Los dos, Jesús Murillo Karam y Miguel Ángel Osorio Chong, han gobernado Hidalgo. El primero lo hizo de 1993 a 1998, y el segundo, de 2005 a 2011. Ambos son priistas, hidalguenses y peñistas. Nadie como ellos tan cerca antes, durante y después de las elecciones del virtual Presidente electo de México, Enrique Peña Nieto. De Hidalgo, se lee en las apuestas políticas, podría ser el próximo Secretario de Gobernación, el siguiente Procurador General de la República, o el futuro Secretario de Seguridad Pública Federal. Tanto Murillo como Osorio son apellidos que suenan fuerte para la integración del gabinete de Peña Nieto (en caso claro que la elección del 1 de julio sea validada por el Tribunal y que las denuncias de rebase de topes de campaña y de lavado de dinero, no le despeinen el copete al priista). Dos apellidos que los estrategas de la política no saben en cuál casillero del gabinete ubicar a cada cual. Mientras hay quienes insisten que Murillo a Seguridad, y Osorio a Gobernación, están quienes los colocan a la inversa. Lo seguro, afirman, es que los dos estarán en el equipo cercano a Enrique Peña Nieto. Miguel Osorio Chong fue nombrado recientemente coordinador del Diálogo y Acuerdo Político en el equipo para la transición priista, y a Jesús Murillo Karam le dieron el encargo de la defensa jurídica de los votos. Si por la intención de su cargo se dan los nombramientos, estaría claro que Osorio pasaría a Gobernación, y Murillo a la Procuraduría, dado que su papel es de fiscal. Sin embargo y por sus antecedentes, a Murillo lo ubican como probable Secretario de Seguridad Pública Federal. En 1998, durante los últimos meses de su gobierno en Hidalgo, Jesús Murillo abandonó esa posición para ser nombrado por Francisco Labastida Ochoa, entonces Secretario de Gobernación, como el primer Subsecretario de Seguridad Pública de esa dependencia. A Murillo le correspondió armar el andamiaje que terminaría por crear la Policía Federal Preventiva en la presidencia de Ernesto Zedillo Ponce de León, y como comisionado de la PFP, el aún senador Murillo nombró a otro hidalguense: Omar Fayad Meléndez. Después del encargo, desde el cual se dio forma a la PFP y a la propia Secretaría de Seguridad Pública Federal, Murillo abandonó la subsecretaría, al tiempo que Labastida se lanzaba a la presidencia de la República, de cuyo equipo formó parte el hoy senador e integrante preponderante en el equipo de Peña Nieto. En estas condiciones, Jesús Murillo Karam tiene dos posibilidades en el gabinete, en caso de validarse la elección y con ello el triunfo del mexiquense: Secretaría de Seguridad Pública, o Procuraduría General de la República. Aunque también de la defensa de los votos de Peña que haga Murillo, dependerá su futuro en la estructura federal a partir de 2013. Miguel Ángel Osorio Chong fue alcalde de Pachuca primero y gobernador de Hidalgo después. No ha ocupado cargos en el gobierno federal porque su ascenso en el poder hidalguense llegó posterior a la derrota priista federal de 2000, pero sí ha destacado por ser uno de los consejeros de Peña Nieto, tanto así que en el equipo del propio candidato y virtual ganador de la elección, podría ocupar la posición en la oficina de la calle Bucarelli, que no hace muchos meses ocupó el finado bajacaliforniano Francisco Blake Mora. Otro de los mencionados para ocupar un cargo en el gabinete de seguridad, es Alfonso Navarrete Prida, conocido en el ámbito de la procuración de justicia desde mediados de los noventa; de hecho trabajó de manera muy cercana con Jorge Carpizo McGregor cuando éste fue Secretario de Gobernación, Procurador General de la República y Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Con la experiencia en el sector de la seguridad y la justicia, y las enseñanzas de su amigo y líder Carpizo, Navarrete Prida ascendió en política. De Secretario Particular a Subprocurador Federal, a Subsecretario de Seguridad Pública en el Estado de México y de ahí a la Procuraduría de Justicia del Estado de México en la administración de Arturo Montiel, y la misma posición en los primeros meses del mandato de Enrique Peña Nieto en aquella entidad. Luego diputado federal, y ante los antecedentes con Carpizo y con el propio Peña, su nombre también sería integrado al aparato de seguridad y procuración de justicia. Aunque tampoco podría descartarse a Alfredo Castillo Cervantes, actual Procurador del Estado de México y herencia de Peña Nieto a Eruviel Ávila en esa posición. Castillo Cervantes llegó a la Procuraduría de Justicia del gobierno de Enrique Peña Nieto para recomponer a la institución, tras la caída en el nivel de confiabilidad y credibilidad sobre la institución ante el caso de la niña Paulette Gebara, reportada desaparecida el 21 de marzo de 2010 y localizada muerta nueve días después en la casa donde vivía. Lo inverosímil de la noticia provocó severas críticas hacia la procuración de justicia en el Estado de México, dado que la infante se encontraba al pie de su cama, en una zona inspeccionada no solo por peritos de la Procuraduría, sino por perros adiestrados en reconocimiento de olores, y por agentes estatales. Ante la presión, Peña Nieto pidió la renuncia a Alberto Bazbaz Sacal, y en su lugar nombró al frente de la Procuraduría a Alfredo Castillo Cervantes, protagonista en los noticiosos por investigaciones de esa entidad en los casos de narcotráfico e inseguridad que trascendieron el Estado de México, como el de la detención de Óscar García Montoya, “La Mano con Ojos”, o recientemente el caso de las violaciones en el campamento “El Colibrí”. Un nombre más: José Antonio González Fernández, quien ha sido presidente nacional del PRI, director general del ISSSTECALI, Secretario del Trabajo y Secretario de Salud, pero se inició en la procuración de justicia. Cuando Don Sergio García Ramírez fue Procurador General de la República, González Fernández la hizo de agregado de la PGR en Washington, y también se desempeñó como Procurador de Justicia del Distrito Federal. “Pepe Toño”, como le dicen en el PRI, también suena para ser parte del equipo de seguridad peñista. De entre ellos, pues, podría salir el gabinete de seguridad de México… claro, si la elección se valida y Enrique Peña Nieto es declarado Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Ahora, de cómo sería esa Procuraduría y esa Secretaría de Seguridad de Peña Nieto… luego hablamos.