Vivo en la zona este de Tijuana, el sector más conflictivo de la ciudad, donde se concentra la mayor parte de la población de bajos recursos, donde la pobreza es el común denominador y la delincuencia la ha convertido en su morada. Vivo en la zona este, ahí donde los mercados sobre ruedas invaden las principales calles de las diferentes colonias bloqueando la circulación y convirtiendo el área en un enorme basurero sin que nadie controle ni regule esta actividad. Vivo en la zona este, ahí donde las calafias toman las avenidas como pistas de carreras o bien como estacionamiento en el carril que se les antoje, dejando de manifiesto que los operadores de estas unidades no conocen el reglamento de tránsito y que dominan a la perfección la actitud de irritar al resto de automovilistas que tenemos que circular por las mismas avenidas que lo hacen estas destartaladas unidades de transporte público, las cuales son representantes auténticas del subdesarrollo en que vivimos. Vivo en la zona este, ahí donde se construyen miles de mini viviendas de interés social. A las cuales se arriba por estrechas vialidades, disminuidas por la irresponsabilidad de quienes amplían su casa, invadiendo las banquetas o taludes y canales pluviales sin que autoridad alguna los infraccione y obligue a mantener sus colindancias. Vivo en la zona este, ahí donde usted puede comprar cerveza a cualquier hora de la noche, y si el cliente no sabe a dónde dirigirse, puede preguntar en la delegación de La Presa, en este lugar cualquier funcionario o policía le puede proporcionar el domicilio de un expendio en el bulevar Casa Blanca, ya que este negocio es paso obligado y ampliamente conocido para todo aquel que se dirija a estas oficinas del municipio. Vivo en la zona este, ahí donde el narcomenudeo es una actividad de lo más común, y donde en cualquier esquina le pueden informar dónde encontrar tiendita, negocios invisibles para quienes tienen la obligación de combatirlos, pero a la vista de cualquier vicioso que ocupe una dosis de droga. Vivo en la zona este, ahí donde el pavimento de se encuentra destrozado y se bachea con tierra por parte de particulares, a cambio de alguna moneda de los automovilistas, o bien con un áspero asfáltico por parte del Municipio, el cual solo cubre el hoyanco en forma provisional y a la primera lluvia la reparación pasará al olvido. Seguramente el presupuesto para obras de encarpetado se terminó con la repavimentación de las amplias avenidas de Colinas de Agua Caliente y Chapultepec. Vivo en la zona este, ahí donde los canales pluviales son usados como basureros por parte de los irresponsables vecinos que colindan con estos drenes en-cementados, transformándolos en focos de infección y nido de alimañas, convirtiendo en tarea imposible para cualquier autoridad mantenerlos limpios y operables. Vivo en la zona este, ahí donde en cada crucero de avenidas los automovilistas tenemos que lidiar con vendedores de chácharas, adictos solicitando apoyo para su centro de rehabilitación, limpia vidrios, payasos, contorsionistas, enfermos mentales y todo tipo de pedigüeños que convierten nuestra espera en los semáforos en un infierno y tampoco existe autoridad alguna que los retire de la vía pública o al menos los controle. Vivo en la zona este, ahí donde circulan cientos de vehículos chatarra con placas extranjeras, los cuales no cumplen con las mínimas medidas de seguridad para circular, contaminando y poniendo en riesgo al resto de automovilistas que transitan cerca de estos yonkes ambulantes. Todos tenemos derecho a poseer una unidad en que transportarnos, pero sin poner en riesgo la integridad física y la salud de otros ciudadanos. Vivo en la zona este, ahí donde los propietarios de grandes extensiones de terrenos realizan cortes de tierra de 90 grados y más de cincuenta metros de altura en el bulevar Insurgentes y Clouthier, creando zonas de alto riesgo de deslave o derrumbe, pareo que Obras Públicas no ve ni le preocupa, los intereses y compromisos del gobierno municipal son más importantes que la seguridad de los ciudadanos de la zona. Vivo en la zona este, ahí donde en cada esquina de las colonias populares se aprecia las concentraciones de jóvenes de aspecto antisocial, tomando cursos de asalta Oxxos, venta o consumo de drogas, asalto a transeúntes, robo de automóviles, etcétera, sin que a los padres de estos jóvenes les preocupe en lo más mínimo las actividades delictivas de sus vástagos y en ocasiones con el apoyo para delinquir de sus progenitores. Vivo en la zona este, ahí donde los prostíbulos corrientes se disfrazan de billares, y los tratantes de blanca y proxenetas se dicen empresarios, basta un pequeño recorrido por la ruta Matamoros, bulevar insurgentes y Cucapah para darnos cuenta de que la zona norte ya tiene competencia en el este de la ciudad. Lástima que nuestro Presidente Municipal sea defensor de estos tugurios de mala muerte y por consiguiente el abogado defensor de estos explotadores de la ignorancia, los cuales viven y se enriquecen vendiendo mujeres, quienes no cuentan con otro medio para sobrevivir. Vivo en la zona este, ahí donde los cerros que antes escalábamos con nuestros hijos y donde se apreciaba una gran variedad de flora y fauna, ahora se encuentran invadidos casi en su totalidad. Gente sin conciencia y con hábitos parasitarios construyen en sus faldas y taludes casuchas inmundas, convirtiendo el cerro en basurero y destruyendo los pocos espacios ecológicos con que cuenta la ciudad. Y dentro de poco tiempo estos invasores indeseables exigirán al Gobierno los servicios básicos. Agua, luz y drenaje, con el demagógico argumento de que como mexicano se tiene derecho a un pedazo de tierra. Vivo en la zona este, ahí donde los supermercados venden los productos que se desechan en las sucursales ubicadas en las áreas suntuosas de la ciudad, convirtiendo a quienes vivimos en zonas marginadas en ciudadanos de segunda, pero pagando el precio de los productos igual que los de primera. Vivo en la zona este, ahí donde los políticos solo se presentan en periodos de elecciones para comprar votos a cambio de un lonche de comida china y la presentación de cualquier cantante mediocre de narcocorridos, donde las promesas y los discursos folclóricos abundan y donde la burla a la ignorancia y necesidad prevalecen. Pero también es la zona donde por su densidad de población se definen las elecciones y eso nuestros políticos no lo olvidan. Lástima que quienes aquí vivimos no sepamos aprovechar esta ventaja. Yo vivo en la zona este, ahí donde pasa todo, pero nadie se da cuenta de nada. Juan Alberto Vega Parra Tijuana, B. C. ingjuanvega@hotmail.com