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miércoles, septiembre 18, 2024
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Florecen entre la vid

Valle de Guadalupe, Baja California. Entre las montañas y ríos de la vid, atrapados en copas de cristal, los hermanos Jesse Eduardo y Tirzah Joy, mayormente conocidos como Jesse & Joy, dieron vida a la ceremonia de Valle Sunset, evento organizado a lo alto de las cavas de L.A. Cetto, donde el glamour coloreó el verano con sensualidad, ante la armonía, energía positiva y buen encaje del dueto. Cocinado a fuego lento y con aceite de oliva, el concierto de los hermanos Huerta Uecke fue escoltado por múltiples sabores y el aroma mediterráneo que diferencia la pasión entre la ciudad y los ejidos, en una noche cubierta por el brillo de las estrellas que como sábanas, protegen con frescura el fruto de los campos; paisaje que dio bienvenida a los ganadores del Grammy y discos de Oro y Platino por sus altas ventas. Incrustados en los viñedos, dos mil jóvenes y adultos se deleitaron del último rayo de Sol sobre la cordillera del valle, para luego estimularse con los versos de canciones extraídas de los álbumes “Ésta es mi Vida”, “Electricidad” y “¿Con Quién se Queda el Perro?”, este último muy bien acogido por los escuchas. Iluminando la guitarra, un girasol perdido entre las cuerdas de Joy sonrió sin final, deshojándose lentamente, cayendo segundo a segundo como gotitas de amor, rociando el espíritu de los glamurosos y el de los irremediablemente enamorados que ahí sumaron sus cánticos. El olor a tabaco seco y fermentado irrumpió varias veces el entorno, pero se unió a los primeros capítulos del recital: “Aquí Voy”, “Espacio Sideral” y “Gotitas de Amor”, los cuales simularon la antesala del saludo de Joy. “Mis fuerzas se me van en Ensenada, buenas noches, queremos que se pasen una noche increíble”, repitió la cantante, quien vivió el preámbulo de las fiestas de la Vendimia junto a su hermano. Un piano pintarrajeado, un par de sillones simulando una sala y cuatro lámparas de mesa adornaron el contexto, donde Jesse & Joy ofrecieron una velada romántica en la que incluyeron “¿Con Quién se Queda el Perro?”, “Llegaste Tú”, “Somos lo que Fue” y “Esto es lo que Soy” (este último ganó su lugar en el público gracias al éxito de la telenovela “Las Tontas No Van al Cielo”), melodías que a diferencia de su última presentación en Tijuana, donde la convocatoria sumó menos de un centenar, ahora fueron bien recibidas. Tejidos, oración por oración, los versos del dueto llegaron a Baja California luego de una gira que los ha llevado a recorrer la República Mexicana, para después pisar suelo norteamericano, en breve girar por Centro y Sudamérica e integrarse a la agenda de entretenimiento en España. Satisfechos por el recibimiento de su tercera placa discográfica, cuyo tema de promoción actual, “La de la Mala Suerte”, lidera la radio a nivel nacional; además de “Corre”, canción que superó los 21 millones de plays en YouTube, los hermanos de padre mexicano y madre estadounidense dijeron estar escribiendo títulos en inglés, por lo que no descartan adentrarse en el mercado anglosajón. Inspirándose en la vida para cantarle a los enamorados, y embonando los sentidos en un ensamble peculiar, los músicos capitalinos florecieron el sábado 14 de julio entre la vid, detallando los sonidos con trombón, trompeta y saxofón, en manos de tres mariachis que resolvieron aquello del deleite auditivo con dos que tres soplidos. Criticada por su imagen gris y sin maquillaje, Joy comentó a los medios que gusta de subir al escenario sin tener que pensar en qué ponerse o en que se le subirá la falda, mientras que Jesse comentó a ZETA que espera que el gobierno rechace la medida regulatoria (ACTA) contra la piratería en internet, tal como se hiciera en Europa. Luego de siete intervenciones, Jesse & Joy se reacomodó en la sala insertada al centro del templete para entregar un set acústico que envolvió las tonadillas de “Me Quiero Enamorar”, “Nuevos Recuerdos”, “Volveré” y “Si te Vas”, las cuales desbordaron a los bajacalifornianos procedentes de Mexicali, Tijuana y Ensenada. Fueron alrededor de 75 minutos los que ocuparon los también compositores en el itinerario, quienes relajados y sin poses, comenzaron el recital con más de una hora de demora por un supuesto retraso en el arribo de su avión a Los Ángeles, y el traslado terrestre de casi cinco horas que para nada importó a los presentes, quienes se abocaron a unir sus voces con nostalgia en cada una de las historias vueltas canción. “Veneno”, “Adiós”, “Me Voy”, “La de la Mala Suerte”, “Chocolate”, “Ya No Quiero” y “Corre” enfilaron el fin del cuento con éxito, ante un rostro feliz de los Huerta Uecke, quienes después del mal sabor de boca en Tijuana, embriagaron su alma con el arropar en el Valle de Guadalupe, en los viñedos de Cetto. 

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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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