Como si se tratara de temporada de zafra –como dicen los pescadores–, los políticos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) salieron a cosechar voluntades ahora que el Huracán “Paul” dejó más de 16 mil damnificados concentrados principalmente en Comondú, Loreto y Mulegé, Baja California Sur. Los primeros en sacar la cabeza tras la tormenta fueron los priistas encabezados por su líder, Agapito Duarte Hernández, quien hizo oficial el 18 de octubre la instalación de un Centro de Acopio en el Comité Directivo Estatal del tricolor para auxiliar a la población afectada. En la sala “Luis Barajas”, y acompañado de Irene Caballero y Magdalena Ojeda, secretaria general y secretaria de finanzas y administración respectivamente, el dirigente celebró que “no se haya registrado desgracias personales”, pero reconoció que “los daños materiales había sido de consideración, sobre todo en casas construidas con materiales endebles y en zonas bajas de algunos puertos”. Político de viejo cuño, “se puso el huarache antes de espinarse”, y trató de desligarse de la politización de la desgracia de los damnificados, por lo que tratando de disimular, llamó a empresarios, clubes de servicios, regidores, legisladores y funcionarios de los tres niveles de gobierno a cumplir su encomienda y socorrer a la población. Ya encarrilado, el líder priista dijo que estaría recibiendo alimentos no perecederos, agua embotellada, medicamentos, ropa en buen estado, cobijas y todo tipo de materiales para la reconstrucción de viviendas. Como era de esperarse, el primer aparecido en la entrega de aportaciones, y después de tomarse la foto del recuerdo fue el senador del PRI, Ricardo Barroso Agramont, el cual donó pañales y despensas surtidas de aceite, cereales, Maseca y atún, entre otras cosas. Pero apenas había terminado la entrega de su donativo, cuando el legislador, inmediatamente se fue a la tierra del panista Marcos Covarrubias Villaseñor. En el gallinero del gobernador, cacareó su triunfo y reconoció el esfuerzo que todos hicieron el primero de julio en el proceso electoral federal, y adelantándose cualquier especulación, advirtió que “ahorita no son tiempos de campaña, sino de trabajar al interior del PRI”. En un evidente acto de proselitismo político, el senador priista hizo un recorrido por las poblaciones más afectadas: Puerto San Carlos, Puerto Adolfo López Mateos y Ciudad Insurgentes, y aprovechando los huequitos de la desatención de las autoridades municipales, estatales y federales, escuchó los problemas de la población afectada por el Huracán “Paúl”. Acompañado del líder del Comité Directivo Municipal de Comondú, Plácido López Ramírez, y de la ex candidata suplente a diputada federal, Margarita Rosales Ortiz, anduvo constatando los daños personalmente y repartió donativos, después de recordar en su recorrido que “había subido a tribuna para solicitar una declaratoria de zona de desastre para Baja California Sur y poder iniciar el proceso de bajar recursos económicos del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden) a favor de los damnificados”. Pero no solo el joven Ricardo Barroso Agramont, sacó raja política de las necesidades de la población. El otro senador priista y líder de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (Croc), Isaías González Cuevas, entregó el 22 de octubre decenas de despensas, agua purificada, ropa y otros artículos en Puerto San Carlos y Ciudad Constitución. Aunque el croquista no se presentó personalmente, envió a Horacio Ramírez y Ramón Santini Pons, como sus representantes personales, y en su nombre, distribuyeron los donativos no sin antes recordarle a los electores –como explicó la ex delegada de Puerto San Carlos, Martina Chávez—, “no se equivocaron al emitir su voto por gente representativa, humanitaria, responsable y quien está al pendiente de los problemas que aquejan a la sociedad”. Los que no se aparecieron por ningún lado, hasta el cierre de la edición, eran los del PAN. Ni siquiera el líder estatal del albiazul, Herminio Corral Estrada. Salvo el caso del diputado federal, Francisco Pelayo Covarrubias “El Panchito”, quien anduvo pegado y bajo el cobijo político de su tío el gobernador en su recorrido por Mulegé, los legisladores Arturo de la Rosa Escalante, Alfredo Zamora García y Carlos Mendoza Davis, no programaron recorridos ni destinaron un solo centavo de su sueldo en la entrega de donativos a alguna institución pública o altruista, como bien lo hicieron los grupos empresariales de “Solmar”, “Gruma” y “Fundación Telmex”, y quienes bajo total sigilo y sin muchos aspavientos, entregaron agua embotellada, alimentos, ropa, colchones y cobijas para la población afectada por el Huracán “Paul”. De los del PRD, mejor ni hablar.