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sábado, febrero 17, 2024
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Los nuevos capos

Después de la captura del narcomenudista Noé Fregoso Sosa “El Hitler”, ocurrida el 6 de enero de 2014 en Comondú, y el destierro del ex líder de la banda de “Los Javieres”, Javier López Rivera o Javier Acosta López “El Javier” en Los Cabos, comenzó una nueva guerra por el control de la plaza del narcomenudeo en el norte y en el sur, donde -hasta el cierre de edición- se habían reportado amenazas, levantones e incluso atentados armados que desde luego, y misteriosamente, no fueron presentados en ningún parte oficial de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE). No obstante, sí aparecieron en partes informativos de la Dirección de Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito Municipal de Los Cabos, inclusive del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN). De acuerdo a autoridades federales y militares, los hechos delictivos son considerados “como parte de la nueva guerra sorda que libran narcomenudistas por el control de la venta, distribución y trasiego de drogas, quienes, a falta de un aparente líder, pelean unos contra otros el dominio de los territorios en Comondú y Los Cabos. Según los primeros reportes de inteligencia, en la nueva disputa, en el caso de Comondú, aparecieron figuras delictivas hasta hace poco desconocidas en el corazón agrícola del estado, pero de sobra afamadas en ciudades como Mexicali, Tijuana, Agua Prieta, Hermosillo y Puerto Peñasco, vinculadas al ex jefe de sicarios del capo Ismael “El Mayo” Zambada, Gonzalo Inzunza Inzunza “El Macho Prieto” o “El 11”. Se trata de nada menos y nada más que del padre e hijo, de nombres “Álvaro López” y apodados “El Chapo” López y “El Alvarillo” López. En base a los primeros reportes federales y militares, los pistoleros de “El Macho Prieto” fueron ubicados en Ciudad Constitución; presuntamente están huyendo de los estados de Sinaloa, Baja California y Sonora, después de que su ex jefe, Gonzalo Inzunza Inzunza, fuera abatido a tiros el 18 de diciembre de 2013 por elementos de la Secretaría de Marina y el Ejercito Mexicano. Los dos sicarios “estuvieron presentes en el enfrentamiento en el exclusivo fraccionamiento Bella Sirena en Puerto Peñasco, Sonora, donde se registró una balacera por más de seis horas, y en virtud de la férrea resistencia de los pistoleros de “El Macho Prieto”, las fuerzas armadas tuvieron que utilizar dos helicópteros Black Hawk y dos aviones artillados,  donde las armas calibre 50 provocaron estragos en los autos de los sicarios que cuidaban al jefe de seguridad del actual líder del Cártel de Sinaloa. Hoy por hoy, después de huir de la persecución, tanto “El Chapo” López” como “El Alvarillo” pretenden establecerse en Comondú, “operar y tomar el control criminal de la plaza del narcomenudeo, y reclutar a todos los narcomenudistas que en su momento operaron para ‘El Guayabo’, ‘Los Zamudio’ y ‘El Hitler’”. Peor aún, en el caso de Los Cabos, las primeras investigaciones federales y militares indican que la plaza del narcomenudista Javier López Rivera o Javier Acosta López “El Javier”, quedó sin cabeza luego de que su líder fuera desterrado de la zona por presuntas advertencias de crimen por parte del Cártel de Sinaloa, actualmente disputada por el narcomenudista de Cabo San Lucas, Abraham Cervantes Escareaga “El Babay”, y el líder de las bandas de “Los Pelones”, “Los Guadalupanos” y “Los Tizoc”, Leonicio Acosta Lazcano “El León”. Disputa en Los Cabos La guerra sorda por el control de la venta, distribución y trasiego de drogas entre bandas criminales, comenzó durante la primera semana de mayo de 2014, cuando -indican reportes de inteligencia- el entonces jefe de plaza del narcomenudeo, Javier López Rivera “El Javier”, habría sido desterrado de la zona por advertencias de muerte, derivado de un presunto adeudo con el Cártel de Sinaloa, cuyo liderazgo inmediatamente empezaron a disputar “El Babay” y “El León”. Las diferencias llegaron a tal grado que el 14 de junio, aproximadamente a las 9:30 pm, se registró un ataque armado en contra de Leonicio Acosta Lazcano “El León”, cuando viajaba acompañado de la narcomenudista Karely Holguín Lazcano, en un camino vecinal de San José del Cabo. Reportes médicos establecen que el primero recibió un disparo con múltiples fracturas expuestas y amputación parcial del brazo derecho, y la segunda, presentó tres heridas superficiales; una en el antebrazo izquierdo y dos más en la parte baja de la espalda. Los dos heridos fueron atacados con un rifle de asalto AK-47, e internados en la clínica Amerimed de San José del Cabo. Sospechosamente, el atentando no transcendió y tampoco llegó a manos del titular de la PGJE, Adonaí Carrión Estrada. Es decir, y según una investigación interna en curso en la propia Procuraduría, la información del atentado armado se oculto, a pesar de que, de acuerdo al reporte 1400176571 -elaborado por la Dirección de Seguridad Pública, Policía Preventiva y Transito Municipal de Los Cabos-, transcribió el hecho sangriento y expuso los nombres de las personas que tuvieron pleno conocimiento del caso: * El Comandante de la Policía Ministerial, Alberto Cota Ojeda, y el Agente de Investigación, Carlos de Jesús Hernández, quienes llegaron a bordo de la unidad PGJE-082. * El agente de la Policía Estatal Preventiva, Erick Alanís. * El oficial de la Policía Federal Preventiva, Jesús Manuel Fuentes, quien arribó a bordo de la unidad PFP-10026. * El Cabo de Infantería Enrique Jiménez León, de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA). El ataque armado fue reportado por personal del hospital desde el número telefónico (624) 142-2880, exponiendo el ingreso de una persona lesionada por arma de fuego, pero no supieron explicar cómo sucedieron los hechos. Sin embargo, en las primeras investigaciones, se descubrió que no había sido una persona lesionada, sino dos, las cuales eran atendidas en la clínica privada, Leonicio Acosta Lazcano, de 39 años, y Karely Holguin Lazcano, de 30. En la versión de un integrante del Grupo de Coordinación, debido al ocultamiento de la información, no se pudo abrir ninguna averiguación previa, pero sí una investigación interna y un proceso administrativo en contra del Comandante y del Agente de Investigación, cuyo caso habrá de ser turnado a la contraloría para deslindar responsabilidades. El miembro de este grupo interinstitucional de seguridad pública informó que “este lamentable caso fue para proteger al narcomenudista y presunto autor intelectual del ataque”, Abraham Cervantes Escareaga, conocido como ‘El Babay’, quien -según el funcionario-“tiene corrompida a toda la Policía Municipal, Estatal y Ministerial, y todavía se da el lujo de beber y embriagarse con agentes, comandantes y jefes policiacos vinculados en sus actividades criminales; e incluso con políticos locales en bares como Las Divinas y La Herradura en Cabo San Lucas, cuyo caso ya fue documentado por la Subprocuraduría Especializada en Investigación de la Delincuencia Organizada”. Lucha en Comondú Pero si en Los Cabos, la lucha entre bandas rivales está fuera de control, en Comondú, el arribo de Álvaro López, padre e hijo, tiene preocupados a los empresarios de la comunidad, luego de que en la última semana se reportaran algunos levantones y, posteriormente, a algunos negocios llegaran amenazas de extorsión. Las investigaciones refieren que los gatilleros llegaron acompañados de tres personas más, que hasta ahora son identificadas como “El Marquitos”, “El Fito” y “El Chucho”, este último, de nombre Jesús López y hermano de Álvaro López “El Alvarillo”, e hijo de “El Chapo” López. En los últimos días, los criminales “han sido visto con conocidos narcomenudistas de la región, como Carlos Granados ‘El Guayabo’ e Inés Zamudio ‘El Viejo’, inclusive con Jesús Zamudio Beltrán ‘El Chuy’, quienes están tratando de reestructurar la banda, reuniendo narcomenudistas de los anteriores grupos criminales; incluida la gente de Noé Fregoso Sosa ‘El Hitler’ y de su extinto hermano, ‘El Tiburón’. En esta reestructuración, otros narcomenudistas están siendo identificados como parte de la banda de “El Chapo” López: * Martín Vizcarra “El Caballo”; Martín Niebla “El Peludo”; Santiago Lucero Hernández “El Pino”; Benito Ponce “El Ponce”; Roberto Amaro “El Betón”; Jesús Amaro “El Chuyón”, y Cándido Talamantes “El Piochitas”. Caso especial es del ex chofer de “El Hitler”, Omar Alejandro Geraldo “El Gordo Fresa”, quien dicho sea de paso, cuenta con orden de aprehensión por el crimen del ex agente de la Policía Ministerial, Ismael Barrios Romero, y su sobrino, Luis David Castrejón Barrios “El Pollo” o “El 8”.


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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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