Centros de rehabilitación sin apoyo oficial El escaso apoyo gubernamental ha derivado que los centros de rehabilitación de Baja California subsistan prácticamente de limosnas, ya que para sufragar los costos de operación de éstos, los internos en recuperación son enviados a pedir ayuda a la calle, así lo compartió a ZETA Marco Antonio Morales Nava, secretario de la Federación de Unidades Estatales de Rehabilitación Salud en Adicciones (FUERSA). En el presente año, ninguna unidad de las 43 asociaciones afiliadas a FUERSA han recibido la ayuda oficial que cada año les es canalizada como becas para tratamiento, bajo el argumento que la federación no ha canalizado dicha partida al Estado. Si bien es cierto, los organismos de tratamiento contra las drogas requieren a cada interno una cuota de 240 pesos por ingreso y una aportación diaria de 132 pesos, tales apoyos no son suficientes para la manutención, tratamiento, análisis y gastos en enseres personales que cada uno necesita. “El cobro es prácticamente simbólico, ya que con ello difícilmente se logra solventar la asistencia de cada interno, además de que no todos dan dicha aportación, por lo que nos vemos obligados a mandarlos a pedir dinero a la calle”, expuso Morales Nava. El miércoles 8 de agosto tomaron protesta diez asociaciones que se integran a la Federación, entre éstas el Centro de Recuperación y Rehabilitación para Enfermos de Alcoholismo y Drogadicción Zona Uno A. C. de Tecate, el primer CRREAD que se conformó a nivel nacional. Con ellas, FUERSA suma 43 asociaciones a casi un año de su conformación, las cuales atienden un promedio de 3 mil 400 personas. Un 28 por ciento son mujeres y un 12 por ciento menores de edad. Cada agrupación cuenta con un promedio de cuatro unidades, distribuidas en los cinco municipios de Baja California, y cada una de éstas asiste a un aproximado de veinte adictos. “Atendemos al 60 por ciento de la población bajacaliforniana adicta a algún estupefaciente”, precisó el secretario de la federación. En Baja California operan alrededor de 300 centros de rehabilitación, “entre registrados y fantasmas, pero nosotros aglutinamos las asociaciones que cuentan con la mayor cantidad de internos, además de estar debidamente certificadas”. Sobre el aumento en los niveles de adicción, Apolinar Quezada Mejía, fundador del CRREAD de Tecate, dijo que se da en forma desproporcionada. “Por ello solo somos un Mejoral para un gran dolor de cabeza”, admitió. En 1987, año en que fundó el primer CRREAD, eran menos los adictos a las drogas, “pero ahora hemos dejado de ser un país de paso (de drogas) para convertirnos en un país consumidor”, compartió, para después afirmar que hace falta mayor respuesta por parte del gobierno para hacer frente al fenómeno. “La drogadicción crece sin ton ni son, y los centros de rehabilitación son insuficientes para atender a tanto enfermo, cuyo número aumenta día a día”, acotó. Isabel Mercado