Detroit y San Francisco se citan por primera vez en una Serie Mundial, un duelo de franquicias históricas. Los Tigres son un equipo que intenta ganar su primer campeonato desde 1984. Tras remontar déficits 2-0 y 3-1 en las rondas previas de los playoffs, los Gigantes van por su segunda corona en tres años. Con 88 victorias en la campaña regular, Detroit tuvo la marca más floja de los cinco equipos que se clasificaron a la postemporada en la Americana. Tuvo que emplearse a fondo para ganar el título de la División Central, viniendo de atrás en pleno mes de septiembre. Bajo la batuta de Jim Leyland, el gruñón manejador de 67 años, los Tigres finalmente cuajaron en el momento perfecto con los bates de Cabrera y Prince Fielder, y una rotación comandada por Justin Verlander, que junto con Doug Fister, Aníbal Sánchez y Max Scherzer, domaron por completo a los Yanquis de Nueva York rumbo a una barrida en la serie de campeonato. Los Tigres estuvieron casi toda la campaña como escoltas de los Medias Blancas de Chicago en la División Central, pero en la última semana consiguieron su boleto pese a tener el peor récord entre los clasificados en dicho circuito. Los Tigres llegan a la disputa del título por segunda vez en los últimos siete años, ya que en 2006 perdieron con los Cardenales de San Luis. Avanzaron por undécima vez en su historia a una Serie Mundial y salen como favoritos para ganar por su excelente pitcheo y el bateo de grueso calibre, guiado por el venezolano Miguel Cabrera, el rey de la Triple Corona en la temporada regular. Cabrera logró convertirse en el primer ganador de la Triple Corona tras 45 años, al finalizar la temporada como líder en promedio (.330), jonrones (44) y empujadas (139). Cuentan con una sólida ofensiva, que además de Cabrera tiene al astro toletero Prince Fielder, a Delmond Young, Austin Jackson, el dominicano Jhonny Peralta, el receptor cubano Alex Ávila y el también venezolano Omar Infante. Leyland y los Tigres disputaron el Clásico de Otoño por última vez en 2006. Como un caso de déja vú, Detroit tuvo que esperar buen rato para conocer su rival. Entonces fueron seis días, ahora cinco. Tanto descanso les pasó factura al perder en cinco juegos contra los Cardenales, que apenas tuvieron una fecha de respiro. Ese equipo de Detroit cometió ocho errores, cinco por parte de sus lanzadores. Su ofensiva, con Magglio Ordóñez y Curtis Granderson, se apagó al fabricar solo seis carreras. Para mantenerse afilados, los Tigres hicieron viajar de Florida a jugadores de las Ligas Menores para realizar juegos de práctica. “No somos tontos, aprendimos del pasado”, dijo Leyland. “Esta vez no nos quedamos sentados mirándonos las caras”. Hay un patrón que debería tenerles inquietos. En las tres últimas ocasiones que un equipo que barrió una serie de campeonato, se topó con otro que ganó en siete, y el que salió airoso en el séptimo duelo se impuso en la Serie Mundial. La historia entre ambos es casi nula, con apenas 12 enfrentamientos desde 1997, cuando se empezaron a disputar los partidos interligas. Por su parte, con buen pitcheo del derecho Matt Cain y arrolladora ofensiva de 14 imparables, los Gigantes aplastaron el lunes 22 de octubre a los Cardenales 9-0, para titularse en la Liga Nacional y avanzar a la Serie Mundial por segunda vez en tres años. Los Gigantes, campeones en 2010 frente a los Rangers de Texas, van por su segunda corona desde que se mudaron a San Francisco hace ya más de medio siglo. Mucho ha cambiado con respecto al plantel de Bruce Bochy que hace dos años se proclamó campeón, el que estaba repleto de peloteros que habían sido descartados por otros. Casi intacto está el núcleo de pitchers abridores, con Cain, Tim Lincecum y Madison Bumgarner. Pero Edgar Rentería, Cody Ross, Juan Uribe, Mike Fontenot, Andrés Torres y Pat Burrell, entre varios, ya no están. El cerrador Brian Wilson quedó descartado este año, tras operarse el codo. Sobreviven tres jugadores de posición. Uno de ellos es el receptor Buster Posey, favorito para llevarse el premio al más valioso de la Nacional. Los otros son Sandoval y Aubrey Huff. El antesalista Sandoval casi ni actuó esta temporada, al ser relegado a la banca por mal desempeño, mientras que el inicialista Huff sale esporádicamente como un bateador emergente. Ahora cuentan con Ángel Pagán, los venezolanos Marco Scutaro, el MVP (Jugador Más Valioso) en el campeonato de la Nacional, Pablo Sandoval, y Gregor Blanco; así como su receptor Buster Posey, el inquieto Hunter Pence, el torpedero Brandon Crawford y el inicialista Brandon Belt. El zurdo Barry Zito se perfila para abrir el primer juego. Un fiasco tras firmar por 126 millones en 2007, Zito ni siquiera formó del roster en 2010. Pero ganó 15 juegos este año y su apertura del viernes pasado en San Luis prendió la reacción para avanzar a esta instancia. “Desde el primer día de los entrenamientos, nos preparamos para esto”, dijo el jardinero de los Gigantes, Pagán. “Vamos a estar listos y seguir jugando la pelota como sabemos hacerlo”. Los Gigantes fueron el equipo con menos jonrones esta temporada, al disparar 103 y apenas 31 en su casa del AT&T Park, siendo terceros en promedio colectivo y cuartos en embasado. Buscan el contacto y así explotan las fisuras defensivas de sus oponentes para rayar sus carreras. De eso pueden atestiguar los Cardenales, que cometieron cuatro errores en los últimos cuatro encuentros de la serie de campeonato. Será una pulseada nutrida con jugadores procedentes de República Dominicana y Venezuela, nueve de cada país. Los dominicanos son Al Alburquerque, Joaquín Benoit, Octavio Dotel, Jhonny Peralta, Ramón Santiago y José Valverde con Detroit, mientras que Joaquín Arias, Santiago Casilla y Guillermo Mota están en San Francisco. Cabrera, Avisail García, Omar Infante y Sánchez, son los venezolanos en Detroit frente a Gregor Blanco, José Mijares, Héctor Sánchez, Sandoval y Marco Scutaro en los Gigantes. El mexicalense Sergio Romo será el único mexicano. PRONÓSTICO: San Francisco en seis juegos. Humillan a la realeza La derrota de ocho carreras por una de los Yanquis de Nueva York en el cuarto partido de la Serie del Campeonato de la Liga Americana, fue la primera vez en 36 postemporadas consecutivas que el cuadro neoyorquino ha sido barrido en una serie de playoffs. Los neoyorquinos anotaron apenas un total de 6 carreras en los cuatro partidos disputados contra los Tigres de Detroit, y tuvieron que marcharse cabizbajos tras el peor desempeño en playoffs en la historia de los 27 veces campeones de Grandes Ligas. “No bateamos, punto. No fue uno o dos jugadores, fueron muchos, y es muy difícil ganar y mucho peor cuando no anotas. Hay muchos grandes bateadores en este equipo, y que fueran silenciados es algo muy asombroso para mí”, comentaría el manejador Joe Girardi, quien hizo referencia a la débil producción ofensiva neoyorquina, con los Yanquis bateando para un promedio colectivo de .157 en la Serie de Campeonato (22 hits en 140 turnos), el segundo peor récord en la historia de Grandes Ligas desde 1969 (Mellizos de Minnesota, .155). “No hay ninguna explicación”, dijo el segunda base Robinson Canó, quien bateó para un pésimo .056 con un solo hit en 18 turnos contra el picheo de los Tigres. “No se hizo el trabajo y punto. Lo que uno quiere hacer es producir, pero no se pudo, y debemos darle gracias a Dios que llegamos a donde estamos. Tremendo trabajo de los Tigres, hicieron su trabajo y por eso están donde están”. Alex Rodríguez, quien dominó todos los titulares tras su segunda omisión consecutiva de la alineación, ingresó al cuarto partido como emergente por Raúl Ibáñez, registrando un out con dos hombres en base para cerrar la parte alta de la sexta entrada. “A-Rod” fue acechado por la prensa con preguntas sobre la baja producción ofensiva del equipo y principalmente sobre su propio futuro en el Bronx, tras los numerosos rumores de una transferencia. A Rodríguez le restan cinco años y 114 millones de en su contrato, el cual incluye una sólida cláusula para vetar transferencias. El triple corona Miguel Cabrera es en la actualidad el mejor bateador de las Grandes Ligas. Con su potencia se ha convertido en una leyenda viviente del deporte de la pelota caliente, gracias a los números y récords que ha marcado desde que incursionó en el Beisbol norteamericano. Su talento en los estadios de la Gran Carpa lo demostró el mismo día que debutó, el 20 de junio de 2003 con los Marlins de la Florida. En su primer turno al bate conectó un jonrón, fundamental para que su equipo se llevara la victoria, en una hazaña lograda únicamente por Billy Parker en 1971 y Josh Bard en 2003. Cabrera jugó en los Marlins hasta la temporada de 2008. El venezolano estuvo en el Juego de las Estrellas en los años 2004, 2005, 2006 y 2007. En su última temporada como Marlin consiguió una marca más: ser el jugador más joven en llegar a las 500 carreras impulsadas. En 2008, Cabrera pasó a la Liga Americana a jugar con un contrato multimillonario en los Tigres de Detroit, equipo con el cual terminaría de consagrarse como uno de los mejores beisbolistas del mundo. Para la temporada de 2010, volvería a un Juego de las Estrellas y en 2011 lo repetiría. También logró ser campeón al bate con un promedio de 344. La temporada 2012 ha sido sin duda la mejor de Cabrera en las Grandes Ligas. Logró una de las proezas soñadas por cualquier bateador en una temporada: la Triple Corona. En el estadio Kauffman de Kansas City se convirtió en el decimoquinto pelotero en hacerlo, luego de terminar con un promedio de .330, 44 jonrones y 139 carreras impulsadas, dejando su nombre junto a leyendas de la talla de Ted Williams, Roger Hornsby, Mickey Mantle y Lou Gehrig. Nadie había alcanzado a liderar estas tres estadísticas ofensivas desde que Carl Yastrzemski lo hiciera en la temporada de 1967 con el uniforme de los Medias Rojas de Boston. Los últimos diez campeones TEMPORADA CAMPEÓN DERROTADO 2002 Angels de Anaheim Gigantes de San Francisco 2003 Marlins de Florida Yanquis de Nueva York 2004 Medias Rojas de Boston Cardenales de San Luis 2005 Medias Blancas de Chicago Astros de Houston 2006 Cardenales de San Luis Tigres de Detroit 2007 Medias Rojas de Boston Rockies de Colorado 2008 Filis de Filadelfia Rays de Tampa Bay 2009 Yanquis de Nueva York Filis de Filadelfia 2010 Gigantes de San Francisco Rangers de Texas 2011 Cardenales de San Luis Rangers de Texas Modificarán campo de Padres Los Padres de San Diego acortarán las distancias hasta la cerca en el jardín derecho y el izquierdo central, y van a trasladar el bullpen de los visitantes del territorio foul en el derecho, detrás de la cerca del central. Desde la galería del jardín derecho hasta el área entre el derecho y el central, la cerca será movida de 402 pies a 391 pies y bajada a la altura del resto del muro. En la zona del left-center, la cerca será movida de 402 pies a 390. El bullpen de casa será reconfigurado para permitir que el de los visitantes se instale desde el campo, en el área detrás de la casa bullpen. Las dimensiones del campo de centro izquierda a la línea de foul del jardín izquierdo serán siendo las mismas. “La medida fue motivada antes que todo por Beisbol, en términos de la forma apropiada de construir las dimensiones en una forma que es más justa para los jugadores. Cuando conectan un batazo que sería jonrón en otros 29 estadios, y no lo es aquí, ellos saben que eso no es justo”, informó Tom Garfinkel, presidente de los Padres. Los cambios son buena noticia para toleteros como Chase Headley. “Cualquier cosa que hagan para hacer el estadio más justo es buena”, dijo Headley, que lideró la Liga Nacional con 115 empujadas, además de batear 31 jonrones, 173 hits y anotar 95 carreras. (ZETA/Deportes, con información de www.padres.com)