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viernes, febrero 23, 2024
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De protestas a protestas

Casi al mismo tiempo que un joven mexicano irrumpía en la ceremonia de entrega del Premio Nobel de La Paz a Malala Yosafazi, y pedía que la activista en pro de los derechos civiles y los derechos de las mujeres no se olvidara de México, un empresario mexicano en Guerrero irrumpía su discurso con un llamado a cerrar la página de lo ocurrido en Iguala con los 43 normalistas desaparecidos. Las dos son posiciones de protesta. La del joven Adán Cortés Salas fue en el sentido de hacer una denuncia en el plano internacional sobre lo que ocurre en México con la inseguridad, la violencia y la impunidad; la del presidente de la CONCANCO, Enrique Solana, fue de hacer un llamado a ya dejar atrás la página de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México y descrito como un joven aventado, Cortés Salas se adentró en la ceremonia realizada en Noruega y solo atinó a decirle a la galardonada que no se olvidase de México, en atención a lo que acá sucede. La paquistaní fue víctima de un atentado cuando un grupo Talibán le disparó en la cabeza y en el cuello, en el año 2009, a bordo de un autobús escolar. Otras dos niñas como ella serían alcanzadas por las balas. Sensibilizada de origen y cultura, Malala como muchas otras adolescentes en aquel régimen, desean aquello que les quieren prohibir: estudiar. Sobrevivió al atentado y emprendió un activismo por los derechos civiles y de las mujeres, ha sido ejemplo de lucha y tenacidad en el mundo, ejemplo y portavoz de comunidades reprimidas, y la joven que más reconocimientos ha obtenido en el ámbito de la paz y los Derechos Humanos. Malala Yosafazi se ve sorprendida en el video que cientos de miles de personas han visto por internet, del momento en el cual el mexicano sostiene una bandera y le pide a la ya Premio Nobel de la Paz, no olvidar a México. Malala es una muchacha con carácter y sensibilidad, y México no ha escapado a sus pensamientos. Al día siguiente de recibir la condecoración por su lucha por la paz y los derechos civiles, declaró que la irrupción del mexicano significaba que “hay problemas en México”, con lo que dio validez a la forma de la protesta. En este país, el mismo miércoles 10 de diciembre, el poblano, ingeniero químico, industrial y empresario Enrique Solana, hacía un llamado a quienes lo escuchaban en una conferencia de prensa en Guerrero, y a los reporteros que reproducirían sus palabras, a “pasar la página” de lo sucedido en Ayotzinapa, Iguala, Guerrero, el 26 de septiembre de 2014, cuando 43 normalistas fueron desaparecidos con violencia. Enrique Solana representa a los comerciantes organizados de México, afiliados a las Cámaras Nacionales de Comercio, las cuales se rigen por la CONCANACO, organismo que él preside desde la Ciudad de México. Pero hace unos días, parecía más un vocero del Gobierno de la República. Luego que el Presidente Enrique Peña Nieto en Guerrero, precisamente en Guerrero, hiciera un llamado a superar la tragedia de Iguala sin certeza jurídica, sin la localización de cuerpos, sin justicia y sin paz, llegó Solana a avalar las palabras presidenciales, hacerlas suyas y escupirlas al mundo. De acuerdo a los periodistas que cubrieron el acto del representante de los comerciantes organizados, el empresario dijo: “No es posible que la terrible desgracia de 43 muchachos y sus familias, que tienen el derecho de expresar su dolor y exigir la recuperación de sus hijos, creo que no se justifica (la manifestación de) este pequeño número de personas, en comparación con 3.5 millones de habitantes que tiene Guerrero, 150 mil empresas y 800 familias, no hay proporción”. Siguió: “Es totalmente desproporcionado el daño terrible que están provocando a Guerrero… para mí están muertos, porque si encontraron los restos de ADN de uno de ellos en el basurero, es por lógica que, si desaparecieron 43 muchachos juntos, la conclusión final es que los otros 42 están ahí también”. Y concluyó: “Esperemos que con la aparición de otro muchacho, otros dos o tres, pudiéramos concluir para cerrar esa página”. Para el representante y portavoz de los comerciantes organizados, los culpables de la afectación económica a Guerrero, a las 150 mil empresas y las 800 mil familias, no son los narcotraficantes que mantienen la región bajo su poder criminal a sangre y plomo, ni los políticos corruptos y coludidos con el crimen organizado y el narcotráfico que contribuyen al cobro de piso, a las ejecuciones y los secuestros con policías infiltradas, sino las familias de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa y quienes con ellos se han  sumado a la manifestación internacional y nacional. El gobierno de Enrique Peña Nieto ha pasado del “ya me cansé” del procurador Jesús Murillo Karam, al “ya supérenlo” del propio Presidente, hasta el “pasar la página” del titular de la CONCANACO, contra las manifestaciones y acciones nacionales y globales por Ayotzinapa, el llamado a la justicia y el derecho de cualquier padre a tener a sus hijos vivos y en casa, o sus restos en sepultura. En el México convulsionado que nos toca vivir estos días, hay de protestas a protestas. ¿Usted con cuál se identifica?


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