El tercer Arellano Félix que será sentenciado en una corte de San Diego, California La pena que podría enfrentar Eduardo Arellano Félix es de hasta 140 años. En la Corte de Distrito Sur en San Diego, California, lo acusan de siete cargos por tráfico de droga, lavado de dinero y asociación delictiva. En México, el apodado “El Doctor” no fue investigado, procesado ni consignado por delito alguno. Desde su detención, el 25 de octubre de 2008 en Tijuana, Baja California, se le retuvo con fines de extradición. Su aprehensión, de hecho, fue una acción coordinada de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) y la DEA para esos propósitos. Pero si en la República Mexicana no se presumía la comisión de delitos para ser juzgado en este país, en la Unión Americana la situación es distinta. De hecho en la nota diplomática que acompaña la petición de extradición, ubican a Eduardo Arellano Félix como uno de los cabecillas de la organización criminal que lleva sus apellidos. Lo acusan de haberse unido al Cártel Arellano Félix para desempeñar actos ilícitos en compañía de su hermano Benjamín, ya sentenciado en la misma Corte de California a 25 años de prisión. Misma autoridad que condenó a cadena perpetua al menor de los hermanos, Francisco Javier Arellano Félix, en 2007. Casi cinco años tuvieron que pasar para que Eduardo “El Doctor”, que también era conocido con los alias de “El Gualín”, “El Profe”, “El Abuelito” y “El 13”, fuese entregado por la Policía Federal Ministerial a oficiales del US Marshal y de la DEA, en el Aeropuerto Internacional de Toluca, Estado de México. La Corte Federal de Distrito para el Distrito Sur de California lo reclamaba por ser, entre otros asuntos, el operador financiero del CAF desde finales de 2003, año en que se dictó orden de arresto en su contra por la comisión de conductas ilícitas equiparables en México a delincuencia organizada, con el fin de cometer delitos contra la salud y lavado de dinero, así como asociación delictuosa. La ficha diplomática mediante la cual el gobierno estadounidense formuló la solicitud de extradición de “El Doctor” a la Cancillería mexicana en mayo de 2007, establecía los hechos que le inculpaban: “Iniciando por el año 1986, Eduardo Arellano Félix y sus hermanos se convirtieron en los cabecillas de una empresa de tráfico de drogas con sede en Tijuana, Baja California, México, de la cual Eduardo era un integrante. Desde ese entonces, durante la década de los 90 y hasta la fecha, la organización Arellano Félix ha empleado el uso de la violencia y ha recurrido a la corrupción, a fin de controlar el flujo de cocaína, marihuana y otras sustancias controladas que entran a los Estados Unidos desde las franjas fronterizas de Baja California. “La organización cuenta con tres áreas principales de operación: el área de operaciones de importación y distribución de Tijuana, el área de operaciones de importación y distribución de Mexicali, y por último, el área de maniobras generales (homicidios, sobornos patrullajes, etcétera). “Los integrantes de la organización Arellano Félix, están asociados mediante el territorio que ellos controlan por su alianza pactada con los hermanos ********** y por los diversos patrones de delitos en los que ellos se involucran. “Con el fin de proteger el monopolio ejercido en las zonas de la frontera norte, la Organización Arellano Félix, reclutó y entrenó a personas, de entre las que se encontraban pandilleros de la ciudad de San Diego, California, para que fueran integrantes especializados de un grupo de maniobras. Sus actividades incluían en patrullaje de las calles de Tijuana, para buscar a personas involucradas en el tráfico de drogas ‘no autorizado’, para luego secuestrarlas o asesinarlas. “Los integrantes de la organización también se trasladaban a otros lugares tanto de México como de Estados Unidos de América, para asesinar a traficantes rivales, oficiales de procuración de justicia que no cooperaran con ellos y a personas de quienes se sospechaban eran informantes. Con el fin de equipar a los integrantes del área de maniobras, la organización Arellano Félix compró armas en los Estados Unidos y las pasó de contrabando a México. “La organización Arellano Félix, sobornó sistemáticamente a un grupo de oficiales de procuración de justicia y militares corruptos, quienes usaban su puesto oficial (y a sus subordinados) para brindar protección a los integrantes de alto rango de la organización, al igual que a los embarques de droga. Asimismo, estos oficiales corruptos, protegían a los integrantes de alto rango de la organización de ser arrestados, informaban a la organización de las actividades que la justicia pretendía en contra de sus operaciones y les regresaban los narcóticos confiscados. “La organización Arellano Félix, empleó a una red de mensajeros para que llevaran las ganancias de la venta de drogas obtenidas en Estados Unidos a los integrantes de la organización que estaban en México, y ellos lo hacían como era su costumbre, en envíos de bultos de moneda corriente estadounidense, los cuales escondían en vehículos de pasajeros. Después este dinero estadounidense fue usado para sobornar a los oficiales mexicanos corruptos y fue invertido en nuevos embarques de narcóticos. El dinero usado para pagar los nuevos envíos de narcóticos, en particular el dinero pagado a los proveedores colombianos de cocaína, se enviaba en efectivo, mediante giros y en cheques bancarios emitidos a nombre de negocios ficticios. “Desde el momento en que Eduardo Arellano Félix tomó parte activa en la organización, él se convirtió en la compañía constante y consejero de Alberto Benjamín Arellano Félix. “Eduardo Arellano Félix estuvo involucrado en todas las decisiones de mayor importancia de la empresa y además fue consultado en las mismas, como la organización de cargamentos grandes de cocaína y el secuestro y asesinato de los ‘enemigos’ de la organización. Asimismo, él estuvo a cargo de manejar las finanzas de la organización. “Eduardo Arellano Félix es ciudadano mexicano. Nació el 10 de noviembre de 1956 en México, es de origen hispano, mide entre 1.77 y 1.82 metros aproximadamente y pesa entre 86 y 90 kilogramos aproximadamente. Tiene cabello castaño y ojos color café. “Esta solicitud es urgente porque se cree que Eduardo Arellano Félix se encuentra localizado en México, en este momento”. La autoridad extranjera solicitó al gobierno de México confiscar todos los artículos, instrumentos, objetos de valor o documentos que Eduardo Arellano Félix tuviese en su poder al momento de su detención y que tengan relación con los delitos por los cuales se buscó la extradición; con el fin de entregarlos a las autoridades de procuración de justicia de los Estados Unidos después de que se concediera la petición. Los cargos en Norteamérica Los cargos o delitos por los cuales Estados Unidos de América realizó la petición formal de aplicación del Tratado de Extradición Internacional en contra de “El Doctor” Arellano Félix, fueron los siguientes: Uno. Involucrarse en actividades de la delincuencia organizada (racketeering, en inglés), en contravención a la sección 1962 (c) del Título 18 del Código de los Estados Unidos de América. Dos. Asociación delictuosa para cometer actividades de la delincuencia organizada, en contravención a la sección 1962 (d) del Título 18 del Código de los Estados Unidos de América. Tres. Asociación delictuosa para importar más de 500 gramos de cocaína y más de 100 kilogramos de marihuana, en contravención a las secciones 952 (a), 960 y 963 del Título 21 del Código de los Estados Unidos de América. Cuatro. Asociación delictuosa para distribuir más de 500 gramos de cocaína y más de 100 kilogramos de marihuana, en contravención a las secciones 841 (a)(1) y 846 del Título 21 del Código de los Estados Unidos de América; y, Cinco. Asociación delictuosa para lavar dinero, así como de ser cómplice de este delito, en contravención a las secciones 2, 1956 (a)(1)(A)(i), 1956 (a)(1)(B)(i), 1956 (a)(2)(A), 1956 (a)(2)(B)(i) y 1956 (h) del Título 18 del Código de los Estados Unidos de América; encuadran en cualquiera de los incisos del apéndice, y si son punibles conforme a las leyes de ambas partes contratantes con una pena de privación de la libertad, cuyo máximo no sea menor de un año. La presentación y confusión de Eduardo Arellano Eran las 11:25 de la mañana del lunes 3 de septiembre. La Corte federal de la ciudad de San Diego estaba abarrotada con docenas de abogados y periodistas congregados frente a la Juez del Distrito Sur de California, Barbara Lynn Major, esperando la aparición de Eduardo Arellano Félix, considerado capo del cártel que lleva sus apellidos. Cuando entró a la habitación, los ojos de todos se clavaron en el hombre de 55 años, de cabello canoso y expresión serena, que vestía un traje anaranjado y caminaba lentamente, encadenados sus pies, manos y cintura, bajo la custodia de cinco U.S. Marshals. Su aspecto había cambiado mucho desde el 25 de octubre de 2008, día en que fue capturado por las fuerzas federales en Tijuana. Delgado, se le notan los estragos del encierro en la cara, aun cuando luce bien afeitado. Un traductor le explicó que enfrentaba siete cargos federales por tráfico de droga, lavado de dinero y asociación delictiva; él se declaró inocente de todos ellos. De pronto sucedió algo que parece imposible de creer. La Juez le pregunta: “¿Su nombre es Eduardo Ramón Arellano Félix?”. – “No; Ramón es mi hermano”, contestó serenamente el inculpado. Cierto. Su nombre es Eduardo Arellano Félix, el de su hermano menor es Ramon Eduardo Arellano Félix, pero éste fue asesinado hace más de una década en Mazatlán, Sinaloa, cuando se vio frente a frente con la Policía. Eduardo Ramón Arellano Félix simplemente ya no existe. La confusión es consistente con la acusación formal del caso 97CR2520-LAB, mediante el cual se inculpa al de nombre Eduardo Ramón Arellano Félix, así como a los hermanos Benjamín y Francisco Javier Arellano Félix, actualmente encarcelados en Estados Unidos. El documento interpuesto en 2001 también finca cargos a Manuel Aguirre Galindo, Jesús Labra Avilés, Ismael Higuera Guerrero, Gilberto Higuera Guerrero, Efraín Pérez, Jorge Aureliano Félix, Rigoberto Yáñez y Armando Martínez Duarte, operadores clave del Cártel Arellano Félix. Después de 20 años de investigación del gobierno federal de Estados Unidos (DEA) y su búsqueda, captura y extradición por el Gobierno Federal de México, aún existen dudas sobre la identidad de “El Doctor”, situación inusual que podría complicar el proceso judicial de este miembro del clan Arellano-Félix, al punto en que podría quedar libre, consideró un abogado experto en materia penal de Baja California. “En mi opinión existe la posibilidad de que lo tengan que absolver, porque no lo pueden condenar por la acusación o imputación de una persona ajena a él” señaló el legista consultado por ZETA, el cual pidió omitir su nombre por motivos de seguridad. Además, dijo, es poco viable modificar el nombre del imputado durante el proceso judicial, “si desde su origen está mal integrada la investigación, no creo que la persona pueda ser juzgada una segunda ocasión para subsanar los errores de la fiscalía” precisó. Errores en la extradición Durante el proceso de extradición de Eduardo Arellano, persistió la confusión de identidad con su hermano Ramón, lo que le permitió interponer una serie de amparos contra su entrega al gobierno de Estados Unidos, e incluso pudo haber sido causante de que recuperara su libertad, según argumentaban los abogados que llevaban su caso en México. Tras su arresto en octubre de 2008, el gobierno estadounidense solicitó que “El Doctor” fuera entregado a las autoridades federales para que enfrentara los cargos que se le imputaban en ese país. Como parte del proceso de extradición, se envió a la Secretaría de Relaciones Exteriores y a la Procuraduría General de la República un documento que incluía diversas fotografías para identificarlo físicamente. Una de esas imágenes pertenecía a su extinto hermano Ramón y tenía el nombre Eduardo Arellano Félix en la parte inferior de la foto, hecho que fue aprovechado por su equipo de defensa legal para impedir temporalmente su extradición, e incluso, solicitar su excarcelación del penal de máxima seguridad del Altiplano. El apartado segundo del Artículo 25 de la Ley de Extradición Internacional, establece que una de las causantes para impedir este proceso es “la de ser distinta persona que aquella cuya extradición se pide”. Aprovechándose de esa situación, los abogados defensores solicitaron un peritaje a un médico especialista en criminología para identificar con precisión a Eduardo Arellano, estudio que concluyó que se trataba de su hermano. El error puede deberse a que “El Doctor” fue detenido por agentes federales sin una orden de aprehensión, de manera que las autoridades tuvieron tan solo tres días para solicitar su extradición mientras éste permanecía arraigado temporalmente. De excederse en el tiempo, Eduardo Arellano pudo haber sido liberado. Una vez subsanados los errores, en el expediente 03/2008 fue autorizada su extradición en enero de 2010, por órdenes del Juez Decimocuarto de Distrito del Reclusorio Sur, Mario Ariel Acevedo Cedillo. Fue hasta el viernes 31 de agosto de este año que finalmente fue extraditado a la ciudad de San Diego, California. Cargos incompletos El día de su extradición a los Estados Unidos, la fiscal federal Laura Duffy, quien ha dedicado una parte importante de su carrera a la investigación de las actividades criminales del Cártel Arellano Félix (AFO, por sus siglas en inglés), declaró que esta acción constituía “un paso significativo en los esfuerzos para llevar a otra figura clave de la Organización Arellano Félix ante una Corte de Estados Unidos, para enfrentar cargos serios”. Sin embargo, no enfrentará todos los cargos imputados en la acusación formal de 2001, que le atribuían ser “el consejero superior de Benjamín Arellano e involucrarse en la toma de las principales decisiones de la organización, incluyendo la organización y transportación de cargamentos de droga hacia los Estados Unidos, así como del secuestro y asesinato de los enemigos”. En el expediente 97CR2520-LAB, se involucra a Eduardo Ramón Arellano Félix en cuatro asesinatos, dos intentos de asesinato y un secuestro. Ahora solamente enfrenta siete cargos por tráfico de droga, lavado de dinero y asociación delictiva. Aun así podría enfrentar una condena de hasta 140 años de prisión de ser declarado culpable. Para su defensa le fue asignado el abogado Bryan P. Funk, y a partir del lunes 3 de septiembre, contaba con tres días para armar el caso legal y solicitar una fianza. En ese momento la fianza le fue negada, por considerarlo un peligro para la comunidad por su posible fuga. Durante su audiencia inicial se le explicó que podrá cambiar de abogado, pero debe comprobar que cuenta con recursos económicos suficientes y que éstos fueron obtenidos lícitamente. La siguiente aparición de Eduardo Arellano en la Corte está programada para hoy viernes 7 de septiembre, frente a la juez Barbara Lynn Major. Será hasta el 22 de octubre cuando el juez Larry Alan Burns tome la titularidad del caso. Burns ha enjuiciado a los dos hermanos, Benjamín y Francisco Javier Arellano Félix, haciéndolo un amplio conocedor de las actividades criminales del CAF. La lucha jurídica de Eduardo Arellano Después de encontrarse preso desde octubre de 2008, cuando fue aprehendido en un domicilio de Fraccionamiento del Pedregal, por la rampa Buena Vista, en Tijuana, Eduardo Arellano Félix pasó inadvertido en el penal de máxima seguridad “Altiplano”, en Almoloya de Juárez, hasta que en los meses de enero y febrero de 2010 se dio luz verde a su extradición. Primero fue el Juez Decimocuarto de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito Federal quien emitió la opinión jurídica, por la que se estimó procedente la extradición del recluso, luego vino el acuerdo dictado en la Secretaría de Relaciones Exteriores para la entrega formal a las autoridades extranjeras. Eduardo promovió de inmediato un juicio de amparo buscando la protección de la justicia federal para no ser juzgado en los Estados Unidos. La demanda fue admitida en el Juzgado Quinto de Distrito en Materia de Amparo y de Juicios Civiles Federales en Toluca. Un año tres meses después, el juez federal resolvió negar y sobreseer el amparo a Arellano Félix, ante lo que sus defensores interpusieron el recurso de revisión. El Tercer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Segundo Circuito conoció de la impugnación y fue a principios de agosto de 2012 que confirmó la sentencia de amparo. “Ante lo infundado e inoperante de los agravios hechos valer por el quejoso, aunado a que no se advirtió queja deficiente que suplir de oficio”, los magistrados negaron definitivamente la protección a “El Doctor”, quien irremediablemente fue extraditado el viernes 31 de agosto último. Éstos son algunos de los agravios que el juez y los magistrados calificaron como infundados en una parte, e inoperantes en otra, y que fueron presentados por la defensa de Eduardo Arellano Félix en su intento por no ser extraditado: * Argumenta que las notas diplomáticas carecen de valor probatorio. * Arguye que la división de poderes en Estados Unidos de América no le permite a las autoridades diplomáticas, suscribir documento alguno relacionado con el procedimiento (por ejemplo, las promesas de no imponer pena de prisión), porque precisamente debido a esa división, correspondería al Poder Judicial comprometerse en ese sentido. * Cuestiona la validez de las declaraciones de los testigos, así como a los documentos expedidos por autoridades jurisdiccionales y administrativas estadounidenses, incluso, cuestiona los nombramientos de funcionarios de ese país, así como debate que ninguno de ellos cuenta con las atribuciones para despachar los asuntos de los que se ocuparon. * Desaprueba los documentos provenientes del gobierno estadounidense, por conducto de la Diplomacia, para que se determine qué autoridades diversas de las judiciales podrían estar en condiciones de no ejecutar la pena de prisión vitalicia que, en su caso, se imponga al sujeto reclamado. * Se inconformó de que algunos documentos no son originales, no se acompañó el texto de la orden de aprehensión, y su traducción no corresponde fielmente porque el sello es ilegible y distinto. * Manifestó que no es procedente la extradición, ya que las figuras jurídicas por las que se le solicita en Estados Unidos de América, son distintas de las que pretenden equiparar las autoridades responsables, además de que las penas que se imponen en ese país son inusitadas y prohibidas por el artículo 22 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, porque se aplican grilletes y no tienen derecho a visita íntima, así como que no se acredita el cuerpo del delito y la probable responsabilidad del impetrante. * Advierte que el delito de conspiración por el que es reclamado, es distinto al de asociación delictuosa que prevé el Código Penal Federal, y además pretende se haga un examen de constitucionalidad y legalidad respecto de las penas, para determinar si las que se usan en el país requirente, son de las prohibidas por el artículo 22 constitucional. * Argumenta que fue ilegal que la Secretaría de Relaciones Exteriores concediera la extradición, en virtud de que no existe compromiso de no imponer la pena de muerte por parte de los Estados Unidos de Norteamérica. * Arguye que no existió el compromiso de que no se impondrá la pena vitalicia o cadena perpetua. Finalmente los magistrados resolvieron que “resultan infundados e inoperantes los conceptos de violación que atacaban la legalidad del acto de aplicación atribuido a las autoridades responsables, por lo que procede es negar el amparo y protección de la justicia de la Unión solicitados”. Eduardo Arellano Félix fue presentado el martes 3 de septiembre por el Departamento de Justicia ante una corte en San Diego para que enfrente las imputaciones formuladas en su contra. Cronología de una extradición 4 de diciembre de 2003.- La Corte Federal de Distrito de los Estados Unidos de América para el Distrito Sur de California, derivada de la séptima acusación formal de reemplazo que con esa misma fecha dictaron los integrantes del gran jurado del Distrito Sur de California, decretó orden de arresto en contra de Eduardo Arellano Félix. 4 de mayo de 2007.- A través de nota diplomática, el Gobierno de los Estados Unidos de América realiza la solicitud de extradición del indiciado. 25 de julio de 2007.- El Juez Decimocuarto de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito Federal decretó orden de detención provisional con fines de extradición internacional en contra de Eduardo Arellano Félix (Causa penal 3/2007-C). 30 de octubre de 2008.- La Procuraduría General de la República declara debidamente cumplimentada el mandamiento judicial en contra de “El Doctor” Arellano. 7 de enero de 2010.- El Juez Decimocuarto de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito Federal emite la opinión jurídica, por la que estimó procedente la extradición del quejoso. 2 de febrero de 2010.- El Subsecretario de Relaciones Exteriores para América del Norte firmó el acuerdo administrativo que autorizó la extradición internacional de Arellano Félix. 23 de febrero de 2010.- Abogados del narcotraficante mexicano promovieron un juicio de amparo en un intento de frenar la extradición. La demanda fue formulada ante el Juez Quinto de Distrito en Materia de Amparo y de Juicios Civiles Federales en el Estado de México 27 de mayo de 2011.- El Juez Quinto de Distrito en Materia de Amparo y de Juicios Civiles Federales en Toluca, en el juicio de amparo indirecto 219/2010, niega y sobresee la protección de la justicia federal a Eduardo en contra de la orden de extradición. <strong>12 de julio de 2011.- El recurso de revisión hecho valer por la defensa de Eduardo Arellano contra la negativa de amparo fue radicado en el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Segundo Circuito. 3 de agosto de 2012.- En revisión principal, el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Segundo Circuito, por unanimidad de votos de los Magistrados, confirma la sentencia de amparo dictada por el Juez Quinto de Distrito en Materia de Amparo y de Juicios Civiles Federales en el Estado de México 31 de agosto de 2012.- La Policía Federal Ministerial entrega en extradición a Eduardo Arellano Félix a los oficiales del US Marshal y de la DEA, en el aeropuerto internacional de Toluca. CAF: los detenidos, los vigentes Durante más de 20 años, el cártel Arellano Félix ha controlado la actividad criminal en Baja California. A finales de la década de los ochenta y tras la detención de Miguel Angel Félix Gallardo, la familia Arellano tomó posesión criminal de esta región norte de México. De manera impune los hermanos Arellano Félix, Benjamín y Ramón, lideraron la organización criminal hasta el año 2002 cuando el primero fue detenido en Puebla, y el segundo asesinado en Sinaloa. La violencia cruenta ha distinguido al CAF. Durante el liderato de Benjamín y Ramón, éstos ordenaron asesinatos de venganza criminal y por el cobro de deudas, en distintas regiones del país, Jalisco, Quintana Roo, Sinaloa, Sonora, y especialmente en Baja California; Tijuana se convirtió en su territorio de guerra y la ola de inseguridad y ejecuciones recrudeció en las dos últimas décadas. En los primeros años del cártel Arellano Félix, éstos convidaron a tijuanenses jóvenes miembros de familias pudientes para integrar su ejército de sicarios y traficantes de droga conocidos entonces como “Los narcojuniors”, también establecieron conexión criminal con la mafia mexicana en California y en particular con los pandilleros del Barrio Logan de San Diego, quienes les sirvieron para trasegar droga y asesinar enemigos. Los Arellano gozaron de los favores del gobierno de Baja California a partir de las corporaciones policíacas, entidades en las que invertían un millón de dólares al mes en la compra de seguridad, impunidad y protección para la estructura criminal del narcotráfico. Benjamín Arellano le dio una organización empresarial al cártel al establecer rutas de tráfico, áreas de influencias para lugartenientes, grupos de asesinos, de cobradores y expertos financieros para el lavado de dinero. Aun siendo éste y su hermano los líderes criminales, nombraron a otros encargados de esas áreas. En febrero de 2002 en Mazatlán, Sinaloa, cuando intentaba pasar desapercibido en un vehículo viejo, de shorts, sin joyas ni lujos, Ramón Arellano Félix fue detenido por la policía local. No lo buscaban, No iban por él. Ni siquiera sabían que se trataba de uno de los narcotraficantes más buscados. Les llamó la atención su estilo delincuencial, el que no pudo ocultar. Y cuando se vio amenazado, Arellano asestó disparos al agente, éste mientras caía herido de muerte también le disparó. Fue letal contra el narcotraficante. Al mes siguiente, en marzo 2002, elementos del Ejército Mexicano siguieron a los descuidados hombres de Benjamín Arellano hasta la casa donde vivía su mujer y sus hijas en un exclusivo fraccionamiento en Puebla. Así localizaron al líder de la organización criminal. No opuso resistencia. Fue detenido, exhibido y más tarde sentenciado a siete y 22 años de prisión por delitos contra la salud y portación de arma. En abril de 2011 fue extraditado a los Estados Unidos y un año después sentenciado a 25 años de prisión y al pago de una multa de cien millones de dólares al gobierno de los Estados Unidos. Pendientes quedaron los casos del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas y Ocampo, cometido en Guadalajara en mayo de 1993, y el atentado contra el periodista Jesús Blancornelas y el homicidio de su seguridad Luis Valero, quienes fueron emboscados por diez sicarios del cártel Arellano en noviembre de 1997. A partir de aquel 2002, el menor de los Arellano, Francisco Javier tomó el control de la organización criminal, asegún aconsejado por viejos miembros del cártel como el aún prófugo, Manuel Aguirre Galindo “El Caballo”, y Enedina Arellano Félix. Otra etapa sangrienta para Baja California inició con “El Tigrillo”. Éste repartió Tijuana en células criminales para controlar a la base mafiosa a partir de líderes de zona. Estableció brazos armados y ejecutores en cada una de sus demarcaciones criminales y continuó con el trasiego de droga, y con la intermediación de productores latinoamericanos para introducir el estupefaciente a los Estados Unidos. De acuerdo a las autoridades de los Estados Unidos, ordenó el asesinato de Policías, enemigos criminales, secuestros, y cometió actos de corrupción con oficiales de todos los niveles de la estructura policíaca en México. Es junto con su lugarteniente, Arturo Villarreal Heredia, el principal sospechoso de ordenar el asesinato del editor de ZETA, Francisco Javier Ortiz Franco el 22 de junio de 2004. “El Tigrillo” fue detenido en agosto de 2006 en aguas internacionales frente a Baja California Sur, junto a una decena de miembros de su organización criminal, entre ellos Villarreal Heredia. La corte de Distrito Sur de San Diego, California lo condenó a cadena perpetua. A partir de 2006 el cártel Arellano queda en manos del sobrino de los hermanos, Fernando Sánchez Arellano, de quien la única imagen que poseen tanto las autoridades norteamericanas como las mexicanas, era cuando estudiaba en una escuela de nivel medio en los Estados Unidos. Una vez más reportes de inteligencia ubicaron a Enedina Arellano como la principal asesora de su sobrino y representante de sus hermanos. La mujer había establecido en los noventas una cadena de farmacias entre otros negocios para el lavado de dinero. A finales de 2007 Sánchez Arellano perdió el control de su organización criminal. En abril de 2008 culminó el distanciamiento con una balacera que dejó catorce hombres ejecutados y otros tantos huyeron heridos. La discordia fue por acciones criminales cometidas entre las células, unas contra otras. La disidencia la encabezó Teodoro García Simental “El Tres Letras” y otros sicarios a su servicio, que se unieron al cártel de Sinaloa para enfrentar al de los Arellano. Lo que siguió fue la época más cruenta en la historia de Tijuana; poco más de dos años de asesinatos a cualquier hora, en cualquier lugar. La guerra de los cárteles que dejó más de 2 mil muertos en esos dos años. A pesar de ser el blanco específico de la DEA, Fernando Sánchez Arellano no ha sido detenido. A partir del año 2010, sus enemigos criminales fueron cayendo ante la ley, unas veces a manos de las fuerzas armadas, otras por la policía federal e incluso por las corporaciones locales de Baja California, pero él continúa impune, y alimentando la vigencia de uno de los cárteles más violentos, corruptores y notorios de que se tenga cuenta en México. Inseguridad nacional Luego de la ola de acontecimientos violentos sucedidos en el estado de Jalisco la semana pasada, la Policía Federal, en conjunto con las Fuerzas Especiales del Ejército Mexicano, llevó a cabo el jueves 6 de septiembre varios operativos que resultaron en la detención de media decena de delincuentes vinculados al cártel de Joaquín “El Chapo” Guzmán, entre ellos Erick Valencia Salazar, alias “El 85”. Los operativos se realizaron en el fraccionamiento Valle Real del municipio de Zapopan, mientras que en Guadalajara se efectuaron en la colonia Providencia. Esto ha generado la activación de alerta máxima en todo el territorio jalisciense, primordialmente en la zona metropolitana de la capital tapatía, ya que se espera alguna reacción por parte del crimen organizado, tal como lo hicieran en días pasados, con bloqueos e incendios en las calles. Mientras esto ocurría en Jalisco, el miércoles 4 de septiembre, en Chihuahua, se encontró a cuatro personas muertas dentro de un camión de carga, abandonado en la autopista Chihuahua-Namiquipa. Según información de las autoridades, los cadáveres fueron hallados bajo el tractocamión, del lado del conductor. Dos varones y una mujer estaban dentro de la caja del vehículo. En tanto, el lunes 3 de septiembre, en medio de un operativo, las Fuerzas Especiales del Ejército detuvieron en Zacatecas a Teófilo “N”, mejor conocido como “El Cochiloco”, presunto líder de Los Zetas en Matamoros, Coahuila.