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martes, octubre 1, 2024
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Deslealtad

Hoy conocí lo que es la deslealtad, esa conducta despreciable que forma parte de la condición humana y que es factor de odios y traiciones por parte de quien la practica y de quien la padece. Hoy me tocó ser la víctima de esa deplorable conducta y lo más trágico es que quien me fue desleal representaba para mí el valor de la verdadera amistad, quien se ensañó con mi persona traicionando la confianza, el aprecio, la fe absoluta y años de relación, también fue la misma persona que me tendió la mano en los momentos difíciles de los últimos tiempos de mi vida, siendo de esta forma más dolorosa la traición. Hoy aprendí la dura lección de que cualquier persona padece de los instintos malsanos de la deshonestidad y que aun cuando crees conocer a esa persona siempre puede existir la posibilidad de la falsa apariencia, y la hipocresía disfrazada de humildad y aprecio. Cuando los intereses personales y las bajas pasiones se anteponen a los valores que enaltecen la conducta de los individuos, es cuando nos damos cuenta cuán difícil es encontrar a alguien en quien se puede confiar plenamente. Cuando queda de manifiesto la falta absoluta de principios morales y éticos es cuando comprendemos la fragilidad de las relaciones humanas. Hoy soy yo el que camina con la moral lastimada y la confianza en mis semejantes perdida, pero con la plena convicción de superar la etapa y continuar con la búsqueda de aquella persona en quien se puede confiar plenamente y que las acciones pongan de manifiesto que aún existen personas con honor y sentido de la lealtad. Hoy me tocó derramar las lágrimas amargas que generan las heridas traicioneras, producidas por aquella persona que tenía un lugar aparte en mi corazón y mente, lágrimas de rabia e impotencia ante la absurda actitud de indolencia e incongruencia entre el decir y el hacer, entre el amar y el odiar, entre el apreciar y despreciar, entre el estar y no estar. Hoy comprendí el verdadero lugar que para esa persona representaba en su vida, la indiferencia ante el término de una amistad supuestamente fincada en la confianza mutua y el apoyo irrestricto y recíproco quedó plenamente de manifiesto, no se requieren explicaciones ni reclamos, las acciones ante la crisis que vivimos son suficientes para comprender que el vínculo amistoso ha terminado. Hoy inicio de nuevo la búsqueda de la persona ideal, retomando el camino trunco de mi pasado y tratando de encontrar un mejor futuro. Nuestro universo personal, por pequeño que sea nos ofrece infinitas posibilidades de encontrar quién satisfaga nuestros requerimientos básicos para ser felices. No me limitaré a juzgar al resto de mis semejantes sólo por una mala experiencia. Sé que en algún lugar alguien estará esperándome y complementaremos nuestras vidas sin caer en los errores del pasado. Hoy me obligo a mirar hacia el futuro con optimismo, con nuevas expectativas y renovados proyectos, con una herida lacerante en mi existencia, pero también con más experiencia y sabiduría para salir adelante, y sobre todo evitando caer en la trampa de las falsas promesas y el aprecio utópico de quien desconoce el valor de la amistad y utiliza la falsa sonrisa y la palabra amable para engañar, traicionar y lastimar cuando le des la espalda. Hoy aprendí el verdadero concepto de la lealtad y puedo darle el valor verdadero a quien posee esta virtud. Ser leal es entregar todo sin pedir nada, es confiar tu vida misma a esa persona afortunada que posee el don de la lealtad, es estar a su lado sin condiciones, es tenderle la mano cuando ocupa apoyo, es respetar y no mentir, es compartir los buenos y los malos momentos, es llorar juntos por las alegrías y las tristezas, es caminar uno al lado del otro como si fueran un solo ser, es saber que cuentas con alguien que siempre estará a tu lado y que nunca te traicionará ni te cambiará según sus intereses. La lealtad se siembra y se cultiva todos los días, se riega con el agua clara de los buenos sentimientos, y no con el rocío malsano de las mañanas contaminadas de sentimientos desviados y degenerados. Hoy soy una mejor persona que ayer, y procuraré ser mejor mañana que hoy, los malos momentos y las malas personas han aportado el conocimiento necesario para ser mejor cada día y sobre todo para ofrecer mi lealtad y cariño a quien la merezca y ofrezca lo mismo. Juan Alberto Vega Parra Tijuana, B. C. ingjuanvega@hotmail.com

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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