En tiempos de corrupción policíaca es muy común que agentes al servicio de criminales o los propios narcotraficantes, se comuniquen con la autoridad cuando uno de los suyos ha sido detenido para solicitar la “cortesía”, que significa que por favor liberen al detenido porque su dinero les ha costado comprar impunidad. En ese contexto, autoridades del Consejo Estatal de Seguridad Pública de Baja California, recibieron una llamada el lunes 4 de julio de 2012. El interlocutor fue un encargado de seguridad de un municipio de Baja California, y el mensaje fue más/menos así: “Le hablo para pedirle la cortesía porque hace unos momentos detuvieron a un hombre en la casa del hermano del alcalde”. La autoridad receptora hizo caso omiso a la petición del importante funcionario. Finalmente al criminal lo habían aprehendido, a cuatro casas de -efectivamente- de la residencia de un hermano de un alcalde. Luego presumen de honestidad, pues.