Los problemas de salud de María Elvia Amaya de Hank regresaron. Las últimas semanas ha debido estar bajo cuidados médicos en el Hospital Ángeles, y cuando se ha dado el caso que no puede caminar, solícitos, los del Ángeles mandan el hospital a su casa en los terrenos del Hipódromo Agua Caliente. Cercanos al caso comentaron que el trasplante de médula ósea que le hicieron en una clínica experimental de Suiza ya no es suficiente paliativo para el cáncer que padece la diputada electa del PRI, quien ha debido regresar a las quimioterapias. Los trabajadores del nosocomio retratan a la ex primera dama como una persona taciturna, en silla de ruedas, atendida por la oncóloga Genoveva Ochoa, y cuando no tiene fuerzas para sostenerse, aparecen dos vehículos, un Mayback y una Tahoe, que recogen a médicos, analistas, químicos, enfermeras, aparatos y medicamentos, para darle terapia en privado. Hace unos días Amaya apareció con menguado aspecto en la primera planta del Hospital Ángeles para que le practicaran una tomografía. Especialistas dicen que su estado es grave, aunque con la terapia podría llegar a la toma de posesión como diputada el próximo 1 de septiembre. Por cierto, entre hoy viernes 24 y el lunes 27 de agosto, los diputados plurinominales se tomarán la foto para entregarles la credencial que los acredita como legisladores. La suplente de la delicada señora de Hank es la profesora Carmen López Segura. Igual y ella será la diputada, considerando la minada salud de María Elvia Amaya.