Los Cabos, Baja California Sur.- La guerra por el control de la plaza del narcomenudeo entre células criminales de Dámaso López Núñez “El Licenciado” e Ismael “El Mayo” Zambada, no solo está dejando cadáveres de narcomenudistas en terrenos baldíos, brechas de terracería y colonias de la periferia dentro de la zona urbana de La Paz y Los Cabos; también cuerpos de las víctimas de los “daños colaterales” y hasta de servidores públicos que operan y protegen a grupos delictivos que pelean a muerte dentro del Cártel de Sinaloa: * Felipe Eduardo Guajardo García “El 28”, quien según reportes de inteligencia federal y militar, pelea la zona sur y zona norte de La Paz, así como San José del Cabo y Cabo San Lucas. * José Francisco Ojeda Torres y/José Fernando Torres Montenegro “El Pepillo” el cual disputa la zona norte de La Paz y es considerado en el mapa delictivo como jefe de plaza de la zona sur de la capital del Estado. * Luis Antonio Montoya Beltrán “El Montoya”, “Don Carlos” o “El Artista”, sucesor de Rolando González Moreno “El Compadrón”. En base a reportes federales y militares, da batalla por la zona norte de La Paz. * Javier López Rivera y/o Javier Acosta López “El Javy” o “El Javier”, quien se enfrenta por San José del Cabo y Cabo San Lucas. Los cuatro jefes criminales han tenido el respaldo logístico de policías, comandantes y agentes del Ministerio Público al momento de levantar, torturar, ejecutar o perpetrar un ataque armado en contra de los grupos rivales en pugna. Los últimos servidores públicos en caer fueron Valerio Carrizal Jolleño y César Carrizal Jeyeño, quienes según la nómina de apoyo de la Tesorería Municipal, eran empleados del XI Ayuntamiento de Los Cabos, encabezado por el alcalde José Antonio Agúndez Montaño. Los dos funcionarios de cuarto nivel gubernamental fueron asesinados a tiros el 19 de febrero en el arroyo El Zacatal de San José del Cabo; inicialmente fueron identificados como “albañiles” por la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) y, tras más de 15 días de investigación y de revisar archivos y expedientes, salió a relucir que eran empleados de la administración cabeña. La versión de la pareja sentimental del abogado Paulino Guerrero Sánchez -el tercer ejecutado de esa noche-, de que los acompañantes de su pareja eran “albañiles”, obviamente no convenció a ninguno de los agentes de investigación del caso, sobre todo por el tipo de vestimenta, calzado y celulares que portaban el día del triple homicidio. Peor aún, cuando los agentes de investigación revisaron el registro vehicular de la unidad que usaron los tres ejecutados por última vez para transportarse de sus respectivas casas al lugar donde fueron levantados por sus asesinos, descubrieron que algo estaba mal, ya que el automóvil aparecía a nombre de uno de los supuestos “albañiles”. El vehículo de lujo Volkswagen Jetta 2015, de color blanco, portaba placas de circulación sobrepuestas con el número CZR-5628, entregadas en la Dirección de Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito Municipal de Los Cabos, a cargo de Guillermo Marrón Rosas, las cuales no estaban dadas de alta en el sistema de registro vehicular. No obstante, el nombre del propietario de la unidad, valuada en casi 500 mil pesos, botó cuando checaron la serie alfanumérica del automóvil, bajo el número 3VWLW2AJOFM227268, y arrojó el nombre de Valerio Carrizal Jolleño, cuyo domicilio registrado en el sistema -tras hacer la respectiva verificación- no existía en la colonia de San José Viejo. Con estos últimos dos ejecutados, suman cuatro los funcionarios gubernamentales que han sido asesinados en el marco de esta narcoguerra. El primero fue el agente de la Policía Estatal Preventiva, Carlos Miguel Calderón Hinojosa “El Virolo”, muerto el 23 de agosto de 2014, y el segundo fue el secretario de la Dirección de Transporte, Jorge Molina Alarcón “El Molina” o “El Guerrero”, ultimado el 31 de octubre del mismo año. El quinto servidor público atacado y que sobrevivió fue el agente de la Policía Estatal Preventiva, Tito Guadalupe Jáuregui Flores, baleado el 29 de diciembre de 2014. La triple ejecución Aun cuando en La Paz comenzaron a verse los primeros resultados tras casi siete meses de guerra entre células criminales, y con un saldo de casi 70 muertos, en la joya de la corona de Los Cabos, apenas empezó la lucha por el control de la plaza del narcomenudeo entre integrantes del llamado Cártel de Sinaloa. La noche del 19 de febrero fueron asesinados: * Paulino Guerrero Sánchez, de 34 años, de oficio abogado, con domicilio en Calle José M. Chávez Hermosillo, Manzana 95, Lote 8, Colonia El Zacatal. * Valerio Carrizal Jolleño, de 31, servidor público del XI Ayuntamiento de Los Cabos, con domicilio en Calle Guanajuato esquina con Guerrero, Colonia San José Viejo. * César Carrizal Joyeño, de 21, servidor público del XI Ayuntamiento de Los Cabos, con domicilio en Súper Manzana 14, Manzana A, Lote 9, Colonia Vista Hermosa. Según una videocámara de seguridad, los tres ejecutados fueron levantados del patio del centro comercial Soriana y City Club de la colonia El Zacatal en esta población, y posteriormente llevados 200 metros adentro sobre un arroyo aledaño. Fueron asesinados a tiros con una pistola calibre 9 milímetros. Las imágenes captadas por la cámara de seguridad del supermercado exhiben que las víctimas no fueron amenazadas o subidas a la fuerza al vehículo de sus dos asesinos, una camioneta Ford Escape 2003, de color gris. Por el contrario, de acuerdo a la videograbación, se observa que los victimarios y las víctimas se conocen y hasta se saludan. La cámara de seguridad captó el momento en que las tres víctimas llegaron a bordo del Jetta y se estacionan justo en frente de la zapatería B-Hermanos, se bajan e ingresan al supermercado. Posteriormente, se observa cómo llega la camioneta de los criminales y se estaciona justo a un costado del lado derecho y espera la salida de las víctimas, quienes llegan a su vehículo. En eso el chofer de la camioneta saluda a las tres víctimas y las invita a subir, por lo que hablan aproximadamente por cinco minutos dentro del carro, y se van con rumbo desconocido. Las imágenes de la cámara de videovigilancia son las últimas que pudieron captar con vida a las tres víctimas, quienes -de acuerdo al dictamen del médico legista de la PGJE- recibieron los siguientes impactos: * Paulino Guerrero Sánchez presentó tres heridas producidas por impacto de arma de fuego, dos de ellas con entrada y salida en la cabeza, y una más en el brazo derecho. * Valerio Carrizal Jolleño tenía una bala en la cabeza, incrustándose en el cráneo. *César Carrizal Jeyeño registró tres heridas producidas por arma de fuego, una de ellas en el lóbulo izquierdo, con orificio de entrada y salida; una más en el esternón, con entrada y salida; y una última en el cráneo. Los tres cuerpos fueron encontrados por un testigo de 50 años, cuando alrededor de las 7:20 pm del 19 de febrero, escuchó detonaciones de arma de fuego mientras circulaba a bordo de su vehículo de Nissan Stanza color blanco. Al pasar por el arroyo observó los tres cuerpos sin vida y dio aviso inmediato del hallazgo. Los primeros en llegar fueron agentes de la Dirección de Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito Municipal de Los Cabos, y casi enseguida, oficiales de la Secretaría de Marina y del Ejército Mexicano, quienes acordonaron la escena del crimen con cinta amarilla y restringieron el acceso a la zona. La noche del homicidio, Valerio Carrizal Jolleño vestía pantalón de mezclilla azul deslavado, camisa gris, gorra de color blanco y zapatos de color negro. A la altura de la rodilla tenía una bolsa de plástico transparente, conteniendo en su interior residuos de gelatina. Mientras que César Carrizal Jeyeño portaba pantalón negro, playera morada, tenis gris con rojo, gorra negra con naranja y debajo del cuerpo, una bolsa de plástico de color café de la tienda Soriana, en cuyo interior había una cortina para baño. La tercera y última víctima, Paulino Guerrero Sánchez, vestía pantalón de mezclilla de color azul, camisa azul de manga larga y zapatos de color café, donde se encontraron huellas de neumáticos. Con esa información y con un juego de llaves de un automóvil Volkswagen, encontrado en la bolsa del pantalón de uno de los asesinados, los agentes de investigación de la PGJE se trasladaron de inmediato al estacionamiento de Soriana y comenzaron la búsqueda de la unidad con el control remoto, hasta que abrió el vehículo con placas de circulación CRZ-5628, estacionado en el cajón número 6, por lo que la zona fue acordonada y se hizo el levantamiento y traslado hacia la oficina de la Procuraduría. La investigación En las primeras indagatorias -tras revisar las pertenencias de las víctimas-, los agentes de investigación lograron dar con la identidad del abogado Paulino Guerrero Sánchez, quien era sobrino del ex agente del Ministerio Público de la Federación de la Procuraduría General de la República (PGR), Paciano Guerrero Caro. Según los investigadores, ambos tenían un despacho denominado Asesoría y Consultoría de Los Cabos en el edificio de departamentos “Ruby”, sobre las calles Playa Punta y El Pueblito, Lote 1, Manzana 1, Colonia Lomas de Rosarito de San José del Cabo. En base a investigaciones oficiales, la principal cara del despacho jurídico, Paciano Guerrero Caro, tiene una serie de antecedentes delictivos que van desde su encarcelamiento por el delito de extorsión, abuso de autoridad y privación ilegal de la libertad, hasta presuntos vínculos criminales con Felipe Eduardo Guajardo García “El 28” y Javier López Rivera o Javier Acosta López “El Javy” o “El Javier”: * El 24 de noviembre de 2004 fue capturado por agentes de la PGR por su presunta responsabilidad en el delito de extorsión, abuso de autoridad y privación ilegal de la libertad en agravio del comerciante Francisco Javier Cendejas Cervantes, bajo la causa penal 8/2003 del Juzgado Primero de Distrito en el Estado. La víctima relató que el abogado -cuando se desempeñaba como Agente del Ministerio Público de la Federación- llegó a bordo de un vehículo oficial hasta su negocio, un depósito de cerveza de nombre Alta Tensión, señalándolo como “narcomenudista”, por lo que le pidió una cuota mensual de dinero en efectivo por dejarlo vender droga, de lo contrario, se la sembraría y amenazó con “empapelarlo”. En aquel entonces, Paciano Guerrero fue investigado y se libró una orden de captura en su contra, lo cual resultó todo un espectáculo, ya que cuando pretendieron agarrarlo, en medio de un gran operativo, escapó de Baja California Sur a bordo de un helicóptero y, dos días después, fue detenido en Guamúchil, Sinaloa. Posteriormente fue trasladado al Estado y quedó recluido con el número de reo 156 en el Centro de Readaptación Social (CERESO) de La Paz. * El 9 de septiembre de 2010, Guerrero Caro fue detenido y arraigado como presunto responsable del asalto, privación ilegal de la libertad y homicidio en grado de tentativa que sufriera el extranjero Erick Shaw, de 45 años, originario de Washington, Estados Unidos. El caso sucedió el 14 de agosto en el fraccionamiento Cabo Bello en Cabo San Lucas, donde participaron el abogado y sus cómplices, identificados como Óscar Antonio Ojeda Ceseña “El Pompeyo”, Derían Iván Cota Camelo “El Derían”, y los hermanos Juan Iram y Jaime Lamberto López de la Peña. Vestidos de negro y con pasamontañas, los involucrados llegaron y se metieron a la vivienda, golpeando brutalmente al extranjero tras haberlo robado, provocándole hemorragia cerebral y traumatismo craneoencefálico, así como lesiones en el tórax después de clavarle un cuchillo en el abdomen. Todos fueron detenidos. * En un tercer hecho, el 5 de noviembre de 2014, el abogado Guerrero fue detenido en la terminal marítima de Pichilingue de La Paz, cuando intentaba sacar de Baja California Sur un automóvil Dodge Cavalier 2008, con número de serie 1B3HB48B58D7724430, en el cual había sido visto por última vez el narcomenudista Juan César Hamburgo, antes de ser levantado, torturado y ejecutado en el camino a Las Cruces, cerca del libramiento Santiago Oceguera. Durante el interrogatorio, Paciano Guerrero Caro dijo haber comprado el automóvil a Fernando Miranda Martínez por 80 mil pesos en efectivo, y posteriormente, tras rendir su declaración, fue liberado por la PGJE. * El 16 de febrero fue señalado por el sicario Héctor Roberto Medina Flores y/o Omar Alonso Medina González, de los crímenes de los narcomenudistas Fabricio Cota Rosas y Andrés Enrique Echeverría Franco, además, de haber sostenido y participado en algunos encuentros con Felipe Eduardo Guajardo García “El 28” junto con su asistente, Claudio Miranda Amador; así como Raúl Castillo de la Rosa “El Cochi” y el comandante de la Policía Municipal de Los Cabos, Paúl Fiol Contreras, quienes según el pistolero, “era el vínculo entre los delincuentes y los policías, comandantes y agentes del Ministerio Público de la PGR, porque trabajó durante mucho tiempo en esa institución y conoce a casi todo el personal de la delegación federal”. Aun cuando todavía no se tiene clara la causa de la ejecución de Paulino Guerrero Sánchez y de Valerio Carrizal Jolleño y César Carrizal Jeyeño, los investigadores tienen dos líneas de investigación abiertas: 1.- La ejecución como un aviso al ex agente del Ministerio Público de la Federación de la PGR, Paciano Guerrero Caro, por estar al servicio de dos grupos antagónicos como el de Felipe Eduardo Guajardo García “El 28” y el de Javier López Rivera o Javier Acosta López “El Javy” o “El Javier”. 2.- El crimen por algún mal negocio o traición de alguno de los dos citados jefes criminales, donde la grabación de la cámara de seguridad, exhibe plenamente que las víctimas y victimarios se conocían entre sí, y no hubo violencia a la hora de levantarlos del centro comercial. No obstante, según los investigadores del caso, las pesquisas llegarán hasta la revisión de toda la documentación y transacciones legales que se hicieron dentro del despacho jurídico para abrir otra línea de investigación y conocer de más presuntos responsables de este triple crimen. Los últimos ataques en la narcoguerra Fecha Heridos Fallecidos Tipo de Arma Lugar 4 de marzo Joel Hernández Verdugo Víctor Jesemani Hernández Betancourt Pistola calibre .40 milímetros y pistola .45 milímetros Calle República, entre Callejón de Acceso y Callejón Apante, Colonia Lázaro Cárdenas de La Paz 5 de marzo Cristian Márquez Núñez Daniel Cruz Cruz Desconocido Fusil de asalto calibre 7.62 x 39 milímetros Avenida Rosario Morales, entre Francisco Villa y Ejido, Col. El Arenal de Cabo San Lucas