Gilberto Araujo es un hombre de 41 años, residente de Bahía, que tiene un lavado de autos. Hasta ahí vamos bien. Pues resulta que este comerciante es la sensación de la prensa brasileña después de haber hecho acto de aparición, el martes 23 de octubre, en su propio velorio. Resulta que su familia EN ZERIO! se equivocó al momento de identificar el cuerpo de un hombre que fue asesinado y que también era dueño de un auto-lavado. El periódico O Globo reportó que en el sepelio hubo desmayos y personas que, de plano, salieron corriendo de la funeraria cuando el buen Gilberto entró y dijo en voz alta “¡Muchachos, pellízquenme, estoy vivo!”. Y todo porque, a escondidas, Araujo se había ido de parranda una semana entera a Río de Janeiro.