Cuando “Archie” Solís salió con el brazo en alto como campeón mini mosca de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) en agosto de 2011, nadie hubiera imaginado que fuera su último combate como monarca. Dos meses después, sufrió una fractura en la mandíbula y tuvo problemas de la vista, producto de un ataque por un hombre de mayor tamaño y fuerza. El acusado: Saúl “Canelo” Álvarez. Mientras el “Canelo” se convertía en estrella televisiva, Solís presentó una denuncia, fue sometido a cirugía y se vio obligado a un receso de catorce meses. El sábado en Hermosillo, “Archie” estará de regreso. “Creo que es una buena prueba para ver si estamos listos para un campeonato mundial”, apuntó Solís. Pero el año sin pelear pesó, la FIB lo desconoció como campeón y no era posible regresar a la actividad física, el retiro estaba cerca. “Quería correr, seguir en actividad, a veces los medicamentos, la fractura, el cuerpo resiente las heridas graves, sentía dolores de cabeza, mareos, no estaba activo, emocionalmente tampoco, eso afecta mucho en un atleta de alto rendimiento. Ya me siento mejor, no solo físicamente, también psicológicamente y anímicamente mejor. Agradezco a mi compadre, Guillermo Brito (director operativo de Zanfer), sin él me hubiera retirado del Boxeo”, relató.</p> Guadalajara dejó de ser casa, la demanda sigue en proceso y la familia de Solís comenzó a ser hostigada, las amenazas de muerte se convirtieron en parte de la rutina diaria. Ulises necesitaba otra sede para cocinar su reaparición. “La tranquilidad de Tijuana me la recomendaron Raúl Robles (preparador físico) y sobre todo Guillermo Brito. Estaba muerto en Guadalajara, sin ánimos de hacer nada, enojado con las autoridades, frustrado. Tijuana me da calma y esta segunda oportunidad para demostrar de qué estoy hecho. La dedicación de uno también cuenta mucho”, comentó tras una sesión de trabajo en la pista del CREA. Llegar a este punto quizá no hubiera sido posible sin la mano del destino. Semanas después de la cirugía, Solís se vio en el espejo, hinchado, lacerado. Esa noche no pudo dormir, por su cabeza rondaban pensamientos de suicidio, pero alguien lo detuvo. “Afortunadamente mi hija estaba dormida en mi cama, cuando estuve a punto de hacerlo, se movió, me puso un pie arriba y me arrepentí. Me llené de muchos sentimientos, más coraje, tantas cosas que quiero demostrar ahora que regrese, que no soy cobarde, soy más hombre que él”, recordó. En un intento previo por regresar, los problemas dentales continuaron, el canino izquierdo no sanó, aun sigue flojo, pero cada día más fuerte. Mientras tanto, el tiempo pasa y la demanda contra Álvarez no procede. Solís pide justicia. “Tiene que proceder, está plenamente identificado mi agresor con testigos, presentamos al hermano, que dicen que fue el que me golpeó, los testigos dicen que no, porque es pelirrojo, porque tiene pecas, porque sale en la tele, cada testigo con su versión diferente. Hago un llamado a las autoridades de Jalisco, ¿qué esperan? Si mi agresor ya está identificado plenamente, ¿por qué no actúan? ¿Es mucha la influencia que tiene él? ¿Es válido ser amigo de dos gobernadores? ¿Es muy válido ser amigo del procurador? ¿Qué espera Jalisco para mostrar que no hay impunidad? “Creo que las autoridades no tienen que hacerse tontas, no estoy pidiendo que me hagan un favor, estoy pidiendo que hagan su trabajo, que lo hagan como debe ser. Desgraciadamente, México pierde un campeón, no por no ganar arriba del ring, sino por cuestiones extraoficiales, la agresión de un campeón que se quiere sentir el único en Jalisco”, sentenció el ex monarca. Lejos de ser vencido por la impotencia del tardado proceso, “Archie” lo lleva consigo al cuadrilátero, tiene cuentas pendientes con su estilo de vida pero sigue sin sentirse tranquilo porque su agresor sigue libre sin haber recibido castigo como lo marca la ley. Con una mirada seria y un cambio drástico en la voz del alegre “Archie”, las ganas de recuperar lo perdido sacan la pasión de Solís. “Es mi manera más honesta de vivir, atentó contra eso, contra mi vida, contra la vida de mi hija, de mi familia. Amenazas siempre hubo, nos exhibieron los carros de la familia, describieron a mi hija, mi madre, mis hermanos. Que nos paguen eso, es un daño grande. Llevo el amor de mi familia, el coraje, el sentir de un campeón mundial agredido, lacerado por un seudo campeón mundial que es un cobarde, llevo el coraje de México, tiene que triunfar México sobre esto. Cuando vuelva a ganar el título mundial no lo voy a ganar yo, lo va a ganar México, está por encima de cualquier otro deportista que se quiera hacer único”. Ulises trabajó en el González Boxing Club y el Gimnasio de Pedro Morán. Ya había entrenado en esta ciudad, aquí empató con Omar Salado hace seis años. Su esquina la conforman Lorenzo López, Raúl Robles y Salvador Mejía. Solís lo llama “el equipo de la honra, del orgullo, el que no se va a dejar vencer”. De no ser Tijuana el centro de operaciones de Zanfer, quizá la recomendación de pelear en la frontera no hubiera sido posible. “Archie” lo agradece. “Gracias Tijuana, a toda la gente que me saluda y reconoce. Para mí Tijuana es uno de los lugares más tranquilos y seguros de México. Tijuana me abrió las puertas, me siento como en casa, contento de volver a boxear. Primero una pelea para calar la mandíbula, más que nada, y demostrar que el ‘Archie’ sigue vigente”.