Cuando Evelin, de 14 años, quien estudiaba en la Secundaria Número 44 “Ignacio Ramírez”, llegó tarde a clases, no pensó que le costaría la expulsión de la escuela. En segundo grado y a escasos días de concluir el ciclo escolar, fue enviada a su casa por impuntualidad. Fue entonces que, de acuerdo a la afectada, quien iba a acompañada de su hermano mayor, recibió del director del plantel, profesor Enrique Canett Meza, un “lárguense de aquí, yo no tengo la culpa de que la chamaca no tenga padre ni madre”, lo que provocó la furia del joven, quien también insultó al profesor. Al día siguiente, la alumna fue llamada a la oficina del director, quien mediante una notificación por escrito, la dio de baja el viernes 15 de junio. Cuando la madre de la estudiante se enteró del hecho, acudió a hablar con el profesor, aunque admite que luego de una serie de complicaciones durante la discusión, terminó por ofenderlo, mientras el directivo se alejaba en su vehículo. Así empezó el viacrucis de la madre de familia, quien perdió a su esposo años atrás. En la Secretaría de Educación Pública sufrió más reveses. Relata que la profesora Christian Hernández le negó una copia del reporte que levantó un día después de la expulsión de su hija. Desesperada y cansada, la madre explicó a ZETA que el trato que recibió de su parte fue prepotente e indignante, por lo que acudió ante la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), donde emitieron una recomendación para revisar el caso. Aproximadamente dos semanas después, fue notificada de que su hija sería transferida a la Secundaria Número 1 “Lázaro Cárdenas”, para evitar mayores conflictos entre el director y la jovencita. Después de un cambio de parecer, la licenciada Elizabeth Rivas, de la PDH, le hizo saber que su hija podía regresar a la Secundaria Número 44, en la que la alumna había cursado dos años, la cual no quería abandonar porque ahí se encontraban sus amigos. Al llegar al plantel, fue recibida por el profesor Canett, quien negó que se hubiese autorizado el regreso de la estudiante. Al respecto, el director declaró que la joven fue dada de baja por una serie de impuntualidades en las asistencias; que así está establecido en el reglamento interno de la escuela. Finalmente, dos semanas después del inicio de clases, Evelin fue aceptada en la Secundaría Número 1, donde cursará su último grado. Por ello, su madre exige reconsiderar el cargo que desempeña el profesor Canett: “Cómo es posible que cambien a mi hija de escuela, que la humille y la ofenda, y sea mi familia la que tenga que pagar por esto”. Por su parte, el profesor planteó que el reglamento es muy específico sobre la disciplina que se espera de los alumnos, “a quienes no cumplen con él, les ofrecemos que busquen otras escuelas”, recalcó. En junio de 2011 se presentó un incidente similar con la joven, que lo llevó a sugerirle a la madre que buscara otro plantel para su hija, debido a que no se le permitió entrar por impuntualidad. Mientras que el licenciado Francisco Carrillo, de la PDH, quien acudió al plantel el miércoles 5 de septiembre, afirmó que el profesor Canett Meza presenta otra queja por parte de un padre de familia, debido a la suspensión de su hijo. Respecto a la resolución del caso de Evelin, comentó que la Procuraduría se encuentra en la integración del expediente, por lo que aún no se ha iniciado la entrevista con el profesor en ese sentido. A decir por el funcionario de la PDH, el director de la Secundaria Número 44 “se guía por el reglamento interno de la escuela y resulta difícil explicarle que está por debajo de la Constitución, sus reglas, como la portación del uniforme, conducta y citatorios, responden a lineamientos solo válidos de la escuela, pero esto no lo reconoce el profesor”.