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jueves, septiembre 19, 2024
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Gobierno mexicano administra la violencia, no pretende acabarla

Hace algunos años, el gobierno mexicano aspiraba a erradicar la violencia; en la actualidad, no. En la creación de políticas públicas “ahora se asume que nunca vamos a ganar la batalla al cien por ciento”, asegura el maestro Enrique Betancourt, director del Centro Nacional de Prevención del Delito y Participación Ciudadana. “La prevención del delito asume una posición del Estado permanente de contención y administración del crimen”, dice, además, de considerar que siempre tiene que existir una institución responsable de ir observando las causas, “para cuando se empiecen a manifestar de manera importante, sepamos contener esas dinámicas delictivas”. Bajo esa premisa y con el objetivo de desarrollar investigaciones y análisis de la delincuencia para la creación de políticas públicas, el gobierno de Felipe Calderón estableció el Centro Nacional de Prevención del Delito y Participación Ciudadana, Esta labor corresponde históricamente a las secretarías de Seguridad Pública y Desarrollo Social, así como a otras instituciones de gobierno. El problema es la falta de coordinación y la aplicación de estrategias reactivas más que preventivas. “Prevención es una especie de híbrido, y no intenta inventar el hilo negro, reconoce las capacidades de lo social y lo policial, pero se vuelve una especie de articulador” sostiene Betancourt. El especialista en prevención agregó que para disminuir el delito en nuestro país, se debe llevar a cabo “un proceso pedagógico”, el cual comienza con el ejemplo de respeto a la legalidad que deben mostrar a la sociedad los funcionarios y políticos del país, además de los empresarios y líderes comunitarios. Los medios de comunicación deben formar una parte importante en la creación de una cultura de la legalidad, por lo que subraya que además de ser vigilantes de la sociedad, tienen la responsabilidad de hablar de las cosas buenas que pasan en el país, “y no solo enfocarse en los hechos negativos”. Una parte central del proceso pedagógico consiste en impartir pláticas a estudiantes de los niveles básicos y medios, aunque el propio Betancourt reconoce que los discursos por sí solos no sirven, ya que los jóvenes pueden escuchar a su maestro hablar sobre cómo deben comportarse en la sociedad, pero al llegar a sus casas, con frecuencia ven que la teoría no concuerda con la realidad. Lo que sí se ha comprobado que tiene éxito son los programas integrales que involucran una mayor participación de los jóvenes y crean un vínculo más estrecho con su comunidad. Como ejemplo mencionó a los núcleos orquestales, un programa para la creación de orquestas juveniles en colonias con altos índices delictivos. La victoria de este programa consiste en despertar el interés por la música en la juventud, pero primordialmente mantenerlos ocupados después de clases. Cabe mencionar que este proyecto fue creado hace muchos años por el gobierno de Venezuela, y gracias a su éxito en ese país, fue impulsado a nivel local por la Orquesta de Baja California, organización de la sociedad civil. Uno de los proyectos “propios” del Centro Nacional de Prevención del Delito y Participación Ciudadana, es la construcción de centros estatales de Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia. Estos edificios servirán para albergar a investigadores sociales y expertos en políticas públicas, a fin de analizar los problemas sociales y sugerir estrategias para solucionarlos. Diecisiete de esos edificios se construirán este año en toda la República Mexicana con un presupuesto superior a 312 millones de pesos, que incluye su equipamiento. En contraste, la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) destinará 47 millones y medio de pesos a su Programa de Fomento de Desarrollo de las Organizaciones de la Sociedad Civil, menos de una sexta parte de lo que se destinará a la construcción de los inmuebles. De acuerdo al maestro Betancourt, el trabajo bien remunerado es una de las mejores maneras de prevenir que los jóvenes delincan, al brindarles algo de qué sentirse orgullosos y dignos ante la sociedad, “de lo contrario prefieren sentirse temidos”, y por ello se unen a la delincuencia. No obstante el presupuesto anual del Centro Nacional de Prevención del Delito y Participación Ciudadana es de 566 millones 276 mil 980.17 pesos, se destinarán 400 millones de pesos al Programa de Opciones Productivas de SEDESOL, mediante el cual se financia la creación de proyectos empresariales de pequeña escala para la población de escasos recursos económicos. En general, el proceso de prevención del gobierno federal tiene tres ejes. El primero es el ataque frontal al crimen, el segundo consiste en la participación ciudadana, y el tercero es una combinación efectiva de ambos. Enrique Betancourt citó como ejemplo de éxito a países como Estados Unidos y Brasil. Sin embargo, la Unión Americana sigue siendo el país de mayor consumo de drogas en el mundo, en tanto que Brasil tiene a dos de las ciudades más peligrosas de América Latina, Maceió y Belém, por lo que tal vez no puedan ser considerados modelos sociales a seguir. Como parte del trabajo que realiza el Centro Nacional de Prevención del Delito y Participación Ciudadana, se llevará a cabo una serie de conferencias el próximo 20 y 21 de septiembre en Tijuana, abordando  la implementación de políticas públicas de prevención del delito. Para Betancourt, el objetivo final del trabajo que realiza la dependencia a su cargo es cambiar poco a poco el concepto que tenemos los mexicanos de “así somos”, al mostrar cómo debemos ser. Sin duda un proceso a largo plazo. 

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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