La escalinata de la colonia Altamira, hacia la Casa de la Cultura, la antigua escuela Álvaro Obregón, es uno de los pocos monumentos históricos que nos quedan en Tijuana. Me ha tocado escuchar anécdotas hermosas, testimonios de tijuanenses de la tercera edad que fueron alumnos. Ellos recuerdan las escaleras con entusiasmo. Son recuerdos de vidas de pioneros. Hombres y mujeres transparentes, humildes, sencillos; sobre todo, dulces y generosos al compartir las vivencias de su infancia y juventud, igual que Tijuana, ellos crecieron a su lado y junto a ella. He tenido la oportunidad de conocer a gente que está orgullosa de ser cien por ciento tijuanense, con una memoria impresionante. Los he escuchado, se aprende de ellos. Hasta hoy, la escalinata la siguen usando a diario niños, adolescentes y jóvenes que comparten un propósito, recibir educación. La suben y bajan adultos que lentamente pisan cada escalón, como alcanzando una pequeña meta. Sería realmente triste no lograr la restauración del sitio donde dejaron su huella nuestros bisabuelos, abuelos, padres, tijuanenses de nacimiento o por adopción, pero tijuanenses al fin. Los niños y jóvenes de hoy serán padres y abuelos un día, sería una lástima no lograr la restauración de la escalinata, la forestación del área y que esta generación no logre gozar este privilegio, que bien debe ser un derecho ciudadano a vivir la historia de su tierra. No podrían contar con el mismo orgullo e incluso compartir fotos viejas, como lo hizo conmigo mi abuela Emma, las experiencias que vivían rumbo a la Obregón. Unos dicen que las subían de dos en dos. Otros, que las subían y bajaban varias veces al día, llevando al hermanito pequeño, bajando en grupo a comer a la casa, comiendo el lonche ahí mismo, llevado por las madres, ya que por años, a la escuela se iba en dos turnos. Hoy, como se puede ver, este histórico sitio es un lugar inseguro, en deplorables condiciones de mantenimiento. Bien por la iniciativa de la Asociación de Descendientes de los Defensores de Baja California, que trabajan actualmente por su restauración y preservación para las generaciones futuras. Norma Rosas Bustamante Tijuanense
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