Hay tres razones para ver esta película: Roald Dahl, por supuesto; la adaptación a una obra musical por el maestro Tim Minchin y, finalmente, la interpretación que hace Emma Thompson de Ágata Tronchatoro, la temible “dueña” y directora de la primera escuela a la que asiste Matilda Wormwood (Alisha Weir), una niña no deseada por unos padres fraudulentos, que encuentra en la lectura no sólo una manera de escapar del abandono de su familia, sino una forma para cambiar su historia personal.
Esta obra, muy popular a lo largo de las generaciones, tuvo su debut en el famoso distrito teatral del West End en Londres para después pasar a Broadway, y así, en su esplendor musical fue filmada bajo la dirección de Matthew Warchus, con esa explosiva coreografía y las populares canciones “When I Grow Up”, “Naughty” y, por supuesto, “Revolting Children”.
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La puesta en escena del clásico de Dahl no es nada fácil considerando la complejidad de la coreografía. Aquí faltan ojos para apreciar cada detalle de los bailes con un elenco infantil realmente excepcional.
A esto le agregamos el vestuario, la dirección artística, una edición inmejorable y, en sí, todos los elementos de producción cuidados a detalle para que esta cinta sea lo que tenía que ser: la mejor opción para quien guste del mejor teatro musical, y valore una de las obras literarias dedicadas a los niños más destacadas de todos los tiempos, donde la lección es clara: el conocimiento no solamente abre mentes, sino puertas que permiten cambios concretos no sólo en la vida de un individuo, sino de una sociedad. Disponible en Netflix. ****
Punto final. – Esperemos la pronta recuperación del Capitán América.
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