Carlos Bustamante Anchondo es un presidente municipal ventajoso. En la sesión de cabildo realizada la última semana de agosto se aprovechó de su investidura, y teniendo un cabildo a modo, reformó el Reglamento Interno de Cabildo del Ayuntamiento de Tijuana para que sea necesario cubrir las ausencias prolongadas por más de 30 días del presidente municipal, y no las de menos de un mes; ya con ello, no está obligado a rendir cuentas a los regidores, muchos menos a la sociedad de a dónde y por qué viaja tanto. Aprovechando esa ventaja, Bustamante Anchondo vacacionó por Europa los primeros días de septiembre acompañado de Lourdes Inzunza, Directora de Instituto Municipal de La Mujer. Disfrutaron del bello panorama de Venecia, mientras sus colaboradores enviaban boletines con opiniones del alcalde viajero. Bustamante presuntamente fue a la ciudad de México a pedir recursos, posteriormente viajó a Europa a disfrutar de unos días de descanso, para luego ir a la ciudad de Washington y de ahí a Arizona a “trabajar”. En sí la modificación no regula las constantes ausencias en las que incurre casi cada fin de semana, ya sea por trabajo o cuestiones personales, y que generan vacíos de poder en el Ayuntamiento de Tijuana. La propuesta de Mariano San Román avalada por el Cabildo del XX Ayuntamiento de Tijuana y turnada a la Comisión de Gobernación y Legislación, contempla la adición a los artículos 40 Bis y 42 fracción X del Reglamento Interno de Cabildo, estableciendo cubrir las ausencias del presidente municipal cuando éste pida licencia para separarse provisional y voluntariamente del ejercicio de sus funciones por más de 30 días. En mayo de 2011 Erwin Areizaga Uribe, regidor titular de la Comisión de Juventud y Deportes, presentó una iniciativa en la que proponía regular el constante ausentismo de Carlos Bustamante Anchondo, y cubrir las ausencias a partir de seis y hasta 30 días, para lo cual el Cabildo tendría que designar a un regidor como presidente municipal en funciones, obviamente esa propuesta a Bustamante no le pareció conveniente, y ahora se entiende por qué.
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