Todos quieren ver saludar al Enrique la elección la ganó, dizque; es presidente electo ni sabe le espera gran reto. Va para Centroamérica, Francia, Alemania, Dinamarca a tomar cursos de gobierno porque México es un infierno. Con la “Gaviota” recorre el mundo viaja a cualquier rumbo apantallando está ya trabajando para el 1ro. de diciembre tomar el mando. Con toda su comitiva cualquier país le cautiva de gorra, viajes, hotel y comida ¡oh!, qué gran vida. La parca la observa, le pela el diente ¿presidente?, será mal presidente lo pepenaré antes se siente en Los Pinos y sea presidente. La catrina detuvo el avión presidencial entró a la nave con silencio sepulcral y vi al Peña Nieto y éste al verla se quedó quieto. Le dio un paro al miocardio como un rayo lo fulminó y rápido la huesos lo abrazó guapo, qué gran agasajo. Ha muerto el presidente electo se ve su cuerpo frío y yerto la muerte lo saca del avión presidencial va con él volando y fantasmal. Todos quedaron azorados y muy espantados llegaron al D.F. aeropuerto ya sin su presidente electo. Esta llorona tiene un interino no será mago ni adivino será un Lech Walesa mexicano que conozca y sepa de pobreza. La muerte cavó en el panteón ninguna prole fue de mirón lo sujetará con blanca mortaja y tan pronto, a su obscura caja. Dice en su epitafio: “Guapo nació, era el suspiro de las mujeres y no llegó al gobierno y quehaceres…” Leopoldo Durán Ramírez.