Familiares de Doña Ofelia Rivera Esqueda, quien murió de cáncer de mama a la edad de 58 años, denunciaron el mal trato que recibió la paciente al ser atendida en el Hospital General, a través del Seguro Popular. “La familia está frustrada, decepcionada y muy dolida por el servicio que ofrece el Hospital General de Tijuana, acabo de enterrar a mi madre que murió el sábado 20 octubre a consecuencia de cáncer de mama; el despotismo, la falta de caridad humana y negligencia que se ve día a día en el hospital, desde los doctores hasta los practicantes, deja mucho que desear de una institución médica”, expresó una de las hijas de Rivera Esqueda. La mujer comentó a ZETA que antes de recibir atención médica en el Seguro Popular, a su madre le diagnosticaron cáncer de mama en una institución privada a inicios de marzo de este año, pero por lo costoso del tratamiento decidieron atenderla en el servicio público. “Desde un inicio en que acudimos buscando ayuda para mi madre, el servicio fue malo; en realidad nunca supimos en qué etapa de cáncer estaba mi mamá, un doctor de apellido Zepeda hacía sus notas en el expediente de mi madre, no era claro con la familia, las citas nos las ponía de manera esporádica y cuando íbamos de regreso no la quería checar. ‘Para qué si ya lo hice’, nos contestaba. Luego nos preguntaba por resultados de exámenes que nunca ordenaba, y seguía haciendo notas: ‘La paciente no hizo los estudios’”. Y remató: “Nos traían de arriba a abajo tratando de conseguir citas para los estudios, las cuales eran dadas de dos a tres semanas después, y para los resultados otras dos semanas. Para la cita con el doctor, esperábamos casi todo el día y la consulta no tardaba ni cinco minutos”. María Luisa, otra hija de Doña Ofelia, dijo que el cáncer siguió avanzando en el cuerpo de su madre, corriendo a huesos y pulmones, y cuando por fin la atendió el oncólogo para que le dieran quimioterapias, ya era demasiado tarde. “Ella recibió solo un tratamiento de quimioterapia, pues su cuerpo se debilitó causándole anemia severa, tuvimos que conseguir a donadores para transfusiones de sangre, pero el trato médico fue peor. Nos sentíamos impotentes, pareciera que la suerte de las personas no les importa. “Mi madre, que era muy fuerte, pese a lo doloroso de su enfermedad, nos decía que la trataban como si tuviera ‘peste’. El seno de mi madre cada vez se ponía peor, ni una curación se le hacía, porque nunca se encontraba la persona que pudiera darle atención. Cuando el doctor la llegaba a checar, ni siquiera lo hacía de una manera higiénica, con la misma ropa de madre tocaba su seno, pese a que la úlcera estaba expuesta y pudiera infectarse. No había tacto para atender a una paciente”, señaló la hija. “En una ocasión, por lo mal que veíamos a mi madre, tratamos de llevarla a Urgencias, pero nunca la atendían porque ‘el cáncer no era una urgencia’, que mejor regresáramos a consulta otro día, o de plano nos decían que no había espacio, que volviéramos mañana”. Ofelia, otra de las descendientes, expresó que la madrugada del 20 de octubre su madre se puso grave, por lo que solicitaron los servicios de la Cruz Roja, una ambulancia llegó hasta su domicilio y sin camilla, por lo que no hubo más remedio que trasladarla en silla de ruedas. “El paramédico le puso oxígeno y ella reaccionó; al llegar al hospital la atendieron y de ahí no se sabe qué pasó, solo recibimos la noticia de que estaba muerta. Tuvieron que pasar siete horas para que se nos entregara el documento del hospital, donde decía que la familia la llevó, cuando había sido la Cruz Roja. Cuando se nos habló para reconocer el cuerpo, ella ya estaba en la bolsa, con sus ojos y boca abierta, nadie tuvo el corazón de cerrarle los ojos a mi madre. ¿Dónde está la humanidad, el amor y el deseo de ayudar al prójimo, al necesitado?”, puntualizó la hija de la fallecida mujer. Por último, los familiares declararon: “Sabemos que no vamos a lograr que con esta denuncia se reviva a mi madre, pero sí de cambiar el servicio de ese lugar, porque que no es justo que la gente que busca ayuda, porque desea vivir y no tienen los medios económicos, cruelmente no se les ayude y trataran como un animal sarnoso, que se les deje morir”.