Para empezar a rezar me treparé al cerro Prieto, me dan ganas de llorar, estoy en un gran aprieto, pues me acabo de enterar que ha ganado Peña Nieto. Las reglas van a cambiar, pero a favor del priismo y a mí me van a mandar hasta el fondo del abismo y va a volver a imperar nuevamente el caciquismo. Que México va a cambiar, Enrique lo ha prometido, pero puedo asegurar que todo fue puro ruido, sus promesas van a dar como siempre al olvido. Eso de que va a cambiar nomás no lo puedo creer, no se me puede olvidar casi un siglo en el poder y no pudieron cambiar nunca su modo de ser. En casi un siglo pudieron terminar con la pobreza, desgraciados, no lo hicieron, qué tiznaderas son ésas, falsas promesas me dieron, hoy son las mismas promesas. Ahora en solo seis años quieren hacer maravillas, han juntado a sus rebaños, a las borregas perdidas, prometiendo darles baños de billetes de por vida. Pero no van a cumplir, porque hay muchos compromisos y tienen que compartir el poder con los macizos y a mí me van a freír y arrastrarme por el piso. Voy a tener que emigrar a los Estados Unidos, aunque sufriré al dejar a mi México Querido, aquí en vez de progresar voy a quedar más jodido. Y si no puedo pasar a la tierra de los gringos Diosito me va a cuidar de Peña Nieto y sus pingos, seis años que ha de durar el reinado del priismo. No hablo nomás por hablar, ya sabrán por qué lo digo, muy caro voy a pagar los doce años que han perdido y hasta me van a cobrar por el aire que respiro. Ya me voy, ya me despido, me voy fumando un cigarro, lo que Peña ha prometido será para su changarro y dejará al pueblo hundido por su mucho despilfarro. Desde el cerro Colorado diviso todo Tijuana, pero estoy muy preocupado porque la diarrea me gana si los PRImos han ganado, para mí ya no hay mañana. Atentamente: Antonio Sandoval Vásquez Tijuana, B. C. Teléf. (66 4) 6 46-35 88