Luego de aplicar una valoración médica de su caso, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) negó a una paciente la pensión por invalidez, pero un estudio particular determinó que la degeneración ósea de su columna, la convierte en no apta para continuar laborando; argumento suficiente para que el Instituto le conceda una segunda evaluación. Desde hace cuatro años, María Antonieta García Vaal padece dolor en la columna lumbar y cervical, lo que limita sus movimientos. En 2010 solicitó al IMSS la incapacidad por invalidez, negada en una primera valoración al no encontrar el Seguro Social elementos suficientes para otorgar tal beneficio. El andar de doña María Antonieta es lento, apoyada por un bastón camina con dificultad, dice no tolerar la cama y opta por dormir en el piso, aunque levantarse le resulte más complicado. “El dolor de la columna es insoportable, de pronto me postra. Es como el latigazo de una corriente eléctrica”, comparó. El malestar físico lo registra desde hace cuatro años, derivado de una laminectomía que le fue practicada hace 20 años, por lo que acude a la Clínica Número 1 del IMSS para someterse a tratamientos que incluyen rehabilitación física, por lo que el Instituto le autoriza incapacidades temporales. En diciembre de 2010, la doctora Dalila Acevedo Reyna da de alta a la paciente del servicio físico de rehabilitación, pero recomienda la continuidad del tratamiento a través del médico familiar. De igual manera, encomienda valorar el inicio del trámite de invalidez, por lo que García Vaal efectúa la diligencia correspondiente con un resultado negativo, pues luego de que el área de Medicina de Trabajo realizó estudios médicos y de gabinete, determinó la solicitud de pensión temporal de invalidez como no procedente. No conforme, la paciente se practicó otro estudio en una clínica particular, con la conclusión de “… cambios degenerativos discales y óseos con componentes osteofíticos y protrusión discal”. Cuadro que podría derivar en una incapacidad permanente, por lo que requirió una nueva valoración de su caso por parte del IMSS, la cual le fue concedida. Doña María Antonieta no ha vuelto a su trabajo como cocinera en un hotel de la ciudad, empresa que a la fecha no le ha cancelado el servicio médico, no obstante que durante 2012, el IMSS no le ha extendido incapacidad alguna.