Mientras realizaba sus estudios de maestría, Miriam se enteró de una carrera popular a una hora de distancia de su ubicación. Le dio curiosidad por correr, algo que nunca había hecho formalmente. Le avisó a su tío, el preparador físico Raúl Robles, para que le diera consejos y un plan de trabajo. En mayo de 2009, el camino llamó oficialmente a Miriam Wood Robles gracias a un Medio Maratón. “Ahí me di cuenta que era buena para esto. Creo que puedo dar más”, apuntó vía telefónica desde Dakota del Norte, donde hace su doctorado en Educación Superior. El éxito en carreras de cinco y diez kilómetros fueron buenos indicios previos al Maratón de Chicago, donde, bajo un intenso frío, detuvo el cronómetro en tres horas con veinte minutos, mejor marca personal y mejor tiempo registrado por una bajacaliforniana. Antes de correr en Chicago, su mejor registro era de tres horas y 29 minutos en París, dos minutos mejor que la carrera de Mineápolis, donde hay más subidas en el camino. Sus mejores tiempos la clasificaron al Maratón de Boston. Boston es una de las cuatro sedes de los Maratones principales del mundo, las otras son Chicago, Nueva York y Berlín, lleva dos de cuatro. En Boston, el calor provocó que cruzar la meta fuera un logro por sí mismo, el comité organizador otorgó más tiempo para clasificar a Chicago, pues el clima era inhumano, todo lo contrario a su carrera más reciente, donde el frío fue ideal. “Al principio había riesgo de congelamiento, pero me encantó. En Boston fue cuestión de mantenerme hidratada, cuando he corrido en calor trato de hidratarme aunque no tenga sed, esa es la clave”, reveló. Los procesos de preparación también se han vuelto más rigurosos conforme Miriam ha ganado experiencia. Ya le tocó compartir el asfalto de Temoaya con Jackie Nava, aprovechando la relación de Raúl Robles con la preparación de púgiles. “Crecí con mi tío acostumbrada al CREA, a correr con sus boxeadores, es un ambiente muy bonito”, expresó. La experiencia de Boston también provocó un cambio en la dinámica de preparación para ir a Chicago. “Lo que hicimos diferente fue entrenar velocidad en el CREA con mi tío, ya había hecho trabajo de pista, pero no tan exigente como ahí. Le tengo mucha confianza a mi tío, está consciente que soy estudiante, confía en mi habilidad. Todo ha sido un proceso, desde que empecé a correr maratones mi objetivo ha sido disminuir tiempo”, precisó la corredora. Hasta ahora, se limita a una actividad extracurricular, si los resultados se dan y logra el siguiente objetivo, de romper la barrera de tres horas, en uno o dos años contemplaría la posibilidad de convertirse oficialmente en corredora de oficio. “No me gusta desperdiciar ninguna oportunidad, trato de compaginar estudio con trabajo. Es algo que disfruto tanto hacer, que me ayuda en mi tarea académica, y más cuando se tienen buenos resultados. Primero quiero bajarle de tres horas, no quiero fijarme metas que me vayan a desilusionar, soy realista, nunca me he apresurado, es un proceso”, explicó. El mejor tiempo del estado dista bastante de la marca nacional de dos horas 22 minutos y 59 segundos, establecida por Madaí Pérez en el Maratón de Chicago de 2006, ciudad donde Miriam tuvo su mejor tiempo. “Quiero completar los cuatro ‘World Majors’ y hacer un papel digno, mis padres me han enseñado que trabajando se cumplen los objetivos”. Aún sin decidirlo, Miriam podría volver a correr la distancia de 42 kilómetros, o al menos un Medio Maratón tan pronto como diciembre o enero, pues la cita en Chicago fue el 7 de octubre, normalmente pasa por un proceso de cuatro meses antes de las pruebas más duras. Por último, alentó a los tijuanenses a apoyar el Maratón de Tijuana, no lo ha podido correr por encontrarse en etapa de recuperación de otras carreras. “Hay que apoyarlo aunque sea con un aplauso para motivar a los corredores, es un esfuerzo impresionante, sí se pueden lograr sus objetivos, como yo en Chicago, mi meta era bajarle a tres horas, 29 minutos, era un sueño y lo alcancé”, concluyó.
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