar mejor el rato. En Santo Tomás la historia se repitió, la casilla 74B registraría 27 votos en todo el día. Las funcionarias de la mesa directiva, que se habían instalado en la Escuela Primaria Lic. Adolfo López Mateos, habían optado por sacar algunos mesa-bancos al patio, hacer un círculo y tomar algo de aire fresco mientras platicaban. Afuera, se veían pasar decenas de vehículos, camiones de carga, grupos de rancheros montados en caballos, motociclistas cargados con mochilas y maletas de viaje que se detenían a comer algo y estirar las piernas, pero nadie que acudiera a participar en el plebiscito. La poca participación, en opinión de decenas de funcionarios de casilla entrevistados a lo largo del recorrido, era la desinformación, en primer lugar, por desconocimiento del beneficio o perjuicio al tomar la decisión, y en segundo, el no ubicar su casilla. En Maneadero y luego en la mancha urbana de Ensenada la situación fue la misma, los argumentos los mismos. Los funcionarios en Bahía de los Ángeles, Ojos Negros, Francisco Zarco, Isla de Cedros, en todas las delegaciones alejadas de la mancha urbana, y separadas de San Quintín vivieron participaciones pobres y desinformadas. Los diputados, que en la noche del domingo observaron los ínfimos datos que arrojaban las primeras casillas que llegaban a las oficinas del IEPCBC, y que Lizbeth Mata Lozano comenzó a contabilizar, lo supieron de inmediato, se veía difícil que San Quintín se municipalizara. Sánchez Corona del PRD se mantuvo desde entonces pensativo, con una mano en la barbilla, como resolviendo un difícil examen matemático; Julio Felipe García Muñoz del PRI, pendiente de las primeras anotaciones y atento a su teléfono móvil. No se presentaría el lunes al cierre de actividades de la Comisión; Claudia Agatón, inexpresiva; Alfonso Garzón Zatarain cabizbajo y con desánimo; y Nancy Sánchez, enfadada y a la defensiva. El lunes 29 de octubre, la diputada Lizbeth Mata Lozano denunciaría una intervención del Congreso en el proceso que afectó a su parecer, la labor del IEPCBC. “A título personal y en conferencia de prensa, la congresista panista ha estado señalando irregularidades desde que se generó el tema del plebiscito, agregando que en próximas consultas o procesos electorales no deben intervenir ninguno de los poderes, ya que se afecta la participación ciudadana”, refirió en un comunicado. Para Mata Lozano, quedaron dudas en el manejo de los recursos y estimó que hubo poca promoción en la consulta, “si bien es cierto los medios de comunicación realizaron su labor informativa, el Instituto debió haber reforzado la promoción con publicidad”, agregó en su posicionamiento. Distintas observaciones fueron hechas por la diputada, la distribución de las casillas, la prohibición a la difusión a favor o en contra emitida por el Congreso, entre otras cosas, que deberán revisarse. Los integrantes del CPMSQ en voz de Fernando Figueroa, se dijeron contentos y tristes a la vez mientras aceptaban los resultados la noche del lunes 29 de octubre. Lograron entre acarreados (o llevados), gente joven y anciana que por su propio pie decidió acudir y votar por el Sí, una participación ejemplar, sobre todo si se compara con la del resto del municipio. Se enfrentaron a una Comisión Especial del Congreso del Estado, que en un punto del proceso se vio envuelta en una confusión sobre el trabajo del IEPCBC, si le correspondía la propaganda del plebiscito o no, si podían hacerlo ellos o no. Y lidiaron con una campaña para votar por el “NO” en el plebiscito, financiada por el CCEE, que de haber sido más intensa y con más tiempo, posiblemente hubiera terminado en lograr mayor participación ciudadana, alcanzar el 10 por ciento de participación, que de acuerdo a la tendencia vista al final de la jornada, contrario a lo que pensaban, pudo haber sido la campaña que los ayudara a ser, finalmente, un nuevo municipio.