Según un reporte del gobierno norteamericano, las ventas de mayoristas y los inventarios cayeron un 0.2 por ciento en junio, mientras que las ventas en general se redujeron un 1.4 por ciento. Éste es el descenso más importante desde septiembre de 2011. Se estima que a ese paso, los estadounidenses tardarán hasta 20 meses en agotar sus inventarios existentes, situación que no se registraba desde 2009. En general, la situación se atribuye a dos factores: el incierto desenlace electoral de noviembre próximo, y los aún impredecibles rumbos de la economía en Europa. Por último, otro elemento de riesgo es la posibilidad de padecer otra crisis alimenticia parecida a la de 2008, problemática que ya mostró sus primeros indicadores cuando el jueves 9 de agosto, datos mostraron que los precios de la comida subieron un 6 por ciento en julio, y que las cosechas en granos –incluyendo el maíz- en Estados Unidos se agotan debido a la peor sequía en más de medio siglo. Actualmente México es el segundo importador más grande de maíz en el mundo, por lo que de este lado de la frontera ya se ha advertido un probable aumento al precio de la tortilla, sin duda, el alimento básico de las familias en este país.