La mañana de un día de esta semana que a poco está de terminar, Óscar Vega Marín, Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad, que un día sí y otro también concentra sus declaraciones, salidas, informaciones y presencias en Baja California, ninguneando al resto de los estados que debe atender de igual manera, se presentó en las oficinas de una radiodifusora en la Zona Río de Tijuana. Tempranito y bien peinado llegó acompañado de su fiel amiga -ella dice que no cobra por ayudarle- María Luisa Clemente, para cumplir con el compromiso de una entrevista en el programa matutino. Pero de la recepción no pasó. Cuando le inquirieron el motivo de su visita, Vega explicó que estaba ahí para conceder una entrevista al conocido conductor de la mañana. Le preguntaron al comunicador vía extensión telefónica y éste dijo que no; que no lo tenía en agenda, que no había solicitado entrevista y que a esa hora no tenía espacio para improvisar un encuentro con el de seguridad nacional. Por supuesto, Óscar Vega no creía lo que sucedía, con cargo nacional, es de los que piensan que la chamba hace al mono, pero por más que él y su gratuita colaboradora insistieron en el encuentro periodístico, no se los pudieron programar. Vaya, se tuvo que retirar así como llegó. Rápido y sin nada. Ni hablar, no parece ni candidato.