Desafiar la censura que se vivía en México durante los 90s, pero primordialmente crear música, ensambló al grupo Molotov en 1995. Mismo año en que Olallo Rubio incursionó a Radioactivo 98.5, para hacer lo propio con su voz, pero detrás de un micrófono en el que fungió como locutor, director creativo y posteriormente director general de la estación. Su profesión los diferenciaba, pero los unía el no quedarse callados ante lo que sucedía y hacer uso de su posición para amplificar el mensaje en pro de la libertad de expresión. A 17 años de iniciado ese proceso, el grupo sigue poniendo el dedo en la llaga en temas que pocos señalan, mientras que Rubio optó por incursionar al cine. Con antecedentes en dirección mediante “¿Y Tú Cuánto Cuestas?” y “This is Not a Movie”, el más reciente trabajo de Olallo Rubio sella su empatía con Molotov, al ponerlos como pieza protagonista de “Gimme tha Power”, documental que retrata su experiencia desde primera fila, respecto a la censura que sufrió la banda de concepto subversivo. En entrevista con ZETA, el cineasta explicó qué detonó la inquietud por hacer el proyecto: “Mis dos grandes pasiones son el cine y el rock. Me parecía un subgénero natural hacer lo que se llama rockumental, que son documentales acerca de bandas de rock. Me llamaba mucho la atención el momento social, político y económico en que nace el grupo y se desarrolla en 1995. Sufríamos las consecuencias del llamado error de diciembre y el haber vivido una crisis política; el asesinato de Colosio, el de Ruiz Massieu, el levantamiento zapatista el 1 de enero de 1994. En fin, una serie de eventos que marcaron al país, y ese grupo estaba formado por integrantes de 17,18 y 19 años que no eran muy analíticos con lo que ocurría social y políticamente, pero sí eran sensibles ante estas situaciones”. Detectando esa sensibilidad en piezas que componían de forma juguetona, siendo puntuales a lo que pasaba, pronto Olallo Rubio supo que “El Carnal de las Estrellas”, sátira a la prostitución dentro de la industria del entretenimiento; “Que No te Haga Bobo Jacobo”, crítica a la manipulación informativa a los medios masivos electrónicos; y el señalamiento a la clase política con “Gimme da Power”, por mencionar algunas de las referidas, eran más que canciones para atraer público. Representaban reclamos de la sociedad y lo hacían sin ser aleccionadores ni adoctrinar a los escuchas, mucho menos por un antecedente familiar, como lo nota en el caso de la banda Rage Against The Machine y su vocalista Zack de la Rocha, al ser hijo de un importante activista chicano en Estados Unidos, o en los estudios universitarios de Chino Moreno, voz de Deftones, que egresara de Harvard al cursar la carrera de Ciencias Políticas. “El caso de los integrantes de Molotov no era así. Ellos simplemente estaban haciendo rock y dentro de sus canciones criticaban al sistema establecido, a la televisión comercial, a las cúpulas gubernamentales, a la llamada clase política de las altas esferas. Me llamaba la atención poder explorar todo eso, la historia de una banda y la historia de varios movimientos sociales y políticos de México a la par de la banda. Formalmente se los propuse hace año y medio más o menos, pero la primera vez que pensé en hacer un documental de Molotov fue en el 2003, la segunda vez que los vi en España”, mencionó Olallo Rubio. El recibimiento Teniendo una idea más conceptualizada sobre qué hacer para registrar el impacto del fenómeno Molotov, desde un punto de vista fuera de Tito Fuentes (guitarra), Miky Huidobro (bajo), Paco Ayala (bajo) y Randy Ebright (baterista), el director comenzó a gestionar el encuentro con quienes quería que fueran parte del largometraje. Empezando por los propios músicos, claro. “La invitación fue cien por ciento de Olallo. Es un contemporáneo nuestro, amigo de toda la vida, coincidimos en el sarcasmo, en el cinismo, en el humor, y aparte le tocó estar en la radio cuando los directores prohibían a sus colaboradores usar nuestras canciones. Tiene un punto de vista desde la raíz. En 2003 ya nos había platicado algo, de repente el año pasado se puso las pilas y empezamos a conseguir lo que se necesitaba de pietaje y cosas por el estilo. Siempre hubo apertura, pero es muy difícil hacer una película”, refutó para ZETA el músico Tito Fuentes. Alex Lora, Jay De La Cueva, el sociólogo José Antonio González, Sergio Arau de Botellita de Jerez, Roberto Muñoz “El WarPig”, los escritores Juan Villoro y Xavier Velasco, además de Chava Rock con su periodismo de musical y Javier Solórzano con el suyo pero en sentido político, son parte de los personajes que Rubio terminó por seleccionar para contextualizar el papel del rock hecho por Molotov en un momento crítico en el país: “Desde el inicio se interesaron, a la mayoría los conocía y sabía que eran sensibles al rock, lo entienden a nivel social y artístico, entonces así fue que los vi como colaboradores, además me interesaba una opinión parcial. Creo que la película es objetiva, pero parcial. Es parcial porque habla de un grupo que critica al sistema, esa es la cultura crítica del rock and roll”. Trabajo de investigación Treinta entrevistas de aproximadamente dos horas cada una, en la que gente vinculada directa o indirectamente con los creadores de “Frijolero”, “Puto” y “Amateur” daban su opinión sobre lo que pasaba en el país, más material de stock y dos conciertos completos, uno en Ecatepec y el otro en el Lunario de la Ciudad de México, tuvieron que resumirse a 2 horas con 45 minutos en un primer armado. Finalmente, “Gimme The Power” se gestó con 1 hora 40 minutos, donde el trabajo de archivo fue primordial e hizo que se descartaran capítulos como uno grabado con el grupo Las Ultrasónicas. Respecto al esfuerzo por retomar material histórico, el creador del documental dijo: “Generalmente este tipo de proyectos son apoyados por televisoras en varias partes del mundo, ya sea que se involucren directamente o que apoyen con su banco de imágenes y archivos. En este caso no nos apoyaron las grandes televisoras mexicanas, sabiendo que el contenido del documental no iba de acuerdo a sus intereses, ni Televisa, ni TV Azteca nos apoyaron, que obviamente ellos tienen muchísimo material. Televisa ha documentado los últimos 50 años del país. De Televisa nos robamos algunas cosas, pero pocas, lo indispensable y estrictamente necesario lo sacamos de internet, pero no nos apoyó ni Canal Once, que eso me sorprendió mucho, porque en teoría deberían hacerlo, pero son un canal estatal, aunque se vendan como tele pública”. El Canal 6 de Julio, la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Univisión, además de MVS mediante un amigo que el crew tiene allí, fueron los facilitadores que le vendieron material a la producción. No obstante, el lograr la adquisición de algunas entrevistas no dejó de representar una tarea imposible para ellos, como la de Jacobo Zabludovsky con Carlos Salinas, o el pleito que enfrentaron con Fox News al comprar imágenes de un encuentro que Vicente Fox tuvo con un periodista, que al final no accedió a usar su imagen, por lo que tuvieron que editar las preguntas y grabarlas exactamente igual, pero con otra persona. El presupuesto Haciendo la parte inicial del proyecto con dinero de sus creadores, “Gimme The Power” captó la atención de una marca de ropa a la mitad de su proceso, logrando una ayuda extra para su financiamiento. Sin embargo, el obtener el apoyo del Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (FOPROCINE) fue la sorpresa para Olallo Rubio: “Conseguíamos dinero sobre la marcha, y al final FOPROCINE nos dio 3 millones de pesos, cosa que me llama mucho la atención. Quiere decir que sí es un organismo independiente, la verdad es que no esperaba que nos fueran a ayudar por ese lado, pero con eso pagamos la post-producción”. Siendo co-distribuidores, un total de 6 millones de pesos fue lo que requirió para finalizar la cinta “guerrillerona en presupuesto”, como la nombra Tito Fuentes. Las trabas Como si la falta de recursos económicos y para conseguir completar el trabajo de archivo no fuera poco, la producción que presidió Olallo junto a Rodrigo Hernández, José Nacif y Abraham Neme, tuvo que enfrentar su verdadero reto: los derechos de autor. “El tema es muy delicado en cine y estamos muy acostumbrados a la flexibilidad de internet, pero en películas la Ley es muy estricta y debíamos evitar posibles demandas. Tuvimos que ser muy cuidadosos con material de stock, porque pudimos usar más cosas, pero somos una productora muy chiquita y no nos podemos enfrentar a juicios muy complejos y millonarios”, agregó el además redactor del guión de 30 páginas que dio forma al documental. Ante los riesgos de un proceso legal por mal uso de escenas, los creadores de la cinta tuvieron que rastrear a los camarógrafos generadores del material que requerían, como en el caso de un close-up del ex Presidente Salinas de Gortari tras la huelga de hambre de 36 horas que comenzó el 1 de marzo 1995, como protesta del arresto de su hermano Raúl por estar acusado de autoría intelectual en el asesinato de Francisco Ruiz Massieu, entonces secretario general del PRI. Un documental controvertido 62 copias fueron con las que debutó “Gimme The Power” el 1 de junio, justo un mes antes de las elecciones federales, por lo que su estreno y temática atrajeron las miradas al tema político, causando controversia entre el público y el propio grupo en una instancia paralela al momento electoral. “Parecía una película panfletaria que debía verse antes de las elecciones, pero no, tiene muchísima vigencia, se puede ver en tres o seis meses. Funciona en otros momentos, bueno, quizá ahorita no porque las elecciones están muy recientes y por toda la controversia con el triunfo Peña Nieto, pero la ‘peli’ termina diciendo que la batalla por la democracia está perdida, y creo que hay un sector de la población que puede seguir conectándose con eso”, declaró Olallo Rubio, mientras que Tito Fuentes complementó la controversia desde la mirada de Molotov: “Este movimiento tan padre, que es el 132, agarraba a ‘Gimme tha Power’ como himno y nos quiso involucrar de muchas formas, pero nosotros somos una banda apartidista y nos fondearon con el PRD, traían un desmadre. Nos parece poca madre el movimiento, pero tenemos que decir que Molotov no votó como banda, sino cada quien como ciudadano, como alguien diferente y ni siquiera coincidimos los cuatro. Yo estoy seguro que la alternancia era opción sin duda y voté por el ‘Peje’, pero como Molotov nos quedamos fuera de eso. Sólo los invitamos a que le echen un ojo al PRI para los que no les tocó, y al PAN para los que estuvieron los últimos años, y vean qué cul… pueden ser los del PRI y hasta donde puede llegar su dictadura, incluso en el rock and roll”, concluyó el guitarrista. Por el momento, el documental llega a Tijuana hoy viernes 13 de julio y seguirá su recorrido por México, para posteriormente intentar ser parte del Festival Internacional Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, Cuba, mientras su creador termina de pulir las ideas de sus próximos trabajos; uno nuevamente bajo línea documental y otro de ficción. En lo que respecta a Molotov, la fecha en el Hipódromo Caliente de este sábado 14 de julio, en la que prometen adelantar por lo menos cuatro canciones de su siguiente álbum, es el previo a su gira en Alemania.