Luego de la discordia entre los líderes de las criminales Fuerzas Especiales de Dámaso (FED) y la presunta persecución que de éstos hacen autoridades federales en La Paz y Los Cabos, Dámaso López Serrano “El Mini Licenciado” o “El Mini Lic” acudió ante un tribunal de Sinaloa para solicitar un amparo. Abogados del hijo del ex comandante Dámaso López Núñez “El Licenciado”, que también habría presentado una demanda de garantías para no ser detenido, interpusieron el recurso ante el Juzgado Segundo de Distrito con residencia en Culiacán. En el escrito firmado por “El Mini Lic” reclama de los jueces de Distrito en Materia de Procesos Penales Federal del Distrito Federal, la procuradora general de la República y otras autoridades “la orden de aprehensión librada contra el quejoso y su ejecución, así como la orden de arraigo”. El juez Luis Fernando Zúñiga Padilla otorgó la suspensión provisional solicitada en favor del quejoso para que no sea detenido en tanto se resuelve el juicio de amparo, con la salvedad de que si la orden de captura es por delitos graves dejará de contar con dicha protección. La sentencia del juicio de derechos fundamentales promovida a favor de López Serrano podría dictarse el próximo 6 de abril cuando se desarrolle la audiencia constitucional. Por lo que toca al padre, Dámaso López Núñez, se desconoce por el momento ante cuál autoridad judicial habría recurrido. Esta es la primera vez que “El Mini Lic” hace una solicitud de protección de parte de un juez; no lo hizo ni siquiera cuando se le mencionó como uno de los lugartenientes más importantes del Cártel de Sinaloa, tampoco cuando en los medios informativos se ventiló la presunción de su vida mafiosa, sus lujos y sus excesos a través de las redes sociales, ni cuando se anunció la operación de los Dámaso como jefes del narcotráfico en Baja California Sur. En cambio López Núñez “El Licenciado” es un hombre acostumbrado a acudir ante los tribunales y aún en calidad de prófugo interponer amparos y salir victorioso con fallos protectores, que incluso han dejado sin efecto diversas órdenes de aprehensión dictadas en su contra en años recientes. Los Dámaso en BCS Durante 2014 la escalada de violencia llegó para quedarse en la otrora tranquila entidad de Baja California Sur. Los levantones y asesinatos se convirtieron en las principales noticias. Y fue a mediados del año pasado cuando se conocieron las causas de tanta inseguridad: una fractura al interior del Cártel de Sinaloa. Por un lado, células de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera a través de las Fuerzas Especiales de Dámaso (FED) y, por otro, miembros de grupos afines a Ismael “El Mayo” Zambada, como son “Los Mayitos” y “Los Chapitos”. El 31 de julio anterior, en La Paz, fueron victimados a tiros los escoltas de Dámaso López Núñez, compadre de “El Chapo”, a quien ayudó a escapar del penal de máxima seguridad de Puente Grande en 2001 y su presunto sucesor. Los muertos eran Esteban Espinoza Velázquez “El Pantera” y dos de sus acompañantes. El triple crimen fue clave para que las instancias federales conocieran detalles de lo que las autoridades estatales y municipales ya sabían. A estos hechos han seguido diversos homicidios, la detención e identificación de algunos de los cabecillas de los grupos de narcomenudistas que operan en La Paz y que expanden sus controles territoriales hacia Los Cabos. Los reacomodos previstos después de la detención de Joaquín “El Chapo” Guzmán el 22 de febrero de 2014 no han terminado y la guerra entre sus huestes y las de “El Mayo” Zambada se han vuelto más sanguinarias. Incluso mismos seguidores de Guzmán Loera han ido en contra de los Dámaso, de acuerdo a investigaciones realizadas por ZETA. Los enfrentamientos entre ambas facciones han dejado como resultado la tortura y ejecución de narcomenudistas rivales, servidores públicos protectores y hasta de víctimas inocentes, como ocurrió el 16 de enero de 2015 cuando criminales asesinaron a un hombre que dormía en su casa en la colonia Revolución, en La Paz, al confundirlo con su hijo, lo que motivó molestia entre los miembros de la FED. Los continuos ajustes de cuentas, una mayor presencia de la Marina y las acciones más recientes de las autoridades federales y militares que detuvieron a algunos de los líderes narcomenudistas, entre ellos Rolando González Moreno “El Compadrón”, serían las razones por las que los Dámaso, padre e hijo, se sintieron presionados para buscar el amparo de la propia justicia federal, en un hecho que muestra su temor ante una posible pronta detención. Historia de impunidad Dámaso López Núñez “El Licenciado”, hombre reclamado por autoridades mexicanas y de los Estados Unidos de América, que le consideran una pieza clave en el trasiego internacional de drogas para el Cártel de Sinaloa en los últimos años, es un viejo “lobo” en las lides del narcotráfico, como ex funcionario policial y penitenciario que fue, y como nuevo capo. Nacido el 22 de febrero de 1966 en Eldorado, sindicatura de Culiacán, Dámaso estudió derecho, aunque no aparece registro de su cédula profesional. Hizo carrera en la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de Sinaloa, a donde ingresó a los 25 años de edad y tuvo diversos cargos. Desde 1991 y hasta 1995 mantuvo una regularidad en la institución, en la que fungió como agente del Ministerio Público, supervisor operativo de la Policía Judicial del Estado, subjefe del Departamento de Actas, jefe del Departamento de Vehículos y jefe del Área Operativa de la propia Policía Judicial. Su carrera fue frenada en 1995 cuando “El Licenciado” fue acusado de su posible implicación en delitos federales y un juez de esa competencia libró una orden de aprehensión en su contra. Con el paso del tiempo y el apoyo de su padre, Dámaso López García (hoy finado), que tenía influencias en las esferas de gobierno, pudo sortear la acusación. Al arribo del ex gobernador de Sinaloa, Francisco Labastida Ochoa a la Secretaría de Gobernación, López Núñez fue llamado a colaborar junto con un grupo de ex judiciales sinaloenses en la seguridad interna y externa de los Centros Federales de Readaptación Social, entre ellos el penal de máxima seguridad de Jalisco, donde estaba su compadre Joaquín “El Chapo” Guzmán. “El Licenciado” empezó a laborar para la Dirección General de Prevención y Readaptación Social, en el gobierno federal, en 1998. La presencia de Dámaso y los demás comandantes que se hicieron llamar “La Hermandad”, relajó las férreas medidas de seguridad del centro penitenciario. Las cámaras de video y las cerraduras eléctricas se descompusieron, entraron teléfonos celulares, visitas no permitidas, prostitución y el sistema fue corrompido por la nómina de los narcotraficantes presos. Las irregularidades y conducta de Dámaso López Núñez no pasaron inadvertidas y en una ocasión fue suspendido por la introducción de artículos prohibidos, medicamentos y dinero. A pesar de ello, continuaba ingresando al penal y estaba a las órdenes del “Chapo” Guzmán hasta el 19 de enero de 2001 en que el líder del Cártel de Sinaloa escapó ante el rumor de que sería extraditado. “El Licenciado” realizó todos los preparativos de tan conocida fuga. El poder del “Licenciado” Tras la evasión y repunte de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera dentro de la organización criminal en la que había una alianza con el Cártel de Juárez y los Beltrán Leyva que aún eran parte del Cártel de Sinaloa, Dámaso fue escalando peldaños, siempre cerca de su patrón. Vinieron las escisiones de la entonces llamada “Federación” y López Núñez permaneció fiel a su compadre, al grado de confiarle parte de la operación del grupo en su propia entidad natal y dejarle el control de la región de Eldorado, donde su padre Dámaso López García fue síndico del Ayuntamiento en 2007. Durante los primeros dos años del sexenio de Felipe Calderón y de su “guerra contra las drogas” se inició una ofensiva para detener al “Chapo” Guzmán, sin conseguirlo, aunque presuntamente en varias ocasiones estuvieron cerca de sus pasos. Una de ellas cuando el Ejército Mexicano fue tras Dámaso López el 4 de junio de 2008. Militares catearon tres domicilios del ex funcionario en Culiacán y Eldorado, sin encontrarlo, pero aseguraron información que los llevó a conocer y actualizar su información sobre el cártel. En una de las casas del “Licenciado” se localizaron 5 millones 293 mil 750 dólares americanos en efectivo, armas de fuego, dos camionetas –una de ellas blindada– y una libreta marca Scribe que contenía anotaciones con direcciones de narcotienditas, miembros de la organización, contactos colombianos y una nómina de agentes policiales. De acuerdo a peritajes de valuación de la Procuraduría General de la República, los tres inmuebles asegurados por personal de la Novena Zona Militar tenían un precio en conjunto de 5 millones 540 mil 253 pesos, mientras que las camionetas, una <em>Ford Lobo Harley y una Chevrolet Cheyenne 4X4, ambas del año, valían juntas más de un millón de pesos por blindaje y accesorios. Investigaciones ministeriales y de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público establecieron que no existía inscripción ante el Servicio de Administración Tributaria ni documentación sobre declaraciones de impuestos de Dámaso López Núñez que justificaran la adquisición de los bienes asegurados y los movimientos bancarios detectados en diversas instituciones crediticias. Con apoyo de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) las autoridades ministeriales ubicaron las cuentas bancarias del “Licenciado”, que en el periodo comprendido del 21 de junio de 2002 al 30 de junio de 2009 tuvieron depósitos por un millón 237 mil 501 pesos con 67 centavos y retiros por un importe de un millón 228 mil 96 pesos con 37 centavos “sin contar con recursos económicos suficientes para ello”. Victorias jurídicas Contra Dámaso López Núñez existían dos órdenes de aprehensión en tribunales federales del país. Una por los delitos derivados de la fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán hace 13 años y otra por los cateos en los que se localizó la divisa norteamericana y pruebas contra el Cártel de Sinaloa. En el primero de los casos, el Juzgado Cuarto de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito Federal dictó una orden de captura contra el ex jefe de custodios de Puente Grande en la causa penal 16/2001 (Averiguación Previa PGR/UEDO/001/2001) por su probable responsabilidad en la comisión de los delitos de cohecho y evasión de presos. El segundo de los mandamientos de aprehensión fue decretado en el Juzgado Primero de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales en el Estado de México, con residencia en Toluca, dentro de los autos del proceso penal número 88/2009, por los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita (lavado de dinero). En ambos asuntos, Dámaso obtuvo amparos para frenar y finalmente vencer el ejercicio de la acción penal en su contra. Los amparos tenían fines repositorios, hasta que de tanto insistir, sus abogados Manuel Beltrán Navarro y Esteban Llamas García pudieron rendirle buenas cuentas a su cliente. Por el simple transcurso del tiempo, prescribió la imputación por el delito de cohecho y se declaró extinta la responsabilidad penal del inculpado y no hubo elementos para probar su participación en la evasión de presos, cancelándose la orden de aprehensión en su contra el 4 de noviembre de 2009. En el caso de los cateos y dinero asegurado, Dámaso ha obtenido amparos para efectos de que el Ministerio Público de la Federación y el juez de la causa fundamenten el por qué estiman demostrada la presunta responsabilidad del pistolero en el delito de lavado de dinero por el hecho de ser propietario de inmuebles y cuentas bancarias, pues es la autoridad quien tiene la carga de probar que se trata de dinero ilícito. El padre del “Licenciado” murió promoviendo amparos para recuperar los bienes. “El Mini Lic” y los EU Los Estados Unidos de Norteamérica centraron su atención no solo en Dámaso López Núñez, a quien identifican como un capo del narcotráfico y sucesor natural del “Chapo” Guzmán, sino en su hijo Dámaso López Serrano “El Mini Lic” –ahijado de Joaquín Archivaldo– del que trascendiera su actividad criminal a través de las redes sociales en 2013 e incluso cuenta con narcocorridos. En marzo de 2013, el Departamento de Justicia norteamericano emitió un comunicado de prensa para su inmediata difusión. En el documento afirmaba que el gobierno de ese país había identificado como un narcotraficante y lugarteniente del Cártel de Sinaloa a Dámaso López Núñez y por ello fue acusado por un gran jurado federal en Alexandria, Virginia. “El Licenciado” fue señalado el 23 de noviembre de 2011 y acusado de conspiración para distribuir cocaína y conspiración para cometer lavado de dinero, cargos que en caso de ser demostrados ameritarían una pena máxima de cadena perpetua para el mexicano, si es declarado culpable. La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro designó a López Núñez el 9 de enero de 2013 en la lista de cabecillas del narcotráfico y prohibió a los estadounidenses el tener tratos comerciales o transacciones financieras con el señalado. En cuanto a Dámaso López junior, el Departamento Antidrogas de los Estados Unidos (DEA) realizó un perfil psicológico que fue dado a conocer a los medios de comunicación a finales de febrero del año pasado, a unos días de la detención del “Chapo” Guzmán. La DEA asegura que el joven, que no rebasa la edad de 28 años, es un seductor –con tendencias a la sociopatía–, que gusta de viajar a lugares paradisiacos, en los que conquista mujeres y realiza diversos negocios para lavar dinero procedente del tráfico de estupefacientes. Hoy padre e hijo están ubicados en la operación del cártel sinaloense, en plena guerra con otras agrupaciones de la misma organización criminal en Baja California Sur y posiblemente presionados ante los ataques de sus adversarios y la búsqueda que de ellos hacen las fuerzas armadas.
Los Dámaso, buscan amparo
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