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martes, febrero 20, 2024
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Sufre Ensenada desdén del Gobierno Federal

Qué se puede esperar, si los muertitos de Iguala y Tlatlaya poco le han importado al Gobierno Federal, menos le preocupan los 14 fallecimientos y como 500 accidentes que se han registrado en la Carretera Libre Ensenada-Tijuana a raíz que una parte de la autopista de cuota se desmoronó. La carretera “libre” entró al quite y de mil 200 vehículos que circulaban  diariamente por su trayecto pasaron a ser 12 mil autos de todos los tonelajes los que a diario circulan –por obligación- en la lastimada carretera. Al margen que se reabra la Escénica –en diciembre o cuando se pueda- y se descargue la Libre, estudios técnicos sobre las carreteras determinan que de las dos no se hace una. A la Carretera Libre no se le dio mantenimiento por más de 30 años, y eso porque las circunstancias obligaron; mientras que la Escénica presenta otros siete puntos similares a los que provocaron su colapso en el kilómetro 93. Es obligada una carretera de emergencia, o ruta alterna, aún con las dos existentes funcionando, es la petición que ha hecho el alcalde ensenadense, y la exigencia que han signado grupos empresariales y civiles al Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, pasando por los delegados de la Secretaría de Comunicaciones (SCT) y Caminos y Puentes Federales (CAPUFE). Pero la petición y exigencia del presidente municipal y de una veintena de presidentes de cámaras, asociaciones y colegios que aglutinan a empresarios, comerciantes, contadores, agricultores, hoteleros, restauranteros, maquiladores, consultores, incluyendo la firma del senador Ernesto Ruffo Appel y los diputados locales Ricardo Medina Fierro, Marco Novelo Osuna y Armando Reyes Ledesma, simplemente ha sido ignorada por la autoridad federal, desde el pasado 1 de octubre que dirigieron su carta a la Los Pinos y después de sentirse burlados por parte de las autoridades cuando anunciaron la reapertura de la Carretera Escénica el 15 de septiembre y no cumplieron. “Cometimos un error, porque nos confiamos y no seguimos exigiendo la ‘carretera alterna’, pero el 12 de septiembre salen con que ‘dice mi mamá que siempre no’”, se lamenta Mario Zepeda Jacobo, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (CANACINTRA) Ensenada. Desesperados por las demoras en los trayectos, frustrados por las pérdidas económicas y alarmados por el incremento de accidentes tras el derrumbe de la Carretera Escénica, además que las autoridades tuvieron la “ocurrencia” –acusan los ensenadenses- de ponerse a reparar la Carretera Libre en el momento más inapropiado, cuando la otra está fuera de funcionamiento, los grupos organizados del puerto decidieron dirigir una exigencia fuerte, por su cuenta, después que el Alcalde Gilberto Hirata Chico les aclaró que él no podía exigirle a la investidura presidencial. “Pero nosotros sí”, respondieron los empresarios.  Después de reiterar los problemas que se han originado para el municipio de Ensenada desde el 28 de diciembre de 2013 cuando se colapsó la autopista escénica, tales como los accidentes mencionados y el desplome económico que han sufrido todos los sectores; el turístico, pesquero, agrícola, industrial, y por ende que ha golpeado a todos los ensenadenses, establecen en la misiva cuatro puntos centrales para solicitar el apoyo presidencial: Que las obras de reconstrucción de la carretera escénica se concluyan a la brevedad, la construcción inmediata de una ruta alterna de emergencia, que se dote a la carretera Libre de infraestructura moderna y que se haga una investigación exhaustiva, se deslinden responsabilidades  y se aplique todo el peso de la ley a quien resulte responsable desde la SCT y CAPUFE. En nada les han hecho caso. Tan mala la una como la otra La carretera libre prácticamente nació con el siglo y ahora recibe un aforo vehicular 10 veces mayor al habitual. Destinada en sus inicios para el transporte de carretas de burros, la “libre” presenta serias fallas estructurales y de diseño. Está muy mal trazada la línea de las curvas, son meras vueltas a izquierda o derecha, y los automovilistas obligadamente tienen que invadir el carril contrario. En cuanto a la construcción, en algunos de sus puentes, en particular el de La Misión, quien ya ha tenido reparaciones anteriores, presenta soportes desbastados, pivotes sin la plancha completa, los pilares descubiertos en su núcleo. El puente tiene 50 años. El riesgo de accidentes con desenlace fatal aumenta debido que al saturarse la carretera las unidades de rescate demoran mucho en llegar. Un caso muy notorio fue el percance de un autobús con turistas japoneses, quienes tuvieron que auxiliarse unos a otros porque no llegaban las ambulancias. Mientras que la Carretera Escénica no presenta problemas nada más en el kilómetro 93, donde  se desplomó, sino que en siete puntos más, desde la zona de El Mirador hasta San Miguel,  y no son precisamente fallas por movimiento de las placas técnicas, sino porque llanamente la autopista está construida sobre colinas de tierra poco firme. El material inestable representa un constante riesgo de colapso, así lo determinó en el 2000 un estudio del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE). “Al terreno de esta zona si le rascas abajo es como un castillo de arena, se desmorona, es arena limosa”, ilustró por su parte un académico de la UABC. Una tercera carretera, una ruta alterna de emergencia, es la propuesta que presentó el Colegio de Ingenieros Civiles de Ensenada, presidida por César Ríos Patricio, y que respaldaron los organismos empresariales y numerosos sectores de la sociedad, y que detallada y oportunamente se les ha presentado a las autoridades  correspondientes. Pero no logran convencerlos. La tercera vía y la discordia Deficientes las dos carreteras existentes, el cuerpo colegiado de ingenieros realizó un estudio para la una ruta alterna de emergencia que partiría del Puente de Jatay a la altura de Baja Mar saliendo por la autopista, para cruzar de forma perpendicular hacia el kilómetro 74 de la Carretera Libre, poco más de 6 kilómetros de vía alterna que precisamente abarca los puntos más accidentados tanto de la “libre” como de la escénica. Un trayecto que llevaría en automóvil de 5 a 10 minutos, con el consabido ahorro de tiempo y dinero, en un tramo que está comprobado no presenta problemas de inestabilidad de terreno.    Ese tramo firme además podría desembocar hacia el Valle de Guadalupe o hacia la carretera a Tecate,  “con el beneficio que integras a la economía a toda esa zona que está ahorita desaprovechada”, expone el presidente de CANACINTRA. La construcción de la vía alterna costaría poco, 60 millones de pesos en caso de dos carriles, o 125 millones si es de cuatro, según presupuestos que con varias compañías gestionó el Colegio de Ingenieros. La obra estaría concluida en 8 o 9 meses pues hay que hacer estudios de impacto ambiental y trámites de indemnización a los propietarios de los terrenos afectados que, por otra parte, ya firmaron una minuta con el diputado Ricardo Medina Fierro donde aceptan que por sus terrenos pase la nueva carretera. Pero aún con el estudio presentado y las facilidades para arrancar la obra, las autoridades federales están en otro tenor.  De entrada lo descartan porque no hay un proyecto ejecutivo de por medio, y en segundo porque definitivamente no hay un recurso destinado para ese fin, fue el argumento de Clemente Poon Hung, director general de Servicios Técnicos de la SCT. También consideraron los técnicos especialistas de esa instancia federal que no es real el costo con el que cotizan la obra, “es una cantidad ridícula”, dijeron, pues conlleva el doble de inversión. Explicaron además que no es factible que los usuarios de la autopista en un momento dado pasen a una carretera de más bajo nivel pues ya traen velocidad muy alta.  Otro impedimento técnico que consideraron es que el Puente de Jatay es muy pequeño, sólo de dos carriles, y no pueden determinar si soportará tanta carga. Y, finalmente, la razón principal por la que la autoridad federal desdeña el proyecto de la carretera alterna con un costo de 125 millones de pesos –o 250 según su estimación- es que ya tienen contemplada otra carretera, también de cuota, con cuatro carriles, cuyo tramo de 22 kilómetros tendrá un costo de 2 mil millones de pesos. Puros pretextos Para los organismos los impulsores de la carretera de emergencia las razones de las autoridades de la SCT son puros pretextos. De entrada les desconcierta que descarten una inversión mínima de 125 millones de pesos, o 250 millones de acuerdo a lo estimado por sus técnicos, lo que representa el gasto de tan sólo tres kilómetros de la carretera contemplada por la SCT.  Respecto a que no existe un proyecto ejecutivo, los  demandantes reviran y dicen que no es necesario el mismo pues se trata de una carretera de alimentación o intercepción.    Que no es posible que los automovilistas circulen a alta velocidad para incorporarse luego a una vía más lenta, también lo descartan, pues la autopista escénica siempre ha sido de entrada y salida, a la altura de El Descanso, Baja Mar, Puerto Nuevo, “la gente sube y baja en cualquier momento”. La supuesta debilidad del puente de Jatai que le impediría incrementar su flujo vehicular, lo consideran otro mal pretexto: “Le recordamos a los técnicos de la SCT que ese puente se hizo cuando la carretera de cuota, es el único que ha existido para todas las obras que se han hecho en Baja Mar, Sempra. Por ese puentecito han cruzado millones y millones de toneladas, ya está probado y re comprobado que soporta carga”, precisa Mario Zepeda, líder de CANACINTRA. Los promotores de la carretera alterna aclaran que no están en desacuerdo con el proyecto de la carretera de 2 mil millones de pesos  que trae entre manos la Federación, pero eso es a largo plazo, puede llevar varios años, además de muchos arreglos con los diferentes propietarios de predios, y mientras tanto “cuántos muertos se van acumular en esa carretera”. Después de tantas excusas, la respuesta final de los funcionarios de la SCT es que no hay recurso etiquetado para la carretera alterna. Como que traen muchas ganas de gastarse los 2 mil millones de pesos en la otra obra, por lo que ante tantas evasivas, información sesgada y desdén, en su carta dirigida al Presidente Enrique Peña Nieto, exigen investigación para que se aclare el origen del derrumbe inicial, motivo real por el que se postergó la reapertura, transparencia en el manejo y uso de los fondos destinados a la reconstrucción, “no podemos tolerar impunidad en estos hechos”. Y ultimadamente, el punto medular del escrito dirigido a Los Pinos es de exigirle al Jefe del Ejecutivo es que cumpla su compromiso de campaña “número 127” que fue dotar de agua y vialidades a Ensenada pero “el actuar de los funcionarios federales falta el respeto a su palabra empeñada y ofende a la comunidad”, le dicen a Peña. Por lo pronto seguirán insistiendo porque  no soportan tanta negligencia y porque no van a permitir que tras el colapso de la autopista también se derrumbe el desarrollo de Ensenada, que reporta una caída del 30 por ciento en todos los sectores productivos del puerto, dado a que el importante tránsito que representa la Escénica para la región de Baja California, Baja California Sur y California en Estados Unidos en la transportación de productos disparándoles el precio y elevando el costo de vida de los ensenadenses. Mientras tanto, los empresarios locales están buscando que Ensenada sea nombrado “Pueblo Mágico”: “porque no tenemos agua, no tenemos trabajo, no tenemos presupuesto, y ahora no tenemos carretera. Y a pesar de ello somos un pueblo de una atracción muy fuerte para el resto del país y sur de Estados Unidos. La única explicación es que hacemos magia”, ironizan ante la cruda realidad.


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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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