En clase, la profesora pregunta: — ¿Quién de ustedes sabría decirme cómo se puede meter un agujero en otro agujero? La alumna Carmencita levanta la mano: “¡Yo sé cómo se hace!”. — ¿Cómo?, cuestiona la profe. Entonces Carmencita une el pulgar con el índice de las dos manos formando un anillo, y luego los apoya alrededor de la boca. “Ya está, señora profesora, un agujero en otro agujero”. — Muy bien, y ahora, ¿quién sabe cómo meter tres agujeros en un agujero? Carmencita levanta la mano de nuevo. “Lo mismo de antes, señora profesora, pero esta vez los dedos hay que ponerlos alrededor de la boca y los agujeros de la nariz. Así, se meten tres agujeros en uno”. — Muy bien, Carmencita. Y ahora, ¿quién sabría cómo meter cinco agujeros en un agujero? Carmencita vuelve a levantar la mano. — Dime, Carmencita… “Muy fácil, señora profesora. Lo mismo que antes, pero ahora los dedos cubren boca, nariz y ojos. Así, cinco agujeros en uno”. Entonces Jaimito, que se está cansando de que Carmencita lo sabe todo, anuncia: “Señora profesora, quiero hacer yo ahora una pregunta: ¿Cómo se hace para meter nueve agujeros en un agujero?”. Nadie contesta, hasta Carmencita se queda callada. Entonces la maestra dice: — No lo sabemos Jaimito, ¿nos explicas? “¡Fácil! ¡Con una flauta y se la metemos a Carmencita por uno de sus agujeros”. Autor: Asesor de la SEP.
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