Hoy quiero externar mi descontento a quien quiera que sea el encargado supremo de cuidar la imagen, la sanidad y la ecología del Centro Histórico de Tijuana porque anda fallando en su trabajo. Quiero empezar con mi crítica sobre aquello de… “dale al centro”, lo de… “mantengamos limpia a Tijuana” y sabe qué otro slogan sacado de la manga que se les ocurre. Cualquiera puede ver que estos fútiles y vagos intentos no son siquiera suficientes para influir en la conciencia de la gente local, que demostrando otra vez su falta de educación cívica, sigue haciendo de mucho del centro (la Avenida Revolución se salva de la lista negra) un lugar de aspecto sucio y descuidado. Mucho de ese mal comportamiento de la ciudadana y la apatía de muchos de los que circulan por esta parte de Tijuana, lo provocan las mismas autoridades quienes rara vez ponen el buen ejemplo. Por el centro pasan taxis, gente y camiones ensuciando y contaminando de distintas maneras. Eso sí, nadie los detiene ni los multa porque los policías sienten que hay cosas más importantes que hacer que reprender a los que violan el reglamento. Mientras tanto la gente se estaciona en lugares prohibidos y nadie los multa. En las calles siguen durmiendo y orinando los vagos así como la gente afectada de sus facultades mentales. Las autoridades no resuelven el problema de raíz antes de dar un mal aspecto al turismo. Los vagos y los malvivientes vuelven de nuevo a hacer de las suyas. Por la Constitución y sus alrededores hay que ver los innumerables puestos de grasosa y humeante comida chatarra. La accesible mexican fasfud como son los tacos, gorditas, churros, memelas y sepa qué más fritangas simplemente abundan. Peor aún, intuyo que ante la falta de reglamentos, los que atienden semejantes puestos de comida poco higiénica, vacían sus sobrantes de manteca y la basura en las alcantarillas, unas que luego se tapan y huelen peor. ¿Qué, no se supone que las autoridades iban a quitar a todos esos puestos ambulantes de comida chatarra que afectan al comerciante establecido? En varios sitios aledaños se pueden ver y oler charcos de agua maloliente que chorrean de estos puestos. A lo largo del día éstos tiran el agua sobrante a la banqueta la que se torna en eficientes criaderos de larvas de mosquitos. ¡Ah!, pero los encargados de sanidad ni por error mandan a alguien a limpiarlas, menos aun a checar si hay un foco de infección latente. No es broma, el aire aledaño que respiramos los que trabajamos por aquí hiede en veces peor que un concurrido funeral de sardinas, especialmente cuando hace un calor insoportable. Los únicos que no se dan cuenta del hedor son las autoridades encargadas despachando desde sus perfumadas oficinas a muchas cuadras de distancia. También me quejaré de algunos puestos establecidos de la calle Segunda, donde además reina el carnaval de la mugre. Ahora imagine por favor que es usted turista y le apetece de un rico dulce típico mexicano del centro… va a tener que ser muy aventurero ya que donde está la fruta y la melaza tenemos lleno de moscas, abejas, avispas y no dudo que hasta ratones ahogados en maple. Nadie se digna a poner una malla para evitar que al menos se contamine la mercancía con entrañas de moscardón. Díganme ahora, ¿eso es realmente cuidar la imagen de Tijuana? ¿El hacerse de la vista gorda es la solución idónea? ¿Cuando se suelte una epidemia de tifoidea y nos amenace Estados Unidos entonces sí harán algo por la higiene? Perdonen pero alguien no se da cuenta que está haciendo el ridículo con sus inoperantes campañas de limpieza. Alguien no ve que está contribuyendo con su poca visión a que la imagen del centro no cambie. No sé el nombre del brillantísimo gurú del marketing a quien se le ocurrió la puntada de… ¡prohibido tirar chicles en la acera! ¡Tómala! ¿O sea que tirar una bolita de chicle masticado en la calle prácticamente amerita ir a dar a la penitenciaría? Lo bueno es que tal amenaza se refiere única y exclusivamente a los chicles, no a toda la basura en general… si pienso como el típico ignorante o vivales, asumiré que puedo tirar comida, papeles, depositar orines, botellas vacías, escupitajos… ¡pero chicles ni lo piense! Señores, ¡por favor!, ya pónganse a hacer campañas de limpieza costeables e inteligentes. Hay que idear planes ambiciosos que verdaderamente ayuden a mejorar nuestra comunidad. Vamos a concientizar a la gente, especialmente sobre la importancia de nuestro centro histórico que es la imagen de nuestra ciudad para el mundo. Empiecen ya mismo a multar severamente todo el que contamine, ¡sin excepción! No le hace que sea político, ciudadano o bien turista, ya que ellos también tiran basura en las calles (yo los he visto), y se les debe multar sin miramientos como a todos los ciudadanos comunes. Es una pena que en esta ciudad algunos quieran venderle la idea maquillada al extranjero de que ya cambiamos, de que estamos progresando a pasos agigantados, de que el centro histórico es tan seguro como el de San Diego y que es más agradable que aquél en todos los aspectos. ¡Por Dios! ¡Y no!, no soy un fatalista de la basura ni pesimista de la mugre, ni visionario de la podredumbre. Quien más anhela que el centro de Tijuana sea un lugar hermoso, moderno, bien cuidado y atractivo al turismo soy yo ¡porque ahí trabajo! Pero por lo mismo no me gusta que la autoridad venda verdades a medias al turismo que ultimadamente se dará cuenta de la mugrosa realidad y no regresará de nuevo. Aceptemos la verdad. El centro está resurgiendo lentamente, es cierto, pero tenemos que hacer un esfuerzo mucho más efectivo y enérgico si queremos que todo este momentum perdure y dé frutos. Necesitamos más compromiso de la gente, de las autoridades y del nuevo presidente en turno. Necesitamos estrategias novedosas que atraigan a los visitantes y los hagan volver. De nada sirve que el turista venga una vez y se lleve el olor a alcantarilla mexicana a Finlandia de recuerdo. Así que pongámonos a trabajar y a atender los problemas urgentes del centro histórico como son la basura, la imagen y la seguridad. Estoy seguro de que esto será en beneficio de todos los que vivimos en esta hermosa ciudad. El centro de nuestra ciudad lo merece. Gracias. Toraijin Arendori Tijuana, B.C. Correo: atoartfilosografic@hotmail.com