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lunes, febrero 3, 2025
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Denuncian anomalías empleados del FIARUM

Falta de transparencia con el uso del dinero sindical, abuso por parte de los dirigentes -priorizando a sus familiares al momento de nuevas contrataciones-, presiones y amenazas, es la realidad que priva entre empleados del fideicomiso Centinela-La Rumorosa, mejor conocido como FIARUM, paraestatal encargada del cobro, administración y mantenimiento de ese sinuoso tramo carretero. Se trata de alrededor de 64 trabajadores sindicalizados, que ha mostrado su inconformidad ante la realidad interna que viven laboralmente y donde un grupo ha copado el sindicato y obtiene beneficios propios, como el ingresar prioritariamente a sus familiares más cercanos, préstamos, prestaciones y hasta el control en los transportes que sirven para trasladar a quienes viven fuera del poblado. En ese contexto ha surgido una serie de anomalías, resaltando que el delegado del sindicato en la entidad,  Ricardo Aguilera Raygoza, aparezca en la nómina del FIARUM desde diciembre de 2009, con un sueldo de 9 mil 482 pesos mensuales y un puesto en el departamento de conservación, como administrativo especializado, el cual no desempeña. Y es que en la nómina del Ayuntamiento de Mexicali, el mismo personaje aparece como subsecretario del Ayuntamiento, con un sueldo mensual de 43 mil 022 pesos, responsabilidad a la que sí acude diariamente. En función de ser el delegado en Baja California del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción, Terraceros, Conexos y Similares de México, dependiente de la Confederación de Trabajadores de México, gremio con el que FIARUM mantiene el Contrato Colectivo de Trabajo. Ricardo es hijo de Ramón Aguilera Reyes, líder histórico en Mexicali de esa central obrera y uno de los pilares del Partido Revolucionario Institucional,  que a nivel estatal encabeza el ex candidato al Senado y ex director general del diario El Mexicano, Eligio Valencia Roque. El FIARUM fue creado en julio de 1996, después de que, tras un movimiento ciudadano, el Gobierno del Estado se apropió del tramo carretero que originalmente estaba en manos privadas. Desde el inicio la dependencia firmó el contrato colectivo con la CTM, a través del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción. Encabezando el comité en el FIARUM durante varios años, estuvo Cruz Corona, hasta que hace dos semanas cambiaron de mesa directiva. “Fue una pantomima”, dice uno de los trabajadores en alusión a que la nueva delegada, Magdalena Robles, fungía como secretaria. “Cruz Corona, que era el delegado en ese tiempo, tiene a toda su familia ahí adentro”, refiere otro de los empleados. Los trabajadores empezaron a cuestionar a sus dirigentes, sobre todo porque las vacantes no se boletinaban y se las apropiaban directamente. Quienes protestaban eran hostigados bajo la amenaza de perder el empleo. “Ahí empezó la inconformidad de mucha gente”, expone otro de los trabajadores, en función de que el sindicato presuntamente debe ser para el bien del trabajador. “Empezamos a ver que cada revisión de contratos eran menos beneficios para nosotros”, y además denuncian que en una de las revisiones, el delegado sindical se creó un puesto a modo, con la venia de los directivos de la paraestatal. Consideran que en las últimas revisiones contractuales, los trabajadores no han gozado de beneficio alguno; los logros se traducen en montos que van directamente al sindicato, sin que los trabajadores sepan su destino. Para colmo, en la sesión donde se elegiría a los nuevos dirigentes, a algunos de los inconformes les suspendieron los derechos sindicales, dejándolos automáticamente fuera de la participación. El descontento entre los trabajadores ha ido en aumento, sin obtener respuesta desde la esfera sindical o administrativa. 

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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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