Cinco homicidios en cuatro días es el saldo más reciente en Maneadero. Mientras en Ensenada enero de 2017 ha sido considerado el mes de mayor incidencia delictiva, ya con 13 asesinatos. “Sabemos que el narcomenudeo ya está en todas partes”: Jesús Arce, funcionario de la PGJE
En un lapso de cuatro días ocurrieron cinco asesinatos en la delegación Maneadero. Mientras que un total de 13 homicidios registrados durante las últimas semanas en la ciudad de Ensenada, colocan al pasado mes de enero como uno de los de mayor incidencia delictiva de los que se tenga memoria en el municipio. Solo superado por septiembre de 2012, cuando se registraron 14 hechos.
El año 2016 cerró con 68 homicidios, quedando como el segundo más delictivo en los últimos 12 años, solamente comparable a 2008, cuando se contabilizaron 73 asesinatos.
De las 22 delegaciones que conforman Ensenada, la de Maneadero, que representa el límite entre la zona urbana y la rural del municipio, ocupa el primer lugar en número de homicidios, pues de un total de 13 personas ultimadas (entre ellas tres mujeres) en las últimas semanas, cinco fueron en esa demarcación.
El 25 de diciembre de 2016 un hombre fue apuñalado en unas cuarterías de la colonia Luis Mercado Solís; el 29 de diciembre acribillaron a un joven en la colonia Cañón Buenavista; el 20 de enero de 2017, un hombre y una mujer fueron ejecutados en el Rancho Huerta; y apenas el 25 de enero un par de sujetos fueron asesinados y arrojados sobre la carretera que va a La Bufadora. Todo en Maneadero.
Ante la Unidad de Homicidios de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) hay abiertas tres investigaciones, cuyas líneas apuntan principalmente, en todos los casos, a eventos ligados con el narcomenudeo.
Malos antecedentes
Hugo Iván Rivera Gómez, de 29 años, se encontraba en el interior de su vivienda, en la esquina de Calle Segunda y Callejón “B” en la colonia Cañón Buenavista, cuando irrumpieron varios sujetos y le dispararon. Al arribo de los policías municipales la víctima aún respondía, pero cuando llegaron los paramédicos de la Cruz Roja ya había muerto.
Rivera Gómez presentaba una herida de arma de fuego en la cabeza. En el lugar se encontraron dos casquillos percutidos calibre .40 de pistola tipo escuadra, y calibre .223 Remington, correspondiente a arma larga. Según la necropsia de Ley, la causa del deceso fue por laceración y hemorragia cerebral, debido a fractura de bóveda y base de cráneo provocado por proyectil de arma de fuego penetrante de cráneo. El occiso tenía antecedentes de narcomenudeo y había estado en prisión por ello.
La madrugada del viernes 20 de enero fueron encontrados muertos un hombre y una mujer, Josué Santana Miguez, de 35 años de edad, y Ailed Verenice Solís Larrañaga, de 20, ambos presentaban un balazo en la cabeza. Sus cuerpos fueron arrojados a la orilla de la Carretera Transpenínsular, justo a la entrada del Rancho Huerta, en la parcela 44 que lleva rumbo a la playa, en la parte baja de Maneadero.
En la escena del crimen se encontraron tres casquillos 9 milímetros, pistola tipo escuadra, con la que les perforaron también cuello y tórax. Josué y Verenice sostenían una relación de concubinato y tenían un hijo en común. El hombre contaba con antecedentes penales por posesión de drogas y armas, además, fue deportado de Estados Unidos, donde había cumplido una condena.
El otro doble homicidio corresponde al de Alfredo Eduardo Martínez y Jesús Ramos Valles, de 24 y 44 años, respectivamente, cuyos cuerpos maniatados, “enteipados” en cabeza y brazos, fueron tirados sobre un camino vecinal que va al Rancho Packard del Ejido Esteban Cantú, a la altura del Kilómetro 16 de la carretera estatal a La Bufadora.
Las víctimas, localizadas la mañana del 25 de enero, murieron a causa de laceración y hemorragia cerebral con fracturas múltiples de base y bóveda craneal causadas por proyectil de arma de fuego, según obra en las carpetas de investigación. Se encontraron tres casquillos percutidos de arma corta calibre .40; los occisos también tenían antecedentes de delitos contra la salud.
En todos los casos la investigación está en el proceso del estudio de balística, para determinar si hay relación entre uno y otro crimen, o con algunos cometidos anteriormente, sin tener sospechosos hasta el momento, según informó Jesús Arce, coordinador de la Unidad de Investigación de Delitos contra la Vida y la Integridad de la PGJE.
“Sabemos que el narcomenudeo ya está en todas partes”, externó el funcionario respecto a la incidencia de este delito en Maneadero, e indicó que aunque no se tiene un destacamento de la Policía Estatal Preventiva de manera permanente, se hacen los recorridos como en toda la ciudad, además que se tiene una agencia de la Procuraduría en la zona.
“Sí, en 2016 hubo un incremento de homicidios, pero tampoco es un número muy exagerado, como Tijuana, que lo tuvo muy elevado. Con nosotros no fue tanto…”.
Caen en cuenta
“Pues sí, es un ‘foco rojo’ que nos llama la atención, respecto a los homicidios que han surgido en esa área”, externó Emilio Camarena Castillo, director de Seguridad Pública Municipal, y dijo que están tomando medidas para implementar la vigilancia en Maneadero.
No obstante, la incidencia delictiva en general ha disminuido en un 16 por ciento, en comparación con el anterior gobierno municipal en el mismo período. Es decir, de diciembre de 2015 a enero 2016 hubo 141 delitos de todo tipo en esa delegación, mientras que de diciembre de 2016 al 27 de enero de 2017 se contabilizaron 119 hechos.
El director de Seguridad afirmó que el “grupo de reacción inmediata” de esa corporación hace recorridos sorpresa varios días a la semana, y que en las reuniones del grupo Base de Operaciones Mixtas (BOM) precisamente la Policía Municipal les informa al resto dónde está la mayor incidencia, como en las colonias Orienta, Popular 89, Morelos, Industrial “y ahora vamos a pegarle al área de Maneadero, por esta situación que nos está surgiendo”.
Precisó Camarena que aunque no es tarea de esa corporación el ir a reventar “picaderos”, su Unidad de Inteligencia detecta “focos rojos” y le pasan la información a la autoridad correspondiente para que haga lo propio, “damos mayor vigilancia en esa zona, ¡y ahí sí!, cualquier persona que ande en la vía pública pues la levantamos, lo revisamos, y si trae droga o algo, lo remitimos a la autoridad competente”.
La zona que tienen detectada con mayor incidencia delictiva, mencionó, es la parte alta de Maneadero y “El Zorrillo”. Informó que Seguridad Pública tiene asignadas cuatro patrullas por turno para la delegación, mismas que se refuerzan con las unidades del grupo de reacción inmediata: “Mando de tres a cinco unidades para allá en diferentes días y horarios”.
Preocupa más la “robadera”
“Con el crimen organizado nosotros ni nos metemos, porque si así no nos la acabamos con los malandros, si nos ponemos a declarar nos va a ir peor”, expresó a ZETA un líder comunal de Maneadero.
“Sí, hay mucho vicioso, mucho malandrín que anda robando para sacar para el vicio, y es a los que andan matando”, externaron residentes a quienes más que los asesinatos, les preocupa “la robadera, los rateros, los amantes de lo ajeno nos traen lázaros, no hay vigilancia”.
Conformado mayormente por pequeños y medianos agricultores que proveen de verduras y hortalizas a Ensenada y al exterior, aparte de ser golpeados por las alzas actuales que les han incrementado hasta en un 100 por ciento los costos de producción, los ejidatarios están siendo rebasados por los incontrolables robos en ranchos y parcelas, según testificó Raymundo Carrillo Huerta, representante del Comité de Aguas Subterráneas de Maneadero.
“Nos sentimos desprotegidos, no tenemos confianza en ninguna autoridad, no nos resuelve nada”, confesó el también ex presidente del Ejido Nacionalista Sánchez Taboada, quien ha interpuesto veinte denuncias por robo, y, nada más en lo que va del año, ha sufrido cuatro hurtos, el más reciente el 23 de enero, cuando le robaron malla sombra y herramienta hasta por 2 mil dólares, “puse la denuncia porque la tengo que poner, pero ni me han venido a visitar, ni me han hablado, ni venido a ver qué me robaron. Una desatención total”.
Carrillo mencionó el ejemplo de San Carlos, donde a raíz de la instalación de un centro de rehabilitación para drogadictos, se desataron los robos, los cacos se brincan los cercos sin pudor y agarran parejo: “Oyes ruidos y ni sales, porque te van a navajear o te vas a comprometer tú o a tu familia”.
Aseveró que la Policía Municipal “ni se ve”, y respecto a la PEP, expuso que la Agencia del Ministerio Público que existía en el poblado la quitaron y ahora tienen que acudir hasta el centro de Ensenada. Simplemente ni un agente de tránsito hay destacado, “todo el mundo se pasa los semáforos, si para eso no hay reglas, imagínate, lo demás está desatado”.
Cansados de lidiar con las autoridades anteriores, con las actuales ni han buscado acercamiento: “La gente en Maneadero tiene temor y desconfianza, hay mucha corrupción, en el gobierno no hay condiciones como para que la gente denuncie, las autoridades están en su área de confort tomando café, mientras las ratas hacen lo que les da la gana”.