Han transcurrido veintiún años desde que llegaste a mi vida, aparentemente es mucho tiempo. Pero nunca suficiente para disfrutar de tu compañía, de tu sonrisa, de tu plática bulliciosa, de tu alegría natural, y sobre todo de tu enorme cariño y atención que siempre me has profesado, y que en forma recíproca recibes. Aún recuerdo aquella tarde fría y lluviosa de enero, cuando tu madre y yo caminábamos alrededor de la clínica de maternidad donde tú llegarías a este mundo, vuelta tras vuelta, y contando los minutos entre cada contracción, el momento de tu nacimiento se acercaba. Muy de madrugada una enfermera me informó que habías nacido y te encontrabas en perfecto estado de salud, al igual que tu madre. Nuestro primer encuentro fue emocionante, tú en una pequeña cuna envuelta en una manta rosa, te miré a través del cristal de la sala de cuneros y tus ojos se fijaron en mí, como si me reconocieras y supieras quién era yo, tus ojos oscuros y enormes no parpadeaban como si quisieras identificar todo lo que mirabas y no perder ningún detalle. En mi mente emocionada se agolparon todas las ilusiones de una nueva vida. La responsabilidad era enorme para sacarte adelante, pero tu carita me inspiraba una infinita confianza en que serías una triunfadora. Año tras año te fui viendo crecer, dejaste de ser un bebé y te convertiste en una niña juguetona y alegre a la que le encantaba bailar cualquier música que escuchara, siempre con tu sonrisa y tu algarabía permanente. Después llegó la adolescencia con sus altibajos y tu cambio de anatomía, la transición de niña a mujer. Poco a poco las muñecas fueron desapareciendo de tu recámara para dar lugar a los CD, los libros de historias románticas, el póster de artistas de moda, y sus cajones con maquillajes y accesorios que lucías con gracia sin igual. Mi niña ya era una mujer sin darme cuenta, el tiempo pasa demasiado rápido y no lo percibimos hasta que nuestros hijos se convierten en adultos y empiezan a formar su propia vida. Ya no eras una nena, sino una señorita con una existencia propia. Sé que en esta trayectoria no todo fue felicidad, la vida suele ser un compendio de experiencias tanto buenas como malas, pero todo es parte de la enseñanza que nos ayuda a enfrentar el camino que tenemos trazado, y sobre todo a sortear los errores con el conocimiento de los ya experimentados, y que estas faltas no se conviertan en un lastre en el futuro. Circunstancias adversas en nuestras vidas me heredaron la responsabilidad total sobre tu persona, compromiso que asumí con el mayor de los gustos, pero con la infinita preocupación de fallarte, sin embargo el tiempo transcurrido desde que estás a mi lado nos ha unido más y me ha dado la certeza de que he cumplido en la medida de mis posibilidades con sacarte adelante, pretendiendo una vida normal y cotidiana para tu existencia. Hoy, la vida nos depara una nueva experiencia, tu inquebrantable espíritu de superación y el entusiasmo por seguir adelante y alcanzar el éxito te aleja de mí. El momento de tu partida se aproxima y el temor a la distancia ya que enfrentas la vida sola me causa pánico. Pero que mis miedos no te detengan, con el tiempo tú te darás cuenta que es un sentimiento natural de cualquier padre que ama a sus hijos. Que nadie obstaculice tu camino ni frene tu legítima ambición de progresar, tengo la plena confianza de que saldrás adelante y alcanzarás tus metas. Sé que encontrarás la felicidad y que yo disfrutaré al igual que tú de tus éxitos y triunfos, y algún día el amargo momento de tu partida sólo será un recuerdo lejano y ambos festejaremos juntos tu retorno a casa. Europa puede ser hermosa, pero no más que tu propia tierra, viaja a esa Italia que tanto te entusiasma y aprende lo mejor de esa patria y su gente, pero también demuestra la grandeza de tu raza y tu país. Siéntete orgullosa de quién eres y de dónde provienes. Honra y agradece siempre a la nación y a la gente que dé cobijo. Sé que no eres de las personas que creen que el futuro ya está trazado, sino que tú eres quien con su esfuerzo se forja su propio destino. Conduce tus pasos por el camino que tú desees, tienes la libertad y facultad de hacerlo, no estás atada a un pedazo de tierra como las plantas, que transcurren toda su existencia sólo moviendo las hojas al pasar del viento. Mantén tu paso hacia adelante y que tu camino no se detenga por los obstáculos que se te presenten en el recorrido, siempre habrá algo que obstruya tu andar pero tú tienes la capacidad para sortear cualquier dificultad. Vuela tan alto como puedas, sólo ten cuidado de que no te encandile el sol porque puede quemar tus alas y acabar con tu travesía. Confío plenamente en tu capacidad y responsabilidad para conducirte en la distancia, tu vida ha mantenido una línea recta en la honestidad y buenos principios, sé que nunca defraudarás la fe y esperanza que he depositado en ti. Te amo profundamente y sólo deseo lo mejor para tu vida, y que la sabiduría y prudencia iluminen las decisiones que en un futuro tengas que tomar. Hija, es tiempo de volar hacia tu destino… abre tus alas y encuéntralo. JAVEPA Correo: ingjuanvega@hotmail.com