Dos antologías de Monsiváis

Dos obras de colección infaltables en el estante bibliográfico correspondiente a Carlos Monsiváis son, indiscutiblemente, “Los Ídolos a Nado” publicado por Debate de Random House Mondadori y “Autoayúdate que Dios te Autoayudará” de Seix Barral de Grupo Planeta. Primero, Jordi Soler (Veracruz, 1963) propone a través de “Los Ídolos a Nado”, una antología global de crónicas y ensayos dispersos en diversas plataformas como prólogos de libros y colaboraciones en revistas desde la década de los 60 hasta algunos textos ensayísticos de Monsiváis incluidos en “Apocalipstick” (Debate, 2009). Y por otra parte, en “Autoayúdate que Dios te Autoayudará”, Francisco León entrega una investigación y selección de aforismos de Monsiváis arrancados de la bibliografía del finado cronista. “Los Ídolos a Nado” es una antología de crónica y ensayo seleccionada por Jordi Soler pero “en conversación con el propio Monsiváis”, aclara el antologador, quien apunta que “la mayor parte de su obra, de la que tenemos nada más una idea aproximada, ha quedado desperdigada en periódicos, revistas y publicaciones marginales de todo tipo”. En “Ídolos a Nado” Monsiváis desmenuza con su consabida erudición e infalible sorna a los personajes mexicanos del siglo XX entre cantantes, actores y pintores: Agustín Lara, Mario Moreno “Cantinflas”, José Alfredo Jiménez, María Conesa, Dolores del Río, María Félix y David Alfaro Siqueiros. No pueden faltar “Sobre el Metro las Coronas”, “2001: Nosotros Somos la Puerta. El EZLN en la Ciudad de México” e “Ínclitas razas ubérrimas: Los trabajos y los mitos de la cultura iberoamericana”. El escritor mexicano radicado en Barcelona Jordi Soler comparte la última conversación telefónica con Monsiváis cuando en aquella ocasión el libro fue bautizado como “Los Ídolos a Nado”: “La última vez que hablamos por teléfono, luego de pasar por el riguroso filtro de su tía de ficción, me dijo que le gustaría que este libro se titulara ‘Los Ídolos a Nado’, que es un verso del poema ‘Suave Patria’, de Ramón López Velarde. “Eligió este título por su misteriosa sonoridad, y también porque contiene esa imagen poderosa que sugiere lo que esta antología pretende: cruzar el mar, traer a España la obra de uno de los escritores imprescindibles”, rememora el autor. Finaliza el antologador, evocando: “En su ‘Autobiografía’, que publicó a los veintiocho años, en 1966, Carlos Monsiváis declaró lo siguiente: ‘Acepté esta suerte de autobiografía con el mezquino fin de hacerme ver con una mezcla de Albert Camus y Ringo Starr’. La distancia que hay entre el autor de ‘El Extranjero’ y el más cachondo de los Beatles es el espacio por el que transita la vena más literaria de Monsiváis, y también la más global, esa zona de su obra que es el motivo de esta antología”. Por otro lado, como una forma de acercar al lector al pensamiento de Carlos Monsiváis, el escritor Francisco León propone “Autoayúdate que Dios te Ayudará”. Autor de los libros de aforismos que Monsiváis conoció (“El Gesto de la Angustia”, “Destellos” y “Pensamientos de Gog”), Francisco León revela en “Autoayúdate…” que luego de deambular por la obra de Monsiváis concentra su lectura precisamente en las expresiones aforísticas del cronista. Así surge el libro de aforismos: “Al iniciar la lectura, no tenía claro el afán de embarcarme en páginas que parecían no terminar nunca, hasta que di con el aforismo nada menos que entresacado de cada párrafo y de pronto, y sin tener idea que coincidiría con Braulio Peralta (editor de Planeta), supe que él también había dado con los aforismos de Carlos Monsiváis”. Francisco León aclara que las sentencias monsivarianas fueron sustraídas solamente de 11 libros y siete textos independientes encontrados luego del fallecimiento del escritor. Entre la selección se encuentran “Días de Guardar”, “Amor Perdido”, “Entrada Libre”, “Escenas de Pudor y Liviandad”, “Aires de Familia”, “Salvador Novo. Lo Marginal en el Centro”, “Los Rituales del Caos”, “Los Mil y un Velorios”, “Nuevo Catecismo para Indios Remisos”, “Apocalipstick” y “Que se abra esa Puerta”. “… la familia Sánchez Monsiváis ha decidido aportar de entre los papeles póstumos que dejó Carlos Monsiváis siete textos independientes y publicados en diversos periódicos que no pertenecen a la obra en sí; al contrario, se trata de párrafos, apuntes, ideas sueltas, observaciones y frases de las que, ciertamente, en algunos casos, fue posible separar los veinticuatro aforismos que cierran la presente obra”. La aforemia practicada por Monsiváis sintetiza su discurso en torno a algún tema. “En general, vemos que tenía confianza filosófica al formular aforismos como respuesta a temas, contextos y argumentaciones donde, al fragor de una prosa extensa, no junto a biombos o enmascarada, sino directa y clara, repentinamente emergía el aforismo con todos sus atributos”, expresa Francisco León. Como ejemplo de la riqueza de la escritura fragmentaria de Mosnviáis, se citan algunos ejemplos: “Solo se admiten preguntas que cambien la vida”, advertiría Monsiváis en alguna entrevista o en la sesión de preguntas y respuestas luego de una conferencia o presentación editorial en una feria del libro. En torno a la choteada retórica de los políticos: “Las grandes frases nunca se irán mientras haya autoridades que las necesiten”. Lo que representa Cantinflas: “El cantinflismo es el doble idioma de lo que se quiere expresar y de lo que no se tiene ganas de pensar”. Los riesgos de la fama: “La crítica es manejable, la admiración no”. La síntesis de la cultura del endeudamiento: “Andar ahora sin tarjetas de crédito, es como ser hereje en la Nueva España”. El tema exclusivo de los últimos sexenios mexicanos, sobre todo el de Felipe Calderón: “Gracias al narcotráfico, la nota roja se masifica”. Refiriéndose al compadrazgo: “Amistad que no se refleja en la nómina es pura demagogia”. Finalmente, a propósito de la vida electoral en el país, Monsiváis bien advirtió: “La democracia, he allí la meta inútil”.