Isaías 14 Pueblo de Israel, cuando el Señor te haga descansar de tus sufrimientos, de tus penas y de la cruel esclavitud a que fuiste sometido, recitarás este poema para burlarte del Rey de Babilonia: “¡Miren en qué vino a parar el tirano! ¡Miren en qué vino a parar su arrogancia! El Señor ha roto el poder del malvado, ha hecho pedazos la vara del tirano que castigaba a las naciones con ira y las golpeaba sin parar, que aplastaba a los pueblos con furor y los perseguía sin compasión. Toda la tierra está en paz y tranquila y grita de alegría. Hasta los pinos y los cedros del Líbano se alegran de tu ruina y dicen: ‘Desde que tú caíste, nadie ha vuelto a cortarnos.’ Abajo, entre los muertos, hay gran agitación y salen a recibirte. Las sombras de los muertos se despiertan, todos los jefes de la tierra salen a tu encuentro; todos los reyes de los pueblos se levantan de sus tronos. Todos ellos toman la palabra y te dicen: ‘Tú también has perdido fuerzas, has llegado a ser como nosotros. Aquí vinieron a parar tu orgullo y tu música de cítaras. Tus mantas son gusanos’. ‘Como caíste del cielo, lucero del amanecer, fuiste derribado por el suelo, tú que vencías a las naciones. Pensabas para tus adentros: ‘Voy a subir hasta el cielo; voy a poner mi trono sobre las estrellas de Dios; voy a sentarme allá lejos en el norte, en el monte donde los dioses se reúnen. Subiré más allá de las nubes más altas; seré como el Altísimo’. ¡Pero en realidad has bajado al reino de la muerte, a lo más hondo del abismo! Los que te ven se quedan mirándote y fijando su atención en ti dicen: ‘¿Éste es el hombre que hacía temblar la tierra, que destruía las naciones, 17 que dejó el mundo hecho un desierto, que arrastraba las ciudades y no dejaba libres a los presos?’ Todos los reyes de las naciones descansan con honor, cada uno en su tumba; 19 a ti, en cambio, te arrojan lejos del sepulcro como basura repugnante, como cadáver pisoteado, entre gente asesinada, degollada, arrojada al abismo lleno de piedras. No te enterrarán como a los otros reyes, porque arruínate a tu país y asesinaste a la gente de tu pueblo. La descendencia de los malhechores no durará para siempre. Prepárense para matar a los hijos por los crímenes que sus padres cometieron, para que no piensen más en dominar la tierra ni en llenar el mundo de ciudades”. El Señor todopoderoso afirma. “Voy a entrar en acción contra ellos, voy a acabar con el nombre de Babilonia y con lo que quede de ella, con sus hijos y sus nietos. La convertiré en un pantano, en región plagada de lechuzas. La barreré con la escoba de la destrucción”. Es el Señor Todopoderoso quien lo afirma. José Luis Ramírez Tecate, B.C.