Danna Paola y Ángel Rafael, de 6 y 4 años, respectivamente, han sido los más afectados con la separación de sus padres; el conflicto entre el matrimonio conformado por Itzel Ceballos Morales y José Ángel Ramírez, ha sobrepasado los límites de los buenos modales. El padre acusa a la madre de esconder a los hijos, tan así que han pasado casi doce meses sin que haya podido verlos. La madre denuncia al tutor de ser una mala influencia para los menores, de tener un carácter agresivo y no apto para convivir con ellos. El conflicto matrimonial data desde agosto de 2011, cuando las peleas conyugales eran más frecuentes, y la separación se llevó a cabo. El acuerdo verbal fue que la madre cuidaría a los hijos por la noche y el padre por la mañana. El trato duró poco tiempo, Itzel le dejó los hijos al marido para que se hiciera cargo de ellos. Con esfuerzos, José Ángel contrató a una persona que estuviera al cuidado de los menores, mientras desempeñaba su labor como empleado de un bar. “Poco fue el tiempo que estuvimos así, porque mi esposa junto con la mujer que me cuidaba a los niños, me tendieron una trampa y me los quitaron, a tal grado que el conflicto llegó a DIF Estatal, ahí permanecieron en resguardo algunos días, pero el trato que se les dio a mis niños en ese lugar fue espantoso, a tal grado que demandé a DIF por la vía legal -2635/11/211/AP- y ante Derechos Humanos. Obviamente desató la furia de la institución, después a mí me trataron de lo peor; tan humillante era el trato que toda la razón se la daban a mi esposa, estuviera en lo cierto o no, dejando indefensa mi labor de padre”, relató Ramírez. Como antecedente de los conflictos matrimoniales, José Ángel interpuso varias denuncias por amenaza ante el Ministerio Público en contra de Itzel Ceballos Morales 8414/10/10/20C/AP y 77/11/206/CO, y una más por sustracción de menores 8741/11/211/AP, “pero de todas, la Policía Ministerial no hecho nada”. ZETA contactó a la Procuraduría de la Defensa del Menor, pero al mencionar el caso im93/2011, se remitió directamente al Juzgado Primero de la Familiar, quien lleva el asunto del matrimonio Ramírez Ceballos. La jueza Elma Bugarín Cortez confió a este Semanario que al revisar el caso de la pareja, ha faltado voluntad de las partes para la acción principal, que es el divorcio. “Por desgracia muchas parejas no imaginan el daño que les hacen a sus hijos, anteponen a los menores para cualquier situación; en este caso no hay un interés de ambos en resolver el proceso, hay lapsos enormes de ausencia. El proceso inició en 2011, se habló con las partes para que llegaran a un convenio, se les dieron las bases y se les invitó a que reflexionaran, pero en el Juzgado no vuelven a promover que no llegaron a un acuerdo hasta 2012, pasaron tres meses de inactividad. Normalmente una de las partes comparece y denuncia, pero en este caso no hubo nada, hasta hace días”, citó. Bugarín agregó que en los próximos días se abrirá la etapa de desahogo de pruebas, a fin de, ahora sí, llegar a un acuerdo. “Apenas estamos en la etapa de desahogo de pruebas, las partes ofrecen sus testigos para que el juez pueda resolver en una sentencia de causal de divorcio que hicieron valer. Es mejor terminar un convenio y respetarlo, porque si no puede haber amonestaciones, multas hasta llegar a los arrestos hasta por 36 horas”, precisó Bugarín Cortez, además de recomendar a las familias que por el bien de los hijos, los padres lleguen a un acuerdo si su intención es el divorcio.
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