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martes, abril 2, 2024
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Los que siguen de “El Grande”

Después de la detención del jefe de sicarios Abel Nahúm Quintero Manjarrez o Cruz Alonso Lozoya Uriarte “El Grande” o “El Chucky”, ocurrida la tarde del jueves 28 de mayo en la colonia Villas del Encanto en La Paz, las fuerzas de seguridad estatal, federal y militar, pusieron en marcha un operativo de inteligencia para ubicar y capturar a los cabecillas de las Fuerzas Especiales de “Los Dámaso”. El principal objetivo -según un integrante del llamado Grupo de Coordinación de Seguridad Pública del Estado- “es cazar vivos o muertos a los jefes de sicarios considerados los responsables materiales de la ola de levantones, desapariciones, torturas, ejecuciones, decapitaciones y balaceras en la capital sudcaliforniana”. Según expedientes de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), los cabecillas se encuentran plenamente identificados por nombres, apodos, edades, complexión física y señas particulares: 1.- Melissa Margarita Calderón Ojeda “La China” o “La Mely”. 2.- Raúl Castillo de la Rosa “El Cochi”. Expedientes oficiales indican que la última participación que estos jefes de sicarios tuvieron físicamente en algunos ataques armados y homicidios fue durante las últimas semanas violentas, particularmente del 5 de abril al 20 de mayo, antes de la captura de “El Grande”, se dio de la siguiente manera: * De acuerdo a testimonios, el 5 de abril, “La China” fue vista en la ejecución de Audencio Yobany López Beltrán “El H” o “El Héctor”, perpetrada en el malecón costero de La Paz. * Testigos refirieron que el 20 de mayo, Raúl Castillo de la Rosa fue visto en el ataque armado en contra del taller mecánico Sixto en la colonia Los Olivos y la purificadora Bio Water de la colonia Indeco de La Paz. De acuerdo a expedientes en manos de la SEIDO, los jefes de sicarios están relacionados de manera directa en cuando menos 20 homicidios cada uno, quienes tienen a su cargo entre cuatro y seis sicarios, armamento, vehículos y casas de seguridad, lo que hasta el momento ha dificultado su captura, independientemente de sus vínculos criminales con policías y comandantes de la Policía Municipal de La Paz. El 2 de junio, Melissa Margarita Calderón Ojeda estuvo a punto de ser capturada en un operativo del Centro de Operaciones Estratégicas integrado por la Procuraduría General de la República (PGR) y la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), con el respaldo de las Fuerzas Armadas. Los agentes de investigación ubicaron un vehículo sospechoso de Volkswagen Beetle color blanco, polarizado, placas de circulación CZM-3273, y a bordo a cuatro personas, una mujer y tres hombres, mientras circulaba sobre la calle Mango con dirección hacia Castañas, en la colonia Indeco. Los oficiales de inmediato marcaron el alto a la unidad, por lo que el vehículo manejado por la mujer, aceleró y trató de darse a la fuga, inclusive hizo el intento de meterse a una vivienda, pero por la prisa no alcanzó y su paso fue cerrado por agentes estatales y federales. Los oficiales encañonaron a los tripulantes y solicitaron que bajaran del carro, por lo que primero descendió la conductora y enseguida el copiloto, y al final, los dos acompañantes que viajaban en la parte trasera. Según uno de los policías que participó en el operativo, los sujetos  se identificaron con credenciales con los siguientes nombres: * Fernanda Judith Bravo Castro, de 23 años y originaria de La Paz, Baja California Sur. * Héctor Gregorio García García, 33 años, oriundo de Mazatlán, Sinaloa. * Erick Uriel Zacarías López, 34 años, nativo de Culiacán, Sinaloa. * Jesús Antonio Quiñonez García, 20 años, nacido en Mazatlán, Sinaloa. La conductora del vehículo bajó con una bolsa de color negro, la cual colocó en el cofre de la unidad, y, tras ser revisada, traía en su interior una pistola tipo escuadra Glock calibre 9 milímetros, modelo 17 y número de serie YE954, abastecida con un cargador y 17 cartuchos útiles, así como dos cargadores más con 17 tiros cada uno. Durante la revisión de la unidad automotriz, los agentes de investigación encontraron en medio de los asientos delanteros una granada de fragmentación color verde olivo y con número de micro impacto RFX. Enseguida, y tras proceder con la revisión, encontraron debajo de los asientos del piloto y copiloto el siguiente armamento: * Fusil de asalto AK-47, calibre 7.62 x 39 milímetros, abastecido con un cargador de disco con 30 cartuchos útiles, marca Norinco,  modelo Sporter. * Fusil de asalto AK-47, calibre 7.62 x 39 milímetros, abastecido con un cargador con 30 cartuchos útiles, marca Romar/Cugir, modelo WASR-10/63. Por otro lado, en medio de los asientos traseros fueron encontrados seis cargadores calibre 7.62 x 39 milímetros, cada uno abastecido con 30 tiros, y en la guantera del vehículo, dos bolsas de plástico con 2 mil 300 dosis de cristal, las cuales alcanzaron un peso de 115 gramos. Una vez detenidas e identificadas, las cuatro personas reconocieron ser parte de la célula criminal de  “La China”, la cual los había mandado a esconder esa droga y armas a una casa de seguridad. Aunque oficialmente no se informó nada, una llamada anónima alertó de la presencia de “La China” a bordo de ese automóvil por la mañana del 2 de junio, pero cuando finalmente fue ubicado y localizado, ya era tripulado por otra mujer, quien se identificó como su “amiga”. Durante el interrogatorio, uno de los detenidos expresó que Melissa “andaba a salto de mata, de una casa de seguridad a otra, escondiéndose y evitando ser capturada”, porque tiene información de que andan tras ella después de la detención de “El Grande”; inclusive relevó que quería “pelarse a Estados Unidos, por eso anda escondiendo las drogas y las armas en unas casas de seguridad que acaba de rentar”. Los capturados  -quienes reconocieron ser sicarios al mando de “La China”- terminaron por aceptar que habían participado en las siguientes ejecuciones: * Manuel Salvador Cota Olachea y Jesús Pablo Peña Lara, asesinados el 29 de abril en las calles Michoacán y Josefa Ortiz de Domínguez, Colonia Pueblo Nuevo de La Paz. * Víctor Manuel Alvarado, ejecutado el 21 de mayo en el estacionamiento del Casino Fortune, en Avenida Forjadores esquina El Triunfo, Fraccionamiento Bellavista. Afirmaron que a estas personas “las mataron por órdenes de ‘Los 28’, porque ya no querían jalar con ellos y estaban sufriendo muchas traiciones de toda la que consideraban su gente”, y que los crímenes eran por desconfianza de que fueran a hablar y tenían que silenciarlos, ya que sabían muchas cosas que podrían perjudicarlos, “ahora que ya habían sido develadas sus identidades”. Según el dictamen de la PGJE, el estudio de balística sobre los fusiles de asalto asegurados, salió positivo en las ejecuciones de Cota Olachea y de Alvarado.   La caída de “El Grande”   Al momento de ser capturado, Abel Nahúm Quintero Manjarrez o Cruz Alonso Lozoya Uriarte “El Grande”, estaba escondido dentro del almacén del negocio denominado Mariscos El Vado del fraccionamiento Villas del Encanto. El jefe de matones fue el único que había corrido hacia el establecimiento comercial al momento de la confusión, tras desatarse una balacera entre sicarios y policías, trató de ocultarse y pasar desapercibido, como uno más de los trabajadores del negocio. De hecho le quitó el mandil a uno de los meseros y se lo colocó, como si fuera suyo. Posteriormente pidió a los alrededor de veinte comensales que se encontraban consumiendo mariscos en ese momento, salir del lugar, y aprovechando la confusión, se metió al almacén y guardó entre las cajas un rifle de asalto con lanzagranadas y acomodó algunas cosas, como fingiendo ser empleado de la marisquería. Los policías llegaron y pidieron identificarse a todo el personal del comercio, y cuando fueron hacia él, dijo ser empleado de la marisquería, pero uno de los agentes no creyó porque observó manchas de sangre en el mandil, y cuando lo cuestionó, cayó en una serie de contradicciones hasta que finalmente fue detenido. Así, saliendo del área de combate y dejando solos a sus sicarios, “El Grande” fue capturado por fuerzas estatales, federales y militares, y de inmediato trasladado al Hospital General “Juan María de Salvatierra” en La Paz. De acuerdo al dictamen médico, el homicida solo tenía una herida de bala calibre .223 milímetros que entró por el pecho y salió por la espalda, no destrozando ningún órgano vital. “El Grande” manejaba una camioneta Suburban de color blanco, cuando se desató el tiroteo. La Policía Estatal Preventiva ubicó al jefe de sicarios circulando en el estacionamiento de Plaza Liverpool alrededor de las 5:30 pm del jueves 28 de mayo. Según el reporte, personas armadas viajaban a bordo de la camioneta con plazas de circulación CZN2016 del Estado de Baja California Sur,  por lo que la patrulla SSP0775 le dio alcance y cuando salía del estacionamiento de la plaza comercial, para tomar la Avenida Pino Payas, al marcar el alto, aceleró el auto y, pretendiendo inhibir a sus perseguidores, uno de los tripulantes sacó por una de las ventanas un arma larga y les apuntó. Los tres oficiales que viajaban en la unidad, de inmediato solicitaron refuerzos y avisaron que la camioneta con hombres armados iba sobre Avenida Pino Payas en dirección al supermercado Chedraui. La primera en llegar al auxilio fue la unidad SSP4458 que vigilaba la colonia Villas del Encanto, la cual fue y cerró el paso en cuatro altos de la Avenida Pino Payas y Francisco J. Mujica, casi en la esquina de Mariscos El Vado. El comandante y dos oficiales se bajaron de la patrulla desalojaron a toda la gente que estaba alrededor, cargaron sus armas y esperaron la llegada de la Suburban y los demás refuerzos. Primero pasaron alrededor de diez vehículos, y casi enseguida, apareció la camioneta, por lo que comenzó a bajar la velocidad y se paró entre 35 y 40 metros de la patrulla que bloqueaba el paso. De frente estaba una patrulla -SSP4458- y atrás la otra -SSP0775-, la cual venía en persecución. Uno de los agentes detrás de la patrulla que había bloqueado el acceso, gritó: “Policía Estatal Preventiva: bajen de la unidad con las manos en alto y tírense al piso, porque vamos a hacer una revisión”. Los cuatro ocupantes no descendieron, por lo que fue necesario volver a pedir que bajaran con las manos en alto y se tiraran al piso, e hicieron caso omiso. Según el parte, los tripulantes descendieron, dos del lado derecho y dos del izquierdo, y gritaron: “Somos de Los Dámaso, ¡ábranse a la verga! ¡Vamos a pasar, pinches putos, si no quieren  morir, quítense a la verga!”. Tras las advertencias, los seis agentes que los rodeaban por ambos lados cargaron sus armas, por lo que “El Grande” abrió fuego contra los ocupantes de la patrulla que obstruía el paso, quienes se cubrieron en los rines de las llantas de la unidad, ya que después de la agresión, “el primer agresor voltea y apunta hacia la patrulla de atrás, y lanza una granada con su arma, explotando y alcanzando en el brazo izquierdo y el rostro a uno de los agentes policiacos”, refiere el parte policiaco. Por tal motivo, los agentes repelieron la agresión, pegando en ese momento un tiro a “El Grande”, por lo que al sentirse herido, salió corriendo y disparando, en forma diagonal. El jefe de sicarios corrió hacia Mariscos El Vado y sus tres acompañantes hacia el monte. A uno de ellos, en la corretiza, se le cayó una granada a escasos 25 metros de la cinta asfáltica, por lo que intentó regresar, pero con los disparos, optó por irse y escapar por el monte. De inmediato, los agentes dieron apoyo a su compañero herido y solicitaron la presencia de una ambulancia, pero como tardó demasiado, lo mandaron en la patrulla SSP3763 hacia el Hospital Militar. En esas estaban cuando unidades de la Policía Municipal de La Paz, Policía Ministerial, Policía Estatal Preventiva, Gendarmería, Ejército Mexicano y Secretaría de Marina hicieron su arribo. Tras ser enterados de la situación, los efectivos de las Fuerzas Armadas se internaron en el monte, y en un combate que duró aproximadamente 45 minutos, abatieron a los sicarios Gabriel Antonio Leal Gutiérrez “El 28”, de 22 años y originario de Culiacán, Sinaloa; además de Luis Enrique Amézquita Escudero “El Kike”, de  23, también de Culiacán. El tercer pistolero, quien responde al nombre de Luis Diego García Villarreal “El Luigi”, de 18 años y originario de Culiacán, salió repentinamente de entre la maleza con las manos en alto, en virtud de que se le acabaron las balas de su fusil de asalto AK-47, el cual estaba escondido detrás de una tienda Oxxo. Después del enfrentamiento, el titular de la PGJE, Adonaí Carreón Estrada, anunció el decomiso del siguiente armamento: * 2 fusiles de asalto AK-47. * 2 fusiles de asalto con lanzagranadas. * 4 pistolas calibre 9 y 40 milímetros. * 12 cargadores de armas largas. * 2 cuchillos tácticos con la leyenda “El Grande”. * 2 radios de comunicación con frecuencia de la Policía Municipal de La Paz y Policía Estatal Preventiva. * Uniformes y máscaras tácticas de camuflaje. Dentro de la camioneta, y en la escena del crimen, peritos de la PGJE, encontraron siete granadas de fragmentación y 120 mil pesos en efectivo. Los dos sicarios sobrevivientes de esta balacera, “El Grande” y “El Luigi”, fueron enviados al Centro de Arraigo de la SEIDO, donde hablarían de sus jefes, pero también de las redes criminales y sus vínculos con la Policía. De acuerdo al procurador, el jefe de sicarios está relacionado con dos crímenes de mujeres en Sinaloa, por lo cual tiene libradas dos órdenes de aprehensión en su contra, así como en alrededor de 20 homicidios en La Paz.   Las delaciones   Una vez detenidos, el primero en hablar fue “El Luigi”, quien de entrada expuso que ese día habían salido a sacar unas reducciones de una impresión tamaño carta y a enmicarlas, porque habían transcrito unas claves con la frecuencia de la Policía Municipal de La Paz y de la Policía Estatal Preventiva, “respecto de radios de comunicación”. Agregó que “El Grande” estaba reorganizando la estructura de “Los Dámaso” en La Paz, y quería dar una copia de esas claves a cada una de las cinco células criminales que estaban operando en levantones y crímenes para que supieran cómo y de qué manera debían movilizarse, cuando mataran a alguien de los grupos contrarios. El pistolero comentó que “El Grande” o “El Chucky” había regresado de Culiacán, Sinaloa, desde el 5 de abril, por órdenes de “Los 28”, porque “era un desmadre y estaba todo desorganizado, tras la caída de sicarios y la persecución de ‘La China’ y ‘El Cochi’”, quienes se la pasaban “escondidos y estaban saliendo muy poco a matar”. Durante el interrogatorio, “El Luigi” reconoció haber participaron en cuando menos unas 20 ejecuciones en la ola de violencia de los últimos días, contratado a razón de un pago de 7 mil 500 pesos quincenales. Los crímenes fueron enumerados uno a uno, y aparecen en un recuadro de esta edición. Por su parte, Abel Nahúm Quintero Manjarrez o Cruz Alonso Lozoya Uriarte “El Grande” desnudó a las Fuerzas Especiales de “Los Dámaso” y declaró que “actualmente están operando con cinco células criminales comandadas por mí, la de ‘El Cochi’, ‘La China’, ‘El Oso’ y la de ‘El Navigator’”, quienes “estábamos trabajando en equipo para pelear el control de la plaza del narcomenudeo contra ‘Los Pepillos’ en la Zona Sur y ‘Los Mayitos’ en la Zona Norte de La Paz”. En sus primeras declaraciones reconoció que “la estructura delictiva de ‘Los Dámaso’ se encuentra debilitada” y con un alto riesgo incluso de “dejar de operar en el Estado”, porque “la mayoría de los sicarios que conocían la ciudad, el territorio y las rutas de escape fueron detenidos y ya no tienen gente que pueda proveerlos de la operación logística”. El jefe criminal explicó que de hecho “yo ya me había abierto a Sinaloa, después de que supe que andaban tras de mí, pero me volvieron a enviar, porque los sicarios que mandaron no conocen a los malandros y el movimiento de la ciudad, y por lo tanto, estaban batallando mucho en las operaciones”. El sicario aceptó que las capturas de células como la de Víctor Vidal Barraza “El Vidal” o “El Víctor” y la de José Antonio Martínez Rosas “El Furby”, comenzaron a menguar la operatividad de la organización que “pelea el control de la plaza del narcomenudeo”, y desde entonces “no nos hemos podido reponer y cumplir el objetivo de sacar a ‘Los Mayitos’ de la Zona Norte y a ‘Los Pepillos’ de la Zona Sur”. Cuando sus captores le preguntaron para quién estaba trabajando, “El Grande” no dudó en aceptar que para “Los 28”, y explicó: “Después de la fractura entre ‘Los Pepillos’ y ‘Los 28’, tomé la decisión de jalar con ‘Los 28’, porque me ofrecieron más y me dieron más voz de mando sobre la gente que andaba matando”. El sicario relató que cuando empezó la narcoguerra “yo trabajaba con ‘Los Pepillos’ en la Zona Sur, porque ‘Los Mayitos’ de la Zona Norte, me habían corrido a mí y  a `Los Arnulfos’ porque se dieron cuenta que estábamos dándoles baje con droga, y nos sacaron, entonces nos refugiamos con ‘Los Pepillos’ y, cuando estalló la guerra, después de que mataron a ‘El Pantera’, ‘Los Dámaso’ enviaron a ‘Los 28’, un grupo subversivo que pelea en Sonora, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas en alianza con el Cártel del Golfo, el cual se agarró de ‘Los Pepillos’, quienes me mandaron a mí, entre otros, porque en cierta manera conocemos el terreno, y empezaron a pelear la plaza; pero con el tiempo hubo desacuerdos porque ‘Los 28’ empezaron a vender droga y agarraron a los vendedores de ‘Los Pepillos’, y eso ya no gustó y viene la ruptura”. Durante el interrogatorio, “El Grande” sacó de dudas a la Policía y dijo que “El 28”, abatido en el tiroteo, “no es ninguno de los hermanos Jorge Alberto, Felipe Eduardo y Carlos Alberto Guajardo García, identificados como ‘Los 28’”. El matón dijo que más que nada es el apodo que se les ha designado a algunos de los sicarios, porque “trabajamos con ‘Los 28’ y hemos asignado algunas claves a personas muy especiales como ‘El 20’, ‘El 27’ y ‘El 28’,  las cuales se van reasignando cuando matan o capturan a algunos de nuestros compañeros que llevaban esos motes”. En el caso de la clave de “El 27”, primero fue asignada a José Ángel González Portillo, asesinado por rivales en un tiroteo de la calle Ramírez y Manuel Márquez de León en la colonia Centro, y después a José Manuel Aguilar López, abatido por policías y militares en un tiroteo sobre la Avenida Santiago Oceguera. En el caso de la clave de “El 28” primero fue asignada a Víctor Vidal Barraza, detenido en un operativo en una casa de seguridad en la calle de Gilberto Mendoza de la colonia Civilizadores, y luego a Gabriel Antonio Leal Gutiérrez, muerto en la balacera de la captura de “El Grande”. Finalmente, “El Grande” aceptó haber participado en la privación de la libertad de una madrina de la PGR, Rafael Bañales Osuna “El Capi”, quien fue sacado de su casa de la calle Educación Gratuita entre Símbolos Patrios y Escudo Nacional en la colonia Diana Laura al sur de La Paz. La madrugada del 24 de mayo, el informante fue levantado por el grupo armado, cuando -según su esposa- un sujeto muy alto y vestido con uniforme de camuflaje de la Secretaría de Marina, toca la puerta de manera muy agresiva, y cuando pregunta qué se le ofrece, responde traer una orden de cateo, por lo que pide abrir la puerta. La señora va a su habitación y despierta a su esposo, quien al asomarse por la ventana, vuelve a preguntar y el sujeto le responde que viene de la Secretaría de Marina y traen una orden de cateo, por lo que abre la puerta e ingresan entre siete y ocho sujetos, todos con armas largas y vestidos con uniformes camuflados azul marino y pecheras, por lo que ingresan a las recámaras y empiezan a revisar puertas y cajones, despertando a dos niñas que asustadas, preguntan qué pasa. Posteriormente, el sujeto alto pide al hombre acompañarlos a la banqueta, y cuando la mujer se asoma, ve que afuera hay dos vehículos –uno gris y una camioneta Suburban blanca-, y se lo llevan. Un día después regresó, y no dijo nada a su esposa. Según “El Grande”, mandaron un recado al delegado de la PGR, porque -según el-“su gente no estaba cumpliendo con algunos tratos”.     Los crímenes de “El Grande”   En Sinaloa   Víctima Fecha Averiguación Previa Lugar María Esperanza Zalava Estolano, 62 años   12 de junio de 2012   0014/2012   Calle Juan Ruiz de Alarcón, Colonia Guadalupe Victoria en Culiacán, Sinaloa Gemina Marín Serrano, 33 años 16 de agosto de 2012 0017/2012 Calle Paseo del Rey, Fraccionamiento Villa del Real en Culiacán, Sin.   Fuente: PGJE Sinaloa       En Baja California Sur   Víctima Fecha AP Lugar Gerardo Geraldo Méndez “El Gera” 17 de agosto de 2014 LPZ/034/HOM/2014 Calle Clavel entre Algodón y Avenida Luis Donaldo Colosio, Fracc. Girasoles en La Paz Luis Felipe Leyva Guzmán 27 de agosto de 2014 LPZ/038/HOM/2014 Terreno de Fracc. La Cima, atrás de subestación CFE sobre Ave. Pino Payas en La Paz José Federico Gaxiola Osuna “El Pikas” 10 de septiembre de 2014 LPZ/042/HOM/2014 Calle Biznaga entre Maguey y Bordo de Contención, Fracc. Santa Rita en La Paz José Heliodoro López González “El Helio” 6 de octubre de 2014 LPZ/046/HOM/2014 Calles Pirul y Héroes de Independencia, Col. Arboledas en La Paz Dany Algarith Castro Avendaño “El Guacho” 7 de octubre de 2014 LPZ/047/HOM/2014 Kilómetro 1 sobre arroyo El Cajoncito sobre Libramiento Santiago Oceguera en La Paz Francisco Javier Cháidez Pérez “El Chinola” 8 de octubre de 2014 LPZ/048/HOM/2014 Calle Guillermo Prieto entre callejón de Acceso y Ave. Luis Donaldo Colosio, Col. Inalapa en La Paz Carlos Antonio Mayoral Hernández “El Mayoral”   Mario Alberto López García “El Junior”   Tomás Antonio Rico Castro “El 3”   12 de octubre de 2014 LPZ/052/HOM/2014 Kilómetro 38+100 sobre tramo carretera La Paz-Ciudad Constitución Iván Castro Sandoval “El Pelón”   José Molina Alarcón “El Molina”   Saúl David Gutiérrez Núñez “El David” 31 de octubre de 2014 LPZ/066/HOM/2014 Kilómetro 1+800 del tramo carretero Pichilingue-La Paz sobre Libramiento Santiago Osuna en La Paz José Luis Ponce Ruíz “El Ponce”   Juan Carlos Morales Vargas y/o Juan Carlos Morales Barrios “El Pancho” o “El Chapo”   1 de noviembre de 2014 LPZ/068/HOM/2014 Calle Ignacio Ramírez entre Legaspy y Manuel Márquez de León, Col. Centro de La Paz     Juan César Hamburgo “El Gordo”       5 de noviembre de 2014 LPZ/070/HOM/2014   Kilómetro 7+100 carretera camino Las Cruces en La Paz Juan Carlos Bareño Avilés “El Juanillo” 13 de enero de 2015 LPZ/004/HOM/2015 Calle Tuparam esquina Valentín Gómez Farías, Col. Los Cácaros en La Paz Luis Israel Torres Inzunza 7 de marzo de 2015 LPZ/032/HOM/2015 Avenida Luis Donaldo Colosio y Forjadores en La Paz Erick Dávalos Von Borstel 8 de mayo de 2015 LPZ/070/HOM/2015 Calle Javier Mina entre Manuel Márquez de León y Legaspy, Col. Los Olivos en La Paz Martín Alonso Alamea Fausto 12 de mayo de 2015 LPZ/074/HOM/2015 Calle Manuel Encinas entre Diéguez y Javier Mina en colonia Los Olivos en La Paz. Everardo Silvano Monroy Aparicio “El Silvano” 16 de mayo de 2015 LPZ/080/HOM/2014 Calle Querétaro y Chiapas, Col. Emiliano Zapata en La Paz   Fuente: PGJE BCS


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Redacción Zeta
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